III. Otras disposiciones. COMUNIDAD DE CASTILLA Y LEÓN. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2024-1685)
Resolución de 12 de enero de 2024, de la Dirección General de Patrimonio Cultural, de la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte, por la que se incoa procedimiento para la declaración del Puente Colgante de Valladolid como bien de interés cultural con categoría de monumento.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 25

Lunes 29 de enero de 2024

Sec. III. Pág. 11083

Segundo.
Si durante la tramitación del procedimiento se demostrara que el bien no reúne de
forma singular y relevante las características del artículo 1.2 de la Ley 12/2002, de 11 de
julio, pero mereciera una especial consideración por su notable valor cultural y, por tanto,
susceptible de ser incluido en el Inventario de Bienes del Patrimonio Cultural de Castilla
y León, se continuará el expediente siguiendo los trámites previstos para su inclusión en
dicho inventario, conservando los trámites realizados.
Valladolid, 12 de enero de 2024.–El Director General de Patrimonio Cultural, Juan
Carlos Prieto Vielba.
ANEXO

El Puente Colgante de Valladolid, también conocido como el Puente de Hierro,
constituye uno de los elementos urbanos históricos más característicos e identificadores
de Valladolid, imagen icónica de la relación de la ciudad con el río Pisuerga.
Ubicado junto al Monasterio del Prado a las afueras del conjunto histórico de
Valladolid, también se le conocía como Puente del Prado. Su construcción se configura
como un hito dentro de la arquitectura de hierro en España, por ser el primer puente
construido en España y el cuarto de Europa, con el sistema de arco atirantado conocido
como Bow-String (arco-cuerda).
El conocido popularmente como Puente Colgante de Valladolid, no es en realidad un
puente colgante. Se trata más bien de una estructura en hierro forjado, con sistema de
arco atirantado o Bow-String, sobre apoyos laterales de fábrica de sillería y pedestales
de fundición. Tiene un tablero de 75,70 metros de largo y 7 metros de anchura, con un
único vano de 68,70 metros, que en origen presentaba un suelo de madera de pino.
El sistema Bow-String diseñado por el ingeniero Isambard K. Brunel, fue presentado
en la Exposición Universal de París, como lo más avanzado de la ingeniería inglesa. Se
trata de un sistema estructural resistente y económico, también conocido como de viga
parabólica o arco-tirante, consistente en dos grandes cordones parabólicos a compresión
cuyo perfil se acopla a la forma de la ley de momentos flectores que va a soportar,
minimizando de esta manera las tracciones en el cordón inferior. Del par de arcos
arriostrados entre sí por una serie de vigas de celosía, cuelgan montantes que sustentan
el entramado metálico del tablero. Normalmente a ambos lados se adosan pasos en
voladizo para peatones que en origen presentaban pavimento de madera que se irán
sustituyendo por planchas metálicas por motivos de conservación.
La primera aplicación en España de este sistema tuvo lugar en Valladolid en 1865,
con el Puente Colgante y, aunque el sistema no tuvo en principio mucha aceptación, se
fue popularizando en los primeros años del siglo XX entre los carreteros, ya que
competía en economía con los de viga a partir de los 40 metros de luz.
La gestación del Puente Colgante de Valladolid, segundo puente de la ciudad
después del Puente Mayor, comienza a finales del siglo XVIII y XIX, en el contexto de la
incipiente industrialización del país y la articulación de un sistema de comunicaciones
moderno, que situaría a Valladolid en la vanguardia tecnológica del país con la mejora de
las comunicaciones y la llegada del ferrocarril a la ciudad.
El proceso de construcción comenzó en 1851 con la elección del enclave para la
construcción de un auténtico puente colgante, bajo la dirección del ingeniero Andrés de
Mendizábal, apadrinado por la reina Isabel II.
Las obras se iniciaron en 1852, pero pronto surgieron dudas sobre la estabilidad de
la novedosa estructura de puente colgante, y aunque se presentó un segundo proyecto
del mismo autor con el sistema Vergniais, finalmente se optó por la suspensión definitiva
de las obras en 1854 y la construcción de un puente de arco atirantado.

cve: BOE-A-2024-1685
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El Puente Colgante (Valladolid)