I. Disposiciones generales. COMUNIDAD AUTÓNOMA DEL PAÍS VASCO. Educación. (BOE-A-2024-901)
Ley 17/2023, de 21 de diciembre, de Educación de la Comunidad Autónoma del País Vasco.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Jueves 18 de enero de 2024

Sec. I. Pág. 6413

Una sociedad que no cultiva los valores desde la infancia está condenada a fracasar.
Los valores representan, por un lado, los pilares del sistema educativo; mientras que,
por otro, son el faro que guía adecuadamente a la persona para su inserción en la vida
propia del centro educativo y en la sociedad, así como en la interacción con el resto de la
ciudadanía.
La presente ley da tanta importancia a los valores porque todo proyecto educativo
tiene sentido desde unos valores, sin los cuales se convertiría en simple transmisión de
destrezas, en mera capacitación tecnológica o en adoctrinamiento. La educación debe
su grandeza al hecho de que ayuda a formar personas y no autómatas, y lo hace
de acuerdo con unos valores que la presente ley sintetiza en ser, saber y convivir.
Una persona formada es alguien que piensa, que sabe aplicar sus capacidades de
conocimiento en situaciones complejas, analiza con visión crítica la realidad que la
rodea, desarrolla una personalidad propia y sabe convivir en sociedad.
El primer eje del sistema educativo corresponde al ser. El sistema educativo se
propone formar personas que piensen por sí mismas, algo crucial en un momento de la
historia en el que las incertidumbres abundan más que en otras épocas, al tiempo que
surgen más oportunidades para la creatividad personal. Cuando para resolver los
problemas presentes y futuros no basta con transmitir sin más fórmulas del pasado,
cuando proliferan las discontinuidades, rupturas y crisis, es preciso formar personas con
criterio propio, capaces de dar solución a los problemas y de explorar ámbitos en buena
medida desconocidos. Ser persona significa cultivar rasgos individuales, como la
autonomía y responsabilidad, pero también el desarrollo de disposiciones positivas hacia
los demás, como la empatía y el respeto, rasgos, todos ellos, únicamente accesibles a
través de un profundo autoconocimiento personal. Estos tiempos de crisis han puesto
de manifiesto el vínculo existente entre la vulnerabilidad propia y la ajena, y que no es
posible asumir y cuidar los valores particulares y la responsabilidad sin compartir la
esencia de cada cual.
El saber es el segundo eje que el Sistema Educativo Vasco fomenta. Actualmente,
vivimos un momento de la historia de la humanidad en el que se precisa una masiva
movilización de conocimiento para resolver los principales problemas a los que nos
enfrentamos. La escuela es clave para fomentar el aprecio por el conocimiento, la gran
herramienta de los seres humanos para habitar en el mundo, muy especialmente en este
siglo XXI, que plantea enormes desafíos al pensamiento. No hay sociedad madura
donde no sea reconocido el valor del saber y de quienes se ocupan de acrecentarlo y
difundirlo. El saber y sus corolarios –la capacidad de argumentación razonada, el respeto
a los hechos y las evidencias, la conciencia de los límites de toda certeza, la toma
de conciencia del propio proceso de aprendizaje– son valores que han ayudado al ser
humano en su desarrollo, y constituyen la expresión señera de nuestra libertad.
La aventura del saber hará posible que nuevas generaciones realicen maravillosos
descubrimientos, y cabe aspirar a que quienes los protagonicen provengan de nuestras
escuelas, pero también a que, sin pretensión elitista alguna, se extienda en la sociedad
vasca una amplia cultura científica, el empoderamiento tecnológico y la capacidad colectiva
de reflexionar sobre sus implicaciones éticas, políticas, sociales y medioambientales.
La educación debe preparar al alumnado para convivir, para formar parte de la
sociedad en la que vive, así como para contribuir a su mejora. Convivir es el tercer eje
del sistema educativo. En los centros educativos se intensifica la experiencia de convivir
con personas diferentes, puesto que en ellos se construyen vínculos de respeto e
igualdad, se aprende a dialogar, a resolver razonablemente los conflictos y se recibe una
educación para la democracia, que será decisiva el resto de nuestra vida. Esta ley
apuesta por una escuela que transmita aquellos valores y experiencias que permitan vivir
en sociedad, como los valores cívicos, la solidaridad, la preocupación por lo público y
común o el cuidado de la naturaleza.
El Sistema Educativo Vasco asume un especial compromiso con el euskera, la
lengua propia del País Vasco, y con la cultura y su transmisión, en la medida en que
entiende el euskera y la cultura vasca como instrumentos de identidad, expresión y

cve: BOE-A-2024-901
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Núm. 16