III. Otras disposiciones. MINISTERIO PARA LA TRANSICIÓN ECOLÓGICA Y EL RETO DEMOGRÁFICO. Impacto ambiental. (BOE-A-2024-508)
Resolución de 22 de diciembre de 2023, de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental, por la que se formula declaración de impacto ambiental del proyecto "Adecuación, reforma y conservación de la autovía A-5, del Suroeste. tramo: punto kilométrico 10+000 al punto kilométrico 74+000 (Madrid y Toledo)".
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Martes 9 de enero de 2024
b.2

Sec. III. Pág. 3020

Hidrología superficial y subterránea:

El contexto hidrológico en el que se enmarca la zona de estudio pertenece a la
Confederación Hidrográfica del Tajo. El eje de la A-5 atraviesa numerosos cauces:
Barranco Prado Ovejero, Arroyo de La Canaleja o de Butarque, Carrasquilla, Prado,
Aguijón, de los Vegones, de Cabeza Tocón, del Cercado, de Valdegollado, de
Valdepozos, de Gualavisa, de Valdepajares, Grande del Molinillo, dos innominados, así
como el río Guadarrama. Las masas de agua subterránea presentes en la zona de
estudio son tres: Guadarrama-Manzanares, Aldea del Fresno-Guadarrama y Talavera.
En relación con la permeabilidad del terreno que es un aspecto esencial de cara a
vertidos potenciales, el EsIA indica que todo el trazado en estudio se localiza sobre
zonas de permeabilidad media asociadas a litologías porosas detríticas. Existe, también,
una mancha de permeabilidad baja al final del trazado, correspondiente a litologías
evaporíticas. Igualmente, atraviesa puntualmente litologías detríticas de edad
cuaternaria, asociadas al cauce del río Guadarrama, con una permeabilidad muy alta.
El principal impacto potencial sobre la hidrología se produce durante la construcción
debido a la potencial alteración de la calidad de las aguas superficiales por riesgo de
vertidos accidentales y movimientos de tierras. El río más importante en la zona de
estudio es el Guadarrama, interceptado en una ocasión por la alternativa en estudio, el
resto de los cauces interceptados son de menor entidad y los cruces del trazado
propuesto con este tipo de elementos no son elevados.
Dado que las intervenciones planteadas se realizan para adecuar, reformar y
conservar un corredor existente, todos los cauces mencionados cuentan con los
elementos necesarios para no interrumpirlos de ninguna manera. Así mismo, el
anteproyecto propone actuaciones de drenaje transversal (obras nuevas o prolongación
o limpieza de las existentes), así como estructuras para superar estos cruces y dar
continuidad a los cauces superficiales. La estructura más relevante en este sentido es el
viaducto proyectado sobre el río Guadarrama, que es la solución que genera menos
impacto sobre la hidrología y la vegetación de ribera.
Ninguna de las zonas de instalaciones auxiliares propuestas afecta a cauces de ríos
y arroyos, que son considerados como zonas excluidas para ocupaciones temporales.
En la fase de explotación, hay que destacar posibles afecciones tales como el efecto
barrera, riesgo de inundaciones por represamiento de los cauces interceptados y
alteración permanente del drenaje superficial. En este sentido, para el diseño del trazado
propuesto se ha realizado un estudio hidrológico, lo que ha permitido definir los
elementos de drenaje transversal necesarios para evitar el efecto barrera y posibles
represamientos.
Según consta en el expediente, una vez aplicadas las medidas correctoras,
consistentes en la adecuada ejecución de las estructuras previstas, tratando de evitar, en
la medida de lo posible, la afección a los cauces y a su vegetación de ribera, y llevando a
cabo las correspondientes labores de limpieza y mantenimiento de los elementos de
drenaje longitudinal y transversal, se estima que la afección a la hidrología queda
reducida al potencial riesgo de inundación por avenidas extraordinarias. Por otra parte,
se trata de un riesgo muy bajo, dado que el drenaje se ha calculado para el periodo de
retorno de 500 años.
En lo referente a las aguas subterráneas, entre las actuaciones de mayor
importancia, destacan aquellas que implican la desviación temporal o permanente de
caudales que afecte a las zonas de recarga de acuíferos, la impermeabilización de
superficies y los vertidos accidentales. La calidad de las aguas subterráneas puede
modificarse por la infiltración de sustancias tóxicas derramadas en el suelo por
accidente. Para ello, es necesario que no se produzcan estos vertidos, que se adopten
protocolos de actuación en su caso y que, además, se tomen las medidas oportunas
para proceder a la descontaminación del suelo. En todo caso, no se estiman impactos
significativos a las aguas subterráneas aplicando códigos de buenas prácticas en la fase
de construcción.

cve: BOE-A-2024-508
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Núm. 8