III. Otras disposiciones. MINISTERIO DE CULTURA. Patrimonio cultural inmaterial. (BOE-A-2024-264)
Resolución de 26 de diciembre de 2023, de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, por la que se incoa expediente de declaración de "La Acogida Tradicional Jacobea" como manifestación representativa del patrimonio cultural inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Jueves 4 de enero de 2024

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La hospitalidad y atención a los viajeros ha sido durante milenios, y sigue siendo en
la actualidad, un elemento común de culturas tan diversas como la griega, romana,
semita y cristiana, teniendo cada una sus elementos e instituciones propias con sus
correspondientes individualidades. Tales instituciones antiguas, como la hospitalidad
jacobea practicada desde el Medievo, responden a una misma voluntad, social, política y
espiritual, mediante la cual se dota al «extranjero» de un status especial que tiende a
reducir las desventajas de tal condición, asimilando sus derechos, en medida variable, a
los del grupo nativo o dominante que actúa como receptor.
Sea como fuere, la hospitalidad en el caso jacobeo superó el inicial carácter utilitario
de los establecimientos situados al pie de los caminos, viéndose sublimado en el
Medievo por la constitución de un sistema de acogida al viajero, sobre todo al peregrino
y mercader, que combina establecimientos comerciales y caritativos, éstos últimos
especialmente necesarios con la generalización de las peregrinaciones y acorde a los
principios que las animan. No obstante, durante los primeros siglos de inicio del Camino
de Santiago, de los siglos IX al XI, la mayor parte de la acogida de peregrinos era llevada
a cabo por los monasterios del camino, no habiendo aún una estructura sólida de
alojamientos de peregrinos, especialmente de carácter laico.
Con el incremento del número de peregrinos, principalmente a partir de la
segunda mitad del siglo XI, la labor de acogida del clero reglar se vio desbordada,
proliferando fuera de los muros monásticos numerosas fundaciones hospitalarias,
promovidas tanto por instituciones religiosas, como por concejos, la Corona,
particulares y agrupaciones pías. Apareciendo con ellas un tipo particular de hospital
específicamente creado, sostenido y gestionado para los peregrinos, denominado
hospites peregrini, que son la semilla de la actual Acogida Tradicional Jacobea.
Desde entonces, y a lo largo de la Edad Media, la red de hospicios y hospitales se va
expandiendo tanto a nivel rural como urbano.
En el ámbito rural, especialmente en la región de Aragón, se crearon con el tiempo
casas de acogida en aquellos parajes donde eran especialmente necesarias, donde
anteriormente no había ninguna construcción a tal fin, con el fin de poder albergar y
atender al creciente número de peregrinos. Con ello se constituyó de una amplia red
de asistencia al peregrino que fue extendiendo sus principios de acogida fraternal y
altruista a casas y hospicios de diferentes regiones y/o localidades. En sus inicios
estas fundaciones hospitalarias se mantuvieron fieles a la idea esencial de acogida y
atención al peregrino allí por donde éste transitase, basada en la fraternidad y la
concepción horizontal de la hospitalidad, constituyéndose en modelo de hospitalidad
durante la Baja Edad Media. Si bien según se acercaba el final del Medievo, el interés
por la peregrinación, y los principios detrás de la hospitalidad jacobea su fueron
perdiendo y transformando.
Mientras tanto, en los entornos urbanos, comenzaron a surgir numerosas casas de
acogida y hospicios, en diferentes localidades como Burgos, León y Astorga, que
estaban en gran parte dedicados a albergar y atender a los peregrinos del Camino de
Santiago. En muchos de estos casos este fenómeno de popularización de la
peregrinación y expansión de la red de fundaciones hospitalarias para peregrinos fueron
fundamentales a la hora del desarrollo urbanístico de las pequeñas urbes del momento.
A partir de la documentación que conservamos podemos afirmar que desde el siglo
XI hasta finales de la Edad Media, salvo a escala local y en el ámbito de cada reino, no
existió un plan global de dotación asistencial del camino, sino que los hospitales y
refugios se fueron creando y adaptando en función de las necesidades de forma puntual,
esto es, a escala comarcal o, a lo sumo, en determinados tramos del camino. Se
constata, no obstante, una política de favorecimiento de estas instituciones desde las
distintas monarquías en el ámbito de sus reinos, así como cierto criterio a la hora de
establecer centros benéficos por parte de algunas órdenes monásticas o militares y
determinados magnates, aunque ello, nuevamente, a una escala geográfica reducida y
sin una visión de conjunto ajena a las circunstancias políticas medievales. Dicho de otro
modo, es el principio inspirador de la hospitalidad el común denominador que hace

cve: BOE-A-2024-264
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