III. Otras disposiciones. MINISTERIO PARA LA TRANSICIÓN ECOLÓGICA Y EL RETO DEMOGRÁFICO. Impacto ambiental. (BOE-A-2023-26159)
Resolución de 14 de diciembre de 2023, de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental, por la que se formula informe ambiental estratégico conjunto de la revisión de los Planes Especiales de Sequía de las Demarcaciones Hidrográficas Intercomunitarias, Ceuta y Melilla.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Sábado 23 de diciembre de 2023

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Lácara - Alcazaba (24,60 %), 17 Gévora (15,48 % y 19 Ardila (21,23 %). En el
Guadalquivir la permanencia en sequía prolongada con reducción del caudal ecológico
mínimo supera el 15 % en las UTS 02 Guadalquivir entre El Tranco y Marmolejo
(16,45 %), 05 Guadalbullón (21,93 %), 08 Salado de Arjona y Salado de Porcuna
(15,13 %), 11 Guadalmellato y Guadiato (21,05 %), 14 Bembézar, Retortillo, Guadalora y
Guadalbacar (19,74 %), 17 Guadalquivir entre Palma del Río (Genil) y Alcalá (16,67 %),
19 Rivera de Huesna y Viar (18,64 %), 21 Rivera de Huelva (20,39 %) y 24 Guadiamar,
Majalberraque y Pudio (16,45 %). En estas demarcaciones se está definiendo la sequía
prolongada mediante unos indicadores que en muchas Unidades Territoriales de Sequía
obligan a reducir los caudales ecológicos mínimos y a mantenerlos reducidos durante
periodos de tiempo que son superiores a los que en condiciones naturales permitirían
circular un caudal igual o menor al caudal ecológico mínimo sin reducir (5 %-15 %). Ello
supone una reducción significativa del régimen de caudales y de mayor extensión e
intensidad que la esperable en una situación normal de sequía en régimen natural, lo
que provocará efectos negativos importantes sobre el ecosistema acuático,
precisamente en unas circunstancias de sequía en que su vulnerabilidad es mayor.
Desde el punto de vista de la escasez, tanto en situación de alerta como de
emergencia, los planes utilizan una serie de medidas de aumento de disponibilidad de
recursos hídricos. Dichas medidas permiten un aumento de recurso en las masas de
agua afectadas por la escasez para atender los usos, que a su vez suponen una
disminución del recurso en las masas de agua cedentes. En todos estos casos, hay unos
usos o masas de agua que experimentan un incremento de recurso, y unas masas que
experimentan una reducción del recurso, en las que dicha reducción puede generar
impactos ambientales negativos. Es el caso de las siguientes medidas:
Incremento de las extracciones de masas de agua subterráneas o puesta en
funcionamiento de pozos de sequía, aumentando el deterioro de las masas que parten
de un mal estado cuantitativo, o pudiendo comprometer el mantenimiento del buen
estado cuantitativo de las que originalmente lo presentan. Ello puede provocar el rebasar
un índice de explotación de 0,8 o presentar una tendencia sostenida a la reducción de
niveles, afectar negativamente al régimen de caudales de masas de agua superficial
hidrológicamente conectadas, incumplir los objetivos de conservación de ecosistemas
terrestres directamente dependientes del agua o aumentar la intrusión salina.
Tanto el empleo de transferencias de recursos internos como externos, incluidos
trasvases, supone una detracción de recurso de las masas de agua cedentes, que puede
provocar deterioro de su estado o potencial ecológico, incumplimiento de los objetivos
medioambientales de zonas protegidas asociadas, y deterioro del hábitat para la
biocenosis acuática. Ello puede ser particularmente grave en el caso de masas de agua
incluidas en espacios naturales protegidos, Red Natura 2000, áreas protegidas por
instrumentos internacionales o masas de agua que son hábitat de especies de fauna o
flora amenazadas. También puede suponer una alteración grave del régimen de
caudales de las reservas hidrológicas.
El intercambio de derechos en diferentes masas de agua puede provocar efectos
similares a los de los dos casos anteriores.
El incremento en el uso de aguas residuales depuradas también puede, en algunos
casos, provocar efectos negativos, lo que ha sido objeto de tratamiento detallado en las
Declaraciones ambientales estratégicas del Plan DSEAR y de los planes hidrológicos del
tercer ciclo.
Con carácter general, los PES no desarrollan cómo se van a llevar a cabo estas
medidas en las diferentes UTE, ni cuáles van a ser las masas de agua cedentes del
recurso, y los respectivos documentos ambientales estratégicos no profundizan en la
evaluación de estos efectos.
El impacto de las medidas planteadas para hacer frente a las situaciones de escasez
dependerá, entre otras cosas, de la duración y frecuencia que tengan los periodos en los
que las citadas medidas se encuentren en funcionamiento. Una de las medidas más

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Núm. 306