III. Otras disposiciones. COMUNITAT VALENCIANA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2023-23116)
Resolución de 6 de octubre de 2023, de la Vicepresidencia Primera y Conselleria de Cultura y Deporte, por la que se incoa expediente para declarar bien de interés cultural inmaterial, las Fiestas de la Mare de Déu del Castell de Cullera.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 272

Martes 14 de noviembre de 2023

Sec. III. Pág. 151967

historia de las fiestas. «De feia uns quants anys del començament de la Davallada, que,
un rector vellet, avarava, lentament i fatigosa per les Revoltes Velles. I en aplegar al
Raval, tres hòmens que acabaven de sopar a la porta de casa i aquí s’estaven per vores
a passar la processó. En mirar-se’l tan cansat, al senyor rector, la Imatge penjada del coll
de dues corretges i amb el consegüent manxó, vullgues que no, el varen fer seure i
deixar la Mare de Déu damunt la tauleta. Mentre que la paraven, llurs dones d’uns
domassos i un parell de canelobres i la barrejaren tota de pètals de flor. Val a dir que
improvisaren, pensat-i-fet, una ‘Tauleta’ com les del Corpus a Nostra Patrona. El costum
quedà, com queden les coses bones, i d’any en any tres hòmens que havien de ser trets
del raval de la Mar, pararien la Tauleta i anirien –és clar– amb les dones llurs, darrere
l’anda en la processó de la Baixada i la de Sant Vicent».
Aquellas primeras tauletes, bajas (de las llamadas tauletes valencianes), se cubrían y
decoraban con pañuelos y flores, después mantones de Manila. Esta primera tarea de
disposición de la Tauleta y de su decoración, en su origen, y según la leyenda, fue
llevada a cabo por las mujeres. Encontramos en este punto una inflexión. Cuando la
Tauleta se formaliza como un elemento clave en desarrollo de las fiestas, la tarea
decorativa, aquella que puede considerarse digna de hacer, pasa a manos de los
hombres, y se institucionaliza la figura del Tauleter. Los Tauleters, además de ser los
responsables de la Tauleta, salían y salen, detrás de la imagen en las procesiones,
siempre vestidos de gala. En su momento, tenían que ser tres hombres del Arrabal del
Mar, que después pasan a ser tres, pero de diferentes barrios, en el centro (en las
procesiones) siempre el representante de la Villa, y a los lados representantes de los
barrios de San Agustín y de San Antonio. Así es hasta principios del siglo XX.
Actualmente también son tres, representando al conjunto de la Ciudad de Cullera,
habiendo desaparecido ese protocolo de barrios, al igual que el lugar de preferencia a
las procesiones, que se deja a criterio de los mismos, alternando los lugares (central, y
lados) que ocupa cada cual, en la mayoría de los casos. El altar provisional ha ido
evolucionando en su decoración. De aquella tauleta baja decorada con pañuelos, y
flores, a una estructura que varía de año en año, añadiendo elementos decorativos,
como las flores y pinturas, y que generan el interés de los cullerans y culleranes, puesto
que es un trabajo desarrollado en secreto y se da a conocer la mañana del día de la
Bajada, cuando los responsables la instalan en la cúspide de la escalera imperial del
Mercado Municipal.

A partir de los años 60 del pasado siglo, la comunidad portadora manifiesta la
vocación de extender la fiesta –y sobre todo la presencia de la Virgen María del Castell–
a las otras barriadas y no solo en la Villa que, evidentemente, es el verdadero epicentro
de la fiesta con la iglesia de los Santos Juanes y el Mercado como referentes nucleares
de las celebraciones. De este modo, se traslada la Virgen María al mar por primera vez,
en una iniciativa que nace de los marineros y de los cullerans que habían servido en la
Marina, constituyéndose un tipo de romería al amanecer, donde la Virgen María entra en
el mar y pasea por ella hasta que nace el sol. Una misa de campaña centra el acto
litúrgico y, después un castillo de fuegos artificiales invoca la vuelta al templo de los
Santos Juanes, en un camino que parece más festivo que solemne y que anuncia las
celebraciones en hermandad posteriores. Este modelo será exportado, ya en el siglo
XXI, al resto de barriadas- el Arrabal y la Beba-Puerto- gracias al surgimiento y
expansión de la comunidad portadora. De esta forma, la fiesta se extiende de forma
horizontal y radial, y la Virgen María es la que «viaja» (se mueve) hacia los barrios
periféricos a la villa para visitar a sus moradores y hacerlos partícipes de la fiesta.
Evolución danzas.
Danzas de Cullera. (nombre que define las danzas de esta localidad), tienen la
particularidad de realizarse antes del comienzo oficial del ciclo festivo. También es

cve: BOE-A-2023-23116
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Rituales «nuevos». Las Auroras.