III. Otras disposiciones. COMUNITAT VALENCIANA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2023-23116)
Resolución de 6 de octubre de 2023, de la Vicepresidencia Primera y Conselleria de Cultura y Deporte, por la que se incoa expediente para declarar bien de interés cultural inmaterial, las Fiestas de la Mare de Déu del Castell de Cullera.
27 páginas totales
Página
Zahoribo únicamente muestra información pública que han sido publicada previamente por organismos oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 272
Martes 14 de noviembre de 2023
Sec. III. Pág. 151966
Evolución bajada.
Evolución tauleta.
La Tauleta es uno de los elementos centrales, junto a la propia imagen de la Virgen
María, de las fiestas de Cullera, siendo las palabras Baixà-Tauleta-Tauleters parte del
léxico emocional del pueblo de Cullera, con una relación simbiótica entre ellas. Cómo
veremos adelante, la Tauleta es un tipo de altar, una arquitectura efímera donde se
deposita la imagen de la Virgen María cuando esta llega al pueblo. Sus inicios se
entienden gracias a la difusión de la leyenda que cuenta, asociándola a la fecha de la
primera Bajada documentada al 1631, como tuvo lugar una acción que marcaría la
cve: BOE-A-2023-23116
Verificable en https://www.boe.es
Todas aquellas referencias dadas por los diferentes historiadores que han consultado
archivos, documentos y lo transmiten a través de sus escritos, hacen referencia a la
Bajada de la Virgen María como un acto fortuito posteriormente ritualizado e
institucionalizado por parte de los organizadores de la fiesta. Pero la imagen de la Virgen
María era bajada, desde el principio, en diferentes ocasiones, consideradas
extraordinarias, y principalmente fuera de un ambiente festivo, puesto que el objetivo era
encomendarse a la Virgen María, pidiendo su intercesión protectora ante sequías,
dolores, desolaciones por pérdida de cosechas, enfermedades, venidas del río, etc. El fin
era, por lo tanto, implorar con clamor la presencia divina a través de Santa Maria. En en
cuanto al sentido festivo se refiere, bajar a la Virgen María a la Villa será signo de
convivencia ciudadana, y subirla será acompañarla a su morada, en las alturas. Unos
caminos descendentes y ascensionales, que marcarán la historia de Cullera. Realmente,
las primeras celebraciones rituales se daban arriba, en el Castell, a la capilla dedicada a
la Virgen María, hasta que, de la tradición de bajar su imagen, se convierte en el
pistoletazo de salida a la celebración, pero ya en la Villa. Quizás el espacio del Castell
era insuficiente para poder albergar en la población de Cullera y aquellos visitantes
venidos otras localidades, incluso de los Poblados Marítimos de València.
Fuera como fuera, y siguiendo las documentaciones, podemos afirmar que la primera
referencia a la Bajada, como pistoletazo de salida de las fiestas, se da el 25 de marzo
de 1631. Quizás fuera una de esas ocasiones extraordinarias en que se realizarían unas
rogativas o para dotar a la cita anual de mayor solemnidad. Formentín, en su libro habla
de don Antonio Martínez Pérez, quien aseguraba haber visto al archivo parroquial (en el
libro Capbreu, desaparecido al 1936) la nota original de la fecha de 1631. Todavía, que
por referencias posteriores (1640) conocemos que Jaume Cabello, comerciante de
Cullera, establece un mandamiento testamentario en el cual se le daba una dote en una
huérfana, con la condición de que esta fuera en un lugar determinado en la procesión de
la Bajada. Es decir, que, en 1640, la Bajada estaría consolidada. Esta Bajada tenía que
llevarse a cabo por les revoltes velles, hasta que se construyen les revoltes noves
entre 1806 y 1807, que suman unos 567 metros.
Este nuevo itinerario se vio de necesaria construcción por la creciente devoción y
participación de la ciudadanía en los rituales festivos. Este cambio también marcaría el
lugar donde la Virgen María era recibida en la Villa y el lugar donde sería entronizada, la
Tauleta. Esta novedad propicia la construcción del Mercado, y de la gran escala imperial
tal y como hoy en día lo conocemos.
Hasta el día de hoy, y de forma ininterrumpida (salvo los años 36-39, y en 2020
y 2021, debido a la pandemia), la Virgen María ha bajado desde su santuario en el
Castell hasta la villa de Cullera, para la celebración de los ritos litúrgicos y comunitarios
que se enmarcan en las Fiestas Mayores.
Según las anotaciones consultadas, la Bajada se efectuaba con la imagen a manos
del sacerdote, sujetada con dos correas que la sostenían y aseguraban en el pecho del
clero. Más adelante, y ya en nuestros días, la Virgen María baja a hombros en una de
sus andas pequeñas y ligeras. Posteriormente, constan como portadores (volants) de la
Virgen María, el grupo de las Cuatro Partes del Mundo, que desapareció al 1931 y ahora
recuperado, solo la acompañan, mientras es llevada por los portadores o el vecindario.
Núm. 272
Martes 14 de noviembre de 2023
Sec. III. Pág. 151966
Evolución bajada.
Evolución tauleta.
La Tauleta es uno de los elementos centrales, junto a la propia imagen de la Virgen
María, de las fiestas de Cullera, siendo las palabras Baixà-Tauleta-Tauleters parte del
léxico emocional del pueblo de Cullera, con una relación simbiótica entre ellas. Cómo
veremos adelante, la Tauleta es un tipo de altar, una arquitectura efímera donde se
deposita la imagen de la Virgen María cuando esta llega al pueblo. Sus inicios se
entienden gracias a la difusión de la leyenda que cuenta, asociándola a la fecha de la
primera Bajada documentada al 1631, como tuvo lugar una acción que marcaría la
cve: BOE-A-2023-23116
Verificable en https://www.boe.es
Todas aquellas referencias dadas por los diferentes historiadores que han consultado
archivos, documentos y lo transmiten a través de sus escritos, hacen referencia a la
Bajada de la Virgen María como un acto fortuito posteriormente ritualizado e
institucionalizado por parte de los organizadores de la fiesta. Pero la imagen de la Virgen
María era bajada, desde el principio, en diferentes ocasiones, consideradas
extraordinarias, y principalmente fuera de un ambiente festivo, puesto que el objetivo era
encomendarse a la Virgen María, pidiendo su intercesión protectora ante sequías,
dolores, desolaciones por pérdida de cosechas, enfermedades, venidas del río, etc. El fin
era, por lo tanto, implorar con clamor la presencia divina a través de Santa Maria. En en
cuanto al sentido festivo se refiere, bajar a la Virgen María a la Villa será signo de
convivencia ciudadana, y subirla será acompañarla a su morada, en las alturas. Unos
caminos descendentes y ascensionales, que marcarán la historia de Cullera. Realmente,
las primeras celebraciones rituales se daban arriba, en el Castell, a la capilla dedicada a
la Virgen María, hasta que, de la tradición de bajar su imagen, se convierte en el
pistoletazo de salida a la celebración, pero ya en la Villa. Quizás el espacio del Castell
era insuficiente para poder albergar en la población de Cullera y aquellos visitantes
venidos otras localidades, incluso de los Poblados Marítimos de València.
Fuera como fuera, y siguiendo las documentaciones, podemos afirmar que la primera
referencia a la Bajada, como pistoletazo de salida de las fiestas, se da el 25 de marzo
de 1631. Quizás fuera una de esas ocasiones extraordinarias en que se realizarían unas
rogativas o para dotar a la cita anual de mayor solemnidad. Formentín, en su libro habla
de don Antonio Martínez Pérez, quien aseguraba haber visto al archivo parroquial (en el
libro Capbreu, desaparecido al 1936) la nota original de la fecha de 1631. Todavía, que
por referencias posteriores (1640) conocemos que Jaume Cabello, comerciante de
Cullera, establece un mandamiento testamentario en el cual se le daba una dote en una
huérfana, con la condición de que esta fuera en un lugar determinado en la procesión de
la Bajada. Es decir, que, en 1640, la Bajada estaría consolidada. Esta Bajada tenía que
llevarse a cabo por les revoltes velles, hasta que se construyen les revoltes noves
entre 1806 y 1807, que suman unos 567 metros.
Este nuevo itinerario se vio de necesaria construcción por la creciente devoción y
participación de la ciudadanía en los rituales festivos. Este cambio también marcaría el
lugar donde la Virgen María era recibida en la Villa y el lugar donde sería entronizada, la
Tauleta. Esta novedad propicia la construcción del Mercado, y de la gran escala imperial
tal y como hoy en día lo conocemos.
Hasta el día de hoy, y de forma ininterrumpida (salvo los años 36-39, y en 2020
y 2021, debido a la pandemia), la Virgen María ha bajado desde su santuario en el
Castell hasta la villa de Cullera, para la celebración de los ritos litúrgicos y comunitarios
que se enmarcan en las Fiestas Mayores.
Según las anotaciones consultadas, la Bajada se efectuaba con la imagen a manos
del sacerdote, sujetada con dos correas que la sostenían y aseguraban en el pecho del
clero. Más adelante, y ya en nuestros días, la Virgen María baja a hombros en una de
sus andas pequeñas y ligeras. Posteriormente, constan como portadores (volants) de la
Virgen María, el grupo de las Cuatro Partes del Mundo, que desapareció al 1931 y ahora
recuperado, solo la acompañan, mientras es llevada por los portadores o el vecindario.