III. Otras disposiciones. COMUNITAT VALENCIANA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2023-23116)
Resolución de 6 de octubre de 2023, de la Vicepresidencia Primera y Conselleria de Cultura y Deporte, por la que se incoa expediente para declarar bien de interés cultural inmaterial, las Fiestas de la Mare de Déu del Castell de Cullera.
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Martes 14 de noviembre de 2023

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encuentran menciones en la «Muntada», «Pujar» a la «Processó» en el castillo «lo Día
de Nostra Senyora de Març». Destacamos aquí un elemento que supone el origen de
una celebración festiva y ritual, pero diferente al actual. Como seguidamente iremos
describiendo, la fiesta actual empieza con la bajada de la imagen de la Virgen María
desde el castillo hasta la ciudad. Pero es aquí, a las referencias del XVII, donde vemos
que la fiesta tenía lugar el 25 de marzo y arriba, en el castillo, tal como dice León
Segarra: antiguamente se celebraba una fiesta anual en el mismo castillo el día de la
Encarnación, aunque no con la estructura y suntuosidad con que se notifica más tarde.
Documentamos así el inicio de un ritual festivo y también su localización tanto espacial
como temporal, el 25 de marzo. Aunque, como hemos visto, a la hiperdulia, una imagen
se vincula con un topónimo «Castro Collaire», «Beate Mariae Cullarie», su festividad,
empieza a denominarse también por el momento en que se realiza «Nostra Senyora de
Març», o por el lugar donde tiene lugar el culto «Nostra Senyora del Castell», y ya
posteriormente, por la advocación «Nostra Senyora de l’Encarnació». Es decir, primero
fue el culto a la imagen de la Virgen María y después su advocación.
Evolución histórica/modificaciones.
Como bien es sabido, al ámbito de la cultura festiva y también de los ritos litúrgicos,
tenemos que considerar la evolución que ha sufrido esta fiesta en honor de la Virgen
María y, así, poder comprender como nos ha llegado al día de hoy tal y como la
identificamos. En primer lugar, tratar las fechas en que tiene lugar el ritual festivo.
Comprender porque la celebración a Santa Maria, acaba teniendo más importancia local
en marzo, bajo la festividad de la Encarnación. Para valorar esta cuestión debemos tener
en cuenta diferentes aspectos, empezando por el que se ha dicho anteriormente sobre la
identificación de la fiesta bajo el nombre de Virgen María de Marzo. Efectivamente, para
identificar las festividades en Santa Maria, hubo un momento en que se diferenciaban
entre ellas, entre las devociones, por el tiempo de su celebración. La Virgen María de
Marzo, la Virgen María de Agosto, etc. La devoción a Santa Maria se deriva de la
dedicación de los sábados (día de especial de devoción a la Virgen María) y es de ese
origen en el que se conforman cofradías y hermandades y establecen un calendario
festivo más o menos anual. La razón por la que la Virgen María de Marzo empieza a ser
la festividad más marcada en el calendario anual en la Vila de Cullera, puede ser
discutida, pero sin duda el hecho de que hasta 1911, la Encarnación o Anunciación fuera
día de precepto en el calendario católico y que, en la época medieval, el 25 de marzo
fuera el inicio del calendario, tiene mucho que ver. Incluso yendo más allá, y
reconociendo el origen agrícola de la villa, y el cultivo más reconocido, el del arroz, no
sería de extrañar que, dentro del ciclo anual de trabajo de este cereal, el tiempo de
descanso de la tierra (marzo-abril) fuera el más adecuado para celebrar una fiesta, para
que toda la población pudiera participar. Así, podemos entender que se situara la fiesta
más importante del año a la devoción de la Encarnación en el mes de marzo, haciendo
una gran e importante romería en el Castell, que después evolucionaría en un «viaje»,
en un traslado a la villa (es la Virgen María quien baja). Todavía así, el día principal de
las Fiestas Mayores se enmarca en el día de San Vicente Ferrer, el segundo lunes de
Pascua (y no el 5 de abril, debido al cambio efectuado en el siglo XVII), puesto que era el
primer día hábil después de la cuaresma y Semana Santa para poder celebrar con
solemnidad una fiesta, tal como dice una nota de una visita pastoral de finales del siglo
XVI, « por cuanto es cosa impropia e indecente, celebrar en fiestas de tristeza, en tiempo
que nuestra Santa Madre Iglesia Católica Romana, las celebra de alegría. Como es la
Pascua de Resurrección, y otras. Proveyó y mandó, el dicho señor Visitador, que, en
semejantes tiempos, el reverendo Rector y Clero, de la dicha Iglesia, no hayan
procesiones…». Entonces así, situamos ya en la actualidad, y sin interrupción las fiestas
en el día de San Vicente Ferrer, siendo la Bajada el sábado anterior (antes, había sido la
Bajada domingo, por eso de una octava se pasará a celebrar el novenario).

cve: BOE-A-2023-23116
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