III. Otras disposiciones. COMUNITAT VALENCIANA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2023-23116)
Resolución de 6 de octubre de 2023, de la Vicepresidencia Primera y Conselleria de Cultura y Deporte, por la que se incoa expediente para declarar bien de interés cultural inmaterial, las Fiestas de la Mare de Déu del Castell de Cullera.
27 páginas totales
Página
Zahoribo únicamente muestra información pública que han sido publicada previamente por organismos oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Martes 14 de noviembre de 2023
Sec. III. Pág. 151978
de Sant Antoni voltean a las 5, conformando, propiamente dicho, un Vuelo General de
campanas, un diálogo sonoro cuando todavía es por la noche.
Indudable es que las emociones se despiertan también, cuando en el silencio de la
noche, las campanas rompen a cantar y se pueden escuchar por toda la Vila, dando la
bienvenida a aquellos que se apresuran a ver salir la imagen y despertando a aquellos
que la recibirán ya al lado del mar. Abre el ritual la bajada de la imagen del trono, y
portada por el clero y fijada, por el Custodio, a las andas elegidas por los portadores de
Sant Antoni, pasa a manos de estos, que la sacan del templo.
El séquito sigue así: SCUDAMM de cornetas y tambores, Cruz mayor alzada,
Pueblo, con formación irregular, agrupados y llenando las calles, Milicia y Custodia,
Andas de la Virgen María, llevada por los Portadores de Sant Antoni, Clero, presidiendo
el capellán de la parroquia visitada, en este caso de Sant Antoni, Camareras, con
acompañantes, Tauleters, con acompañantes, Junta del Patronato, Corporación
municipal, presidida por el Alcalde / Alcaldesa, con la Policía Local y Ordenanzas, Banda
de música.
El itinerario que seguirá empieza en el Patio de la Iglesia, plaza de la Virgen María,
plaza de la Libertad, calle del Valle, plaza Andrés Piles, calle 25 de abril, plaza Mongrell,
avenida de Blasco Ibáñez y plaza de la Constitución. Por todo el recorrido volvemos a
ver altares, tracas, cohetes y castillos de fuegos de artificio, mientras los portadores
bailan a la Virgen María y lo encaran a las puertas abiertas de las casas, y de los
hogares sociales que permanecen abiertas durante toda la madrugada. La llegada de la
procesión a la iglesia de Sant Antoni se hace saber, con el vuelo de campanas, que se
ha incorporado en los últimos años, puesto que antes no había campanas de vuelo en
este templo. Mientras el séquito ensarta hacia el mar, a lo largo de la avenida de Blasco
Ibáñez, los portadores van preparándose, para uno de los momentos más esperados del
año. Estos portadores, cambian sus pantalones largos, se remangan los pantalones, y
prescinden del calzado, haciendo el último tramo de la procesión descalzos. Un paseo
marítimo atestado recibe al séquito, que se deshace a las puertas de la playa, dejando
pasar, haciéndose lugar entre la gente, a los portadores con las andas de la Virgen
María. El silencio de este momento es abrumador, y tan solo lo rompen las sirenas de los
barcos que están faenando que esperaban este momento, para saludar a la Virgen
María. Los marineros, hacen sonar sus sirenas desde dentro de la Bahía de Cullera y
lanzan cohetes al cielo, que resuenan entre el silencio de aquellos que aguardan,
también descalzos al borde del mar. El sol, que despierta, empieza a alumbrar el fondo
del cielo, como un tapiz colores de negro, moratón y naranja. El día se abre mientras que
la Virgen María recorre, como volando, el Mar Mediterráneo. Solo dejando que el agua
salada nos bese los pies podemos llegar a sentir este cúmulo de estímulos en forma de
colores, olores y sonoros. Entre los clamores, los besos al aire, los vítols y aquellas
plegarias y agradecimientos que los cullerans i culleranes le profesarán en su intimidad,
la Virgen María vuelve a andar por la arena, dirigiéndose hacia el paseo, donde lo
esperan para presidir una misa de campaña. Antes, pero, tiene lugar uno de los
espectáculos pirotécnicos más lucidores de las fiestas. Lanzados y disparados desde
borde mar, los cohetes y truenos retruenan por toda la bahía, imposibilitando el sueño a
aquellos que todavía no eran despiertos. Hay quién sigue la Santa Misa, y hay de
aquellos que aprovechan para coger fuerzas, con un típico desayuno de buñuelos,
churros y chocolate. Al sonido de los primeros golpes de tambor, el séquito se retoma
para volver a la iglesia de los Santos Juanes.
Deshaciendo el camino por la avenida de Blasco Ibáñez, la Virgen María hace
parada a las puertas, abiertas, de la parroquia de Sant Antoni, con las campanas al
vol. Pasa después por la calle de Mar, haciendo parada a las puertas de la iglesia de
Santa Anna. Y ya, de nuevo en los Santos Juanes, la Virgen María sube, a su trono,
como es costumbre (con el órgano y el rogle sonando), pero por última vez en cuanto a
esta edición de las fiestas. Al anochecer volverá a ser bajada, para ser conducida hacia
su santuario.
cve: BOE-A-2023-23116
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 272
Martes 14 de noviembre de 2023
Sec. III. Pág. 151978
de Sant Antoni voltean a las 5, conformando, propiamente dicho, un Vuelo General de
campanas, un diálogo sonoro cuando todavía es por la noche.
Indudable es que las emociones se despiertan también, cuando en el silencio de la
noche, las campanas rompen a cantar y se pueden escuchar por toda la Vila, dando la
bienvenida a aquellos que se apresuran a ver salir la imagen y despertando a aquellos
que la recibirán ya al lado del mar. Abre el ritual la bajada de la imagen del trono, y
portada por el clero y fijada, por el Custodio, a las andas elegidas por los portadores de
Sant Antoni, pasa a manos de estos, que la sacan del templo.
El séquito sigue así: SCUDAMM de cornetas y tambores, Cruz mayor alzada,
Pueblo, con formación irregular, agrupados y llenando las calles, Milicia y Custodia,
Andas de la Virgen María, llevada por los Portadores de Sant Antoni, Clero, presidiendo
el capellán de la parroquia visitada, en este caso de Sant Antoni, Camareras, con
acompañantes, Tauleters, con acompañantes, Junta del Patronato, Corporación
municipal, presidida por el Alcalde / Alcaldesa, con la Policía Local y Ordenanzas, Banda
de música.
El itinerario que seguirá empieza en el Patio de la Iglesia, plaza de la Virgen María,
plaza de la Libertad, calle del Valle, plaza Andrés Piles, calle 25 de abril, plaza Mongrell,
avenida de Blasco Ibáñez y plaza de la Constitución. Por todo el recorrido volvemos a
ver altares, tracas, cohetes y castillos de fuegos de artificio, mientras los portadores
bailan a la Virgen María y lo encaran a las puertas abiertas de las casas, y de los
hogares sociales que permanecen abiertas durante toda la madrugada. La llegada de la
procesión a la iglesia de Sant Antoni se hace saber, con el vuelo de campanas, que se
ha incorporado en los últimos años, puesto que antes no había campanas de vuelo en
este templo. Mientras el séquito ensarta hacia el mar, a lo largo de la avenida de Blasco
Ibáñez, los portadores van preparándose, para uno de los momentos más esperados del
año. Estos portadores, cambian sus pantalones largos, se remangan los pantalones, y
prescinden del calzado, haciendo el último tramo de la procesión descalzos. Un paseo
marítimo atestado recibe al séquito, que se deshace a las puertas de la playa, dejando
pasar, haciéndose lugar entre la gente, a los portadores con las andas de la Virgen
María. El silencio de este momento es abrumador, y tan solo lo rompen las sirenas de los
barcos que están faenando que esperaban este momento, para saludar a la Virgen
María. Los marineros, hacen sonar sus sirenas desde dentro de la Bahía de Cullera y
lanzan cohetes al cielo, que resuenan entre el silencio de aquellos que aguardan,
también descalzos al borde del mar. El sol, que despierta, empieza a alumbrar el fondo
del cielo, como un tapiz colores de negro, moratón y naranja. El día se abre mientras que
la Virgen María recorre, como volando, el Mar Mediterráneo. Solo dejando que el agua
salada nos bese los pies podemos llegar a sentir este cúmulo de estímulos en forma de
colores, olores y sonoros. Entre los clamores, los besos al aire, los vítols y aquellas
plegarias y agradecimientos que los cullerans i culleranes le profesarán en su intimidad,
la Virgen María vuelve a andar por la arena, dirigiéndose hacia el paseo, donde lo
esperan para presidir una misa de campaña. Antes, pero, tiene lugar uno de los
espectáculos pirotécnicos más lucidores de las fiestas. Lanzados y disparados desde
borde mar, los cohetes y truenos retruenan por toda la bahía, imposibilitando el sueño a
aquellos que todavía no eran despiertos. Hay quién sigue la Santa Misa, y hay de
aquellos que aprovechan para coger fuerzas, con un típico desayuno de buñuelos,
churros y chocolate. Al sonido de los primeros golpes de tambor, el séquito se retoma
para volver a la iglesia de los Santos Juanes.
Deshaciendo el camino por la avenida de Blasco Ibáñez, la Virgen María hace
parada a las puertas, abiertas, de la parroquia de Sant Antoni, con las campanas al
vol. Pasa después por la calle de Mar, haciendo parada a las puertas de la iglesia de
Santa Anna. Y ya, de nuevo en los Santos Juanes, la Virgen María sube, a su trono,
como es costumbre (con el órgano y el rogle sonando), pero por última vez en cuanto a
esta edición de las fiestas. Al anochecer volverá a ser bajada, para ser conducida hacia
su santuario.
cve: BOE-A-2023-23116
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 272