III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2023-20873)
Decreto 80/2023, de 26 de julio, por el que se declara bien de interés cultural a la "Iglesia Parroquial de San Pedro" de la localidad de Gata (Cáceres), con categoría de monumento.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Lunes 9 de octubre de 2023

Sec. III. Pág. 135023

elevan esbeltos pilares adosados, compuestos por aglomeración de tres semicolumnas
de traza clásica, y unidos por una faja de inspiración jónica en la que asoman relieves de
carátulas y varios querubines.
La bóveda del primer tramo sigue un esquema de terceletes que se complica con la
inclusión de numerosos combados; así, enmarcando la clave central se configura un
rombo de lados curvos que, a su vez, se inscribe en un círculo del que nacen conopios
siguiendo los ejes longitudinal y transversal. En los entrecruzamientos de los nervios
(finos y de perfil triangular) aparecen 21 claves desornamentadas y barrenadas, es decir,
perforadas y carentes de ornamentación en las torteras. Tales crucerías, que sustentan
una plementería granítica, descansan en soportes fasciculados de tipo aún gótico; no
obstante, se aprecian ya semicolumnas dotadas de capiteles y basas clasicistas en los
dos pilares centrales y en los que flanquean el arco triunfal en los ángulos orientales de
la nave. En las esquinas de los muros de los pies se ven medias columnas con fustes
acanalados y capiteles toscanos, producto indudable de una cronología más avanzada
en esta parte del templo. Son destacables los preciosos plintos renacentistas de los dos
pilares que sostienen el referido arco fajón central (cuyos capiteles se embellecen con
vegetales y testas aladas de serafines), a uno de los cuales (el de la Epístola) se arrima
una berroqueña y gallonada pila de agua bendita.
Da paso a la capilla mayor un arco triunfal levemente apuntado, cuyas sencillas
molduras góticas continúan las de los pilares que lo sustentan. Así mismo son de
extracción medieval los capiteles y basas, ornados con vegetales y carátulas, así como
con molduraciones. Dicha capilla mayor tiene planta casi cuadrada, es ligeramente más
baja y más estrecha que el cuerpo de la nave. Se decora con una sencilla imposta en
gola, que recorre los lienzos del presbiterio a dos tercios de su altura, y se cubre con
sencilla bóveda de crucería dotada de terceletes dobles (obteniéndose, en
consecuencia, 9 claves) y de plementería granítica. La referida bóveda descansa en
responsiones esquineras que contienen símbolos de los cuatro evangelistas (el clásico
Tetramorfos, también presente, con similares características, en el ábside de la vecina
parroquia de Hoyos). Sus claves se adornan de forma estilizada con temas vegetales,
estrellas o con un ingenuo relieve de san Pedro revestido con los atributos pontificios (la
central). Todo ello, así como el evidente arcaísmo de los nervios y otros detalles
decorativos, evidencia desde luego en esta cabecera una fase constructiva anterior al
resto de la fábrica.
En el lado de la Epístola abre su puerta adintelada la sacristía, que exhibe una cruz
de la Orden de Alcántara labrada en la madera de la hoja. Dicha sacristía es un espacio
rectangular cubierto con bóveda de cañón con lunetos, de ladrillo macizo visto, que debió
de sustituir a la antigua techumbre de madera. Sobre la sacristía, desde el presbiterio, se
observa un vano, hoy cegado, practicado en arco rebajado y decorado con pometeados,
que en su día debió de hacer funciones de tribuna de nobles.
A los pies del templo se encuentra la tribuna del coro, constituida por un gran arco
carpanel que genera una bóveda de crucería simple, luciendo en la clave un motivo
floral. En ella son bien visibles los remiendos que se arrastraban desde finales del
siglo XVI, probablemente originados por la extrema planitud de este abovedamiento. A
pesar de ello, se consolidó, aunque exhibe las grapas y los herrajes que sirvieron para
contener las patologías producidas desde el momento mismo de la construcción, debidas
a graves errores de cálculo y al atrevimiento de los arquitectos al desarrollar un arco casi
recto, lo que derivó en la necesidad de engrosar los contrafuertes exteriores.
En el tramo de los pies, sobre el lienzo de la Epístola, se encuentra la capilla de la
Soledad, pequeña y lóbrega. Abierta en amplio arco de medio punto, con rejas sencillas,
de madera, fechadas en el año 1877. La estancia se cubre con una cúpula sobre
pechinas y no ofrece detalles arquitectónicos o decorativos dignos de mención. Fue
elevada hacia el año 1708 por el bachiller juan Martínez y por Diego Martínez de
Peramato, según nos informa Guerra Hontiveros.
En el mismo tramo, pero sobre el muro del Evangelio, existe una pequeña capilla con
acceso en medio punto y bóveda de cañón. Es la capilla Bautismal, que alberga la pila.

cve: BOE-A-2023-20873
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Núm. 241