III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2023-13948)
Resolución de 21 de febrero de 2023, de la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo, por la que se incoa expediente para la declaración de los oficios y saberes relacionados con el bote de vela latina y la práctica de su navegación en la ría del Eo, como bien de interés cultural de carácter inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Lunes 12 de junio de 2023

Sec. III. Pág. 83636

Una buena navegación exige que la vela reúna las siguientes condiciones en su
montaje: Bien diseñada, bien rematada, bien armada, bien montada. Son saberes que la
comunidad portadora transmite y comparte, que son también objeto de debate, ya que
no solo pesan las características del bote para definir su arboladura, sino también los
gustos y personalidad del patrón. Velas y aparejos mayores facilitan una navegación más
deportiva, pero exigen también mayores condiciones físicas y destrezas.
Tradicionalmente estas velas se confeccionaban con lienzo moreno, tarea que
suponía un trabajo puramente artesanal, cortándolas a mano con tijera. Se cosían con
las antiguas máquinas de pedal, tipo Singer Alfa, y se relingaban a mano, por lo que no
había muchos marineros artesanos capaces de hacer una buena vela, bien adaptada al
bote para el que se confeccionaba.
Con el paulatino declive del bote de vela latina como herramienta de trabajo, los
aparejos han ido ganando superficie vélica, con velas más altas y estrechas y que
resultan mejores para la navegación recreativa y facilitan el gobierno, ya que la
embarcación no tiende a orzar tanto como las antiguas. Con una fabricación artesanal y
precaria, históricamente nunca se cortaban dos velas iguales para dos botes idénticos.
«Aquellas velas eran pequeñas pues no estaban pensadas para las regatas o el recreo,
sino para ganarse la vida en el pasaje entre Castropol, Figueras y Ribadeo o pescar
fuera de la ría, velas que andaban poco, pero que daban seguridad a los botes» («El
bote de vela de la ría del Eo». Ramón Canel).
La peculiar configuración del bote de vela latina de la ría del Eo, concebido para una
impulsión mixta, hace muy delicada y decisiva para la navegación a vela la estimación
del centro vélico y la colocación del estrobo de la verga, ya que si la mayor superficie del
paño cae demasiado a popa, estas embarcaciones tienden a orzar de forma exagerada.
Se trata de nuevo de un saber comunitario, que se transmite y cuida y en el que se
intenta minimizar uno de los efectos más notables del diseño de estas embarcaciones:
los botes siempre tienden a orzar, lo que obliga a mantener la caña del timón arribando y
es causa de que naveguen menos ya que están frenados por el timón, que al ir con
ángulo respecto a la trayectoria del bote, provoca una resistencia al avance.
El palo o mástil, la verga y sus aparejos.
En el estuario del Eo, al único mástil de su embarcación más tradicional se le llama
simplemente «palo». Históricamente se elaboraba en una sola pieza de un pino recto y
sano, pero la aparición de colas ha permitido que hoy se hagan de la misma madera
pero de piezas encoladas. El palo va apoyado en la pila o carlinga y sujeto en la
fogonadura, un rebaje en el castillo de proa en su parte anterior que, mediante un
zuncho de hierro, lo trinca para que el palo no se mueva. Además del zuncho, otro
sistema de trincar el palo al castillo es por medio de un mallete.
El aparejo del palo está formado por los obenquillos, que se sujetan en las pestañas
que salen lateralmente del zuncho del galope y a unos flejes hoy de acero firmes al
casco por su interior, que sobresalen por el corredor o carel para trincar el tensor que
lleva cada obenquillo en su extremo. Estos obenques suelen ser ya también de acero
inoxidable.
Para izar la vela, el bote de la ría del Eo cuenta con un aparejo sencillo, dotado de
una driza, el cabo destinado a izar la vela hasta su posición para navegar, y una raca,
una pieza construida de madera (hoy en acero) que rodea el palo y provisto de un
gancho abierto y enfrente otro cerrado. En el cerrado, por medio de un grillete, se sujeta
el motón, y en el abierto se engancha el estrobo de la verga. Este elemento se desliza
por el palo y nos permite el izado y arriado de la vela, así como sujetar la verga al palo.
Completa el aparejo, el motón o pasteca pequeña, una polea que se intercala en el
aparejo de izado de la vela para reducir el esfuerzo del izado.
3.

La carpintería de ribera en la ría del Eo: evolución histórica

La fabricación preindustrial de embarcaciones, ejecutada por los carpinteros de
ribera, modela uno de los aspectos más peculiares y singulares del paisaje de la ría del

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