III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2023-13948)
Resolución de 21 de febrero de 2023, de la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo, por la que se incoa expediente para la declaración de los oficios y saberes relacionados con el bote de vela latina y la práctica de su navegación en la ría del Eo, como bien de interés cultural de carácter inmaterial.
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No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 139
Lunes 12 de junio de 2023
El forrado o banceado del casco. El cepillado y el lijado.
El forrado o banceado es la operación más compleja y meticulosa, pues de ella
depende en gran medida que el bote sea estanco y no haga agua. A las tablas que
forran el casco se les llama banzos y a cada hilera de tablas se le denomina traca. Estas
tablas necesitan prepararse para que se adapten a la forma de cada una de las
cuadernas, tanto de plano como en los cantos, con ayuda de una falsa escuadra para
que queden a paño entre sí (el canto inferior puede ser paralelo o no al canto superior de
la tabla).
Hay que tratar de que los cantos de los banzos contiguos de las tracas abran hacia
afuera y no hacia adentro, ya que en este último caso, la operación del calafateado es
más engorrosa, la estopa no queda bien distribuida entre los cantos de los banzos y el
bote hace agua mucho más fácil.
Las tablas se unen unas a otras sin superponerse tanto en sentido vertical como
longitudinal. A este tipo de banceado se le llama «forrado a tope» o «banceado a tope»
(por oposición al tipo «banceado a tingladillo» o «banceado de escarda o calime» como
la dorna gallega o antiguamente los botes salvavidas de madera de grandes buques
mercantes).
Una parte vital del banceado es el encastre de las tablas con un buen ajuste y apoyo
en los alefrices de la roda, quilla y codaste (ranura triangular a lo largo del borde superior
de los laterales donde irán encajados los banzos que conforman la traca de aparadura)
pues de ello depende en gran parte la trabazón del casco.
Los carpinteros de ribera, para determinar la curvatura que debe de tener el canto del
banzo antes de su colocación para que ajuste perfectamente con el banzo contiguo ya
colocado, emplean una tabla de pino de muy poco grosor (aprox. 0,5 cm) y bastante
anchura (aprox. 15 cm) denominado «frasquía» o «fasquía». En este proceso, la
experiencia demuestra que resulta muy importante dejarle que contornee las cuadernas
tal como llama naturalmente sin forzarla en ningún sentido; es decir que debe de seguir
la dirección que voluntariamente quiera adoptar. La operación consiste en fijar la frasquía
a las cuadernas a una cierta distancia del banzo ya clavado y con el compás tomar una
serie de distancias, anotando dichas distancias en la propia frasquía entre el canto
inferior del banzo y el superior del listón en cada una de las cuadernas para
posteriormente desclavarla de las cuadernas y pasar dichas cotas a la tabla o banzo
apoyando una de las puntas del compás en el borde del mismo.
El proceso de curvado de los banzos se basa en la aplicación controlada de calor
que ablanda la madera –agua hirviendo para evitar que absorba el agua–, pudiendo
entonces curvarse fácilmente con ayuda de prensas y torniquetes sin perder sus
propiedades (este proceso recibe el nombre de cocer la madera). Se hierve el agua y se
mete el banzo en el agua hirviendo y se pasa el agua con una escoba por ambas caras
varias veces y posteriormente se lleva rápidamente el banzo a su posición, fijándose a
las cuadernas con prensas y torniquetes.
Para que el borde o canto del nuevo banzo ajuste con el bance contiguo se toman
ángulos con la falsa escuadra en la unión con las cuadernas y se talla dicho canto con el
cepillo o la garlopa.
La unión longitudinal de las diferentes tablas que forman una hilera de banzos o
tracas (lo ideal es que existan banzos de una sola pieza aunque no resulta fácil
encontrarlos) se hace en el centro de una cuaderna, procurando que estas uniones estén
alternadas en el sentido transversal, cruzando las juntas para no interrumpir la
resistencia longitudinal en la misma cuaderna. Para llevar los banzos a su posición en
relación con las cuadernas y las tablas contiguas, se emplean distintos sistemas de
sujeción.
2.2.4
El calafateado.
Calafatear consiste en introducir entre las juntas de las tablas y en los topes de unión
de las mismas, algo que impida la entrada de agua al objeto de que haga el bote estanco
cve: BOE-A-2023-13948
Verificable en https://www.boe.es
2.2.3
Sec. III. Pág. 83634
Núm. 139
Lunes 12 de junio de 2023
El forrado o banceado del casco. El cepillado y el lijado.
El forrado o banceado es la operación más compleja y meticulosa, pues de ella
depende en gran medida que el bote sea estanco y no haga agua. A las tablas que
forran el casco se les llama banzos y a cada hilera de tablas se le denomina traca. Estas
tablas necesitan prepararse para que se adapten a la forma de cada una de las
cuadernas, tanto de plano como en los cantos, con ayuda de una falsa escuadra para
que queden a paño entre sí (el canto inferior puede ser paralelo o no al canto superior de
la tabla).
Hay que tratar de que los cantos de los banzos contiguos de las tracas abran hacia
afuera y no hacia adentro, ya que en este último caso, la operación del calafateado es
más engorrosa, la estopa no queda bien distribuida entre los cantos de los banzos y el
bote hace agua mucho más fácil.
Las tablas se unen unas a otras sin superponerse tanto en sentido vertical como
longitudinal. A este tipo de banceado se le llama «forrado a tope» o «banceado a tope»
(por oposición al tipo «banceado a tingladillo» o «banceado de escarda o calime» como
la dorna gallega o antiguamente los botes salvavidas de madera de grandes buques
mercantes).
Una parte vital del banceado es el encastre de las tablas con un buen ajuste y apoyo
en los alefrices de la roda, quilla y codaste (ranura triangular a lo largo del borde superior
de los laterales donde irán encajados los banzos que conforman la traca de aparadura)
pues de ello depende en gran parte la trabazón del casco.
Los carpinteros de ribera, para determinar la curvatura que debe de tener el canto del
banzo antes de su colocación para que ajuste perfectamente con el banzo contiguo ya
colocado, emplean una tabla de pino de muy poco grosor (aprox. 0,5 cm) y bastante
anchura (aprox. 15 cm) denominado «frasquía» o «fasquía». En este proceso, la
experiencia demuestra que resulta muy importante dejarle que contornee las cuadernas
tal como llama naturalmente sin forzarla en ningún sentido; es decir que debe de seguir
la dirección que voluntariamente quiera adoptar. La operación consiste en fijar la frasquía
a las cuadernas a una cierta distancia del banzo ya clavado y con el compás tomar una
serie de distancias, anotando dichas distancias en la propia frasquía entre el canto
inferior del banzo y el superior del listón en cada una de las cuadernas para
posteriormente desclavarla de las cuadernas y pasar dichas cotas a la tabla o banzo
apoyando una de las puntas del compás en el borde del mismo.
El proceso de curvado de los banzos se basa en la aplicación controlada de calor
que ablanda la madera –agua hirviendo para evitar que absorba el agua–, pudiendo
entonces curvarse fácilmente con ayuda de prensas y torniquetes sin perder sus
propiedades (este proceso recibe el nombre de cocer la madera). Se hierve el agua y se
mete el banzo en el agua hirviendo y se pasa el agua con una escoba por ambas caras
varias veces y posteriormente se lleva rápidamente el banzo a su posición, fijándose a
las cuadernas con prensas y torniquetes.
Para que el borde o canto del nuevo banzo ajuste con el bance contiguo se toman
ángulos con la falsa escuadra en la unión con las cuadernas y se talla dicho canto con el
cepillo o la garlopa.
La unión longitudinal de las diferentes tablas que forman una hilera de banzos o
tracas (lo ideal es que existan banzos de una sola pieza aunque no resulta fácil
encontrarlos) se hace en el centro de una cuaderna, procurando que estas uniones estén
alternadas en el sentido transversal, cruzando las juntas para no interrumpir la
resistencia longitudinal en la misma cuaderna. Para llevar los banzos a su posición en
relación con las cuadernas y las tablas contiguas, se emplean distintos sistemas de
sujeción.
2.2.4
El calafateado.
Calafatear consiste en introducir entre las juntas de las tablas y en los topes de unión
de las mismas, algo que impida la entrada de agua al objeto de que haga el bote estanco
cve: BOE-A-2023-13948
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2.2.3
Sec. III. Pág. 83634