III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2023-13948)
Resolución de 21 de febrero de 2023, de la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo, por la que se incoa expediente para la declaración de los oficios y saberes relacionados con el bote de vela latina y la práctica de su navegación en la ría del Eo, como bien de interés cultural de carácter inmaterial.
14 páginas totales
Página
Zahoribo únicamente muestra información pública que han sido publicada previamente por organismos oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 139
Lunes 12 de junio de 2023
Sec. III. Pág. 83638
trasladarse a la ensenada de Villavieja, en Ribadeo, donde hasta 1993 siguieron
construyendo buques en madera; a partir de esa fecha empezaron a utilizar acero.
3.1
Astilleros Pacho. El último carpintero de ribera de Asturias.
Desde mediados del siglo pasado la artesanía naval va a sufrir un constante
descenso de actividad y en la actualidad tan solo se puede hablar de un taller activo de
carpintería de ribera en el concejo de Castropol, taller único en Asturias y en todo el
Cantábrico por dedicarse a la construcción del bote de vela latina, además de otras
pequeñas embarcaciones de pesca y recreo, dentro de los cánones tradicionales de los
carpinteros de ribera: Astilleros Pacho. Eso y el hecho de que la carpintería de ribera
tradicional forme parte del patrimonio etnográfico y cultural de la región en la que se
asienta, hace que Astilleros Pacho esté comprometido en mantener esta tradición viva.
Esta empresa familiar fue fundada en el año 1944 por Marcelino González
Santamarina («Pacho»). En la pequeña playa de Salías construye los primeros botes y
lanchas hasta que en 1953 traslada su taller de carpintería de ribera a la desembocadura
del río Berbesa, en La Linera, donde se mantiene hasta la actualidad. Durante los
años 60 el taller experimenta su pleno apogeo llegando a tener nueve trabajadores,
momento en el que se incorporan a la plantilla sus dos hijos Carlos y Jose Félix
(«Pepe»). En 1967 los hermanos, «Os Pachos», toman el testigo de la empresa familiar
como segunda generación. Entre los trabajadores cabe citar a los carpinteros de ribera
Miguel de Vilavedelle y Ramón de Requeixo, que trabajaron junto con Marcelino
González Santamarina. En los años 60 se sumaron; Cándido de Pepina, Bernardo da
Portuguesa, Pedro de Quintalonga, Lino da Lieira, El Rey da Pereira, Paco de Aparicio,
Pepe da Murga, Juanín, El Andaluz, Belarmino de Castropol y Benito das Campas.
Las numerosas embarcaciones salidas de este taller son testigo hoy día del auge
que la carpintería de ribera manifestó en la ribera del Eo. Un oficio ancestral en nuestra
región que hoy queda reducido al último carpintero de ribera Martín González, la tercera
generación. Martín se incorpora al taller familiar en 1995 y continúa en solitario
desde 2011 al frente del negocio familiar, construyendo botes de vela latina tal y como
hacía su abuelo (con las mismas plantillas de los años 40). La construcción de cada
pieza le lleva entre dos y tres meses de trabajo. Así mismo repara y realiza el
mantenimiento de la mayoría de los botes que se encuentran en activo. Desde su
fundación estos astilleros tienen contabilizados en sus archivos, la construcción de 190
botes de vela latina, de los cuales 142 aún pueden contemplarse navegando en el
entorno de la ría del Eo.
Algunas de las embarcaciones más emblemáticas que han salido de este taller de
carpintería de ribera pueden conocerse hoy en día a través de las maquetas, más de
cien, que José Félix («Pepe») lleva realizando durante los últimos 40 años.
Comunidades portadoras y percepción del sujeto protagonista
Las comunidades directamente vinculadas con esta manifestación son los
pobladores del entorno de la ría del Eo, donde el bote de vela latina constituyó hasta
mediados del siglo pasado uno de los ejes centrales de la vida. El Aldeano (periódico
comarcal de Castropol, editado entre 1929 y 1933) nos acerca a través de sus páginas la
cotidianeidad de la presencia del bote en la ría, con noticias sobre los usos y costumbres
relacionados con este bien, entre ellos el desaparecido oficio de «botero» que realizaba
el traslado de pasajeros de la ría entre Ribadeo, Castropol y Figueras. Esta labor se
perpetuó realizándose con el bote de vela hasta los años 60 cuando se sustituyó por
lanchas a motor.
Es en la década de los 60 del pasado siglo cuando el empleo tradicional del bote de
vela (transporte y pesca) queda relegado por las embarcaciones propulsadas a motor y
surge entre la comunidad la inquietud de nuevos usos como embarcación de recreo y
deporte náutico. Las primeras regatas especializadas en el bote de vela por la ría del Eo
se celebran en Castropol el 25 de julio de 1964, día de Santiago y fiesta local
cve: BOE-A-2023-13948
Verificable en https://www.boe.es
4.
Núm. 139
Lunes 12 de junio de 2023
Sec. III. Pág. 83638
trasladarse a la ensenada de Villavieja, en Ribadeo, donde hasta 1993 siguieron
construyendo buques en madera; a partir de esa fecha empezaron a utilizar acero.
3.1
Astilleros Pacho. El último carpintero de ribera de Asturias.
Desde mediados del siglo pasado la artesanía naval va a sufrir un constante
descenso de actividad y en la actualidad tan solo se puede hablar de un taller activo de
carpintería de ribera en el concejo de Castropol, taller único en Asturias y en todo el
Cantábrico por dedicarse a la construcción del bote de vela latina, además de otras
pequeñas embarcaciones de pesca y recreo, dentro de los cánones tradicionales de los
carpinteros de ribera: Astilleros Pacho. Eso y el hecho de que la carpintería de ribera
tradicional forme parte del patrimonio etnográfico y cultural de la región en la que se
asienta, hace que Astilleros Pacho esté comprometido en mantener esta tradición viva.
Esta empresa familiar fue fundada en el año 1944 por Marcelino González
Santamarina («Pacho»). En la pequeña playa de Salías construye los primeros botes y
lanchas hasta que en 1953 traslada su taller de carpintería de ribera a la desembocadura
del río Berbesa, en La Linera, donde se mantiene hasta la actualidad. Durante los
años 60 el taller experimenta su pleno apogeo llegando a tener nueve trabajadores,
momento en el que se incorporan a la plantilla sus dos hijos Carlos y Jose Félix
(«Pepe»). En 1967 los hermanos, «Os Pachos», toman el testigo de la empresa familiar
como segunda generación. Entre los trabajadores cabe citar a los carpinteros de ribera
Miguel de Vilavedelle y Ramón de Requeixo, que trabajaron junto con Marcelino
González Santamarina. En los años 60 se sumaron; Cándido de Pepina, Bernardo da
Portuguesa, Pedro de Quintalonga, Lino da Lieira, El Rey da Pereira, Paco de Aparicio,
Pepe da Murga, Juanín, El Andaluz, Belarmino de Castropol y Benito das Campas.
Las numerosas embarcaciones salidas de este taller son testigo hoy día del auge
que la carpintería de ribera manifestó en la ribera del Eo. Un oficio ancestral en nuestra
región que hoy queda reducido al último carpintero de ribera Martín González, la tercera
generación. Martín se incorpora al taller familiar en 1995 y continúa en solitario
desde 2011 al frente del negocio familiar, construyendo botes de vela latina tal y como
hacía su abuelo (con las mismas plantillas de los años 40). La construcción de cada
pieza le lleva entre dos y tres meses de trabajo. Así mismo repara y realiza el
mantenimiento de la mayoría de los botes que se encuentran en activo. Desde su
fundación estos astilleros tienen contabilizados en sus archivos, la construcción de 190
botes de vela latina, de los cuales 142 aún pueden contemplarse navegando en el
entorno de la ría del Eo.
Algunas de las embarcaciones más emblemáticas que han salido de este taller de
carpintería de ribera pueden conocerse hoy en día a través de las maquetas, más de
cien, que José Félix («Pepe») lleva realizando durante los últimos 40 años.
Comunidades portadoras y percepción del sujeto protagonista
Las comunidades directamente vinculadas con esta manifestación son los
pobladores del entorno de la ría del Eo, donde el bote de vela latina constituyó hasta
mediados del siglo pasado uno de los ejes centrales de la vida. El Aldeano (periódico
comarcal de Castropol, editado entre 1929 y 1933) nos acerca a través de sus páginas la
cotidianeidad de la presencia del bote en la ría, con noticias sobre los usos y costumbres
relacionados con este bien, entre ellos el desaparecido oficio de «botero» que realizaba
el traslado de pasajeros de la ría entre Ribadeo, Castropol y Figueras. Esta labor se
perpetuó realizándose con el bote de vela hasta los años 60 cuando se sustituyó por
lanchas a motor.
Es en la década de los 60 del pasado siglo cuando el empleo tradicional del bote de
vela (transporte y pesca) queda relegado por las embarcaciones propulsadas a motor y
surge entre la comunidad la inquietud de nuevos usos como embarcación de recreo y
deporte náutico. Las primeras regatas especializadas en el bote de vela por la ría del Eo
se celebran en Castropol el 25 de julio de 1964, día de Santiago y fiesta local
cve: BOE-A-2023-13948
Verificable en https://www.boe.es
4.