III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DEL PRINCIPADO DE ASTURIAS. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2023-13947)
Resolución de 11 de enero de 2023, de la Consejería de Cultura, Política Llingüística y Turismo, por la que se incoa expediente para la declaración de la cultura del azabache, como bien de interés cultural de carácter inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Lunes 12 de junio de 2023

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utilizándose hoy en día aunque se documente ya en la antigüedad remota. Hay
referencias en el mundo egipcio, permanece en el mundo oriental pero también es
común en occidente: el alcance de este símbolo es de una enorme extensión territorial y
una extraordinaria pregnancia, que atraviesa culturas y épocas. En la Península Ibérica,
además del sustrato latino se da la circunstancia de que también goce de aceptación
entre los musulmanes hispanos esta adoración por el azabache, así como la asunción de
este tipo de formas (como la jamsa, la representación de la mano abierta) que perduran
durante siglos.
La higa, figa, puñeta (en Asturias ocasionalmente puñerín) o cigua (término más
común en nuestra tierra para esta «manina»), es una pieza con forma de mano cerrada
con el pulgar pasando entre los dedos índice y corazón, que tiene un carácter profiláctico
y se identifica como amuleto de protección (apotropaico) para alejar el mal de ojo y otros
maleficios. Se usaba en mujeres y niños, por servir contra los celos, la envida y el mal
de ojo.
Sirvan como ejemplos que documentan esta vigencia hasta época reciente, en el
medio rural, de la creencia en el poder de la «cigua» de azabache dos testimonios
recogidos, en junio y julio de 1997 respectivamente, ambos en el concejo de Aller, por
parte de Jesús Suárez López e integrados en el Archivo de la Tradición Oral de Asturias.
Uno de ellos atestigua la creencia de esta pieza como protectora contra el mal de ojo y el
otro es relativo al poder de una bruja que rompió, a distancia, dicha pieza propiedad de
la abuela de los informantes.
Por cerrar este apartado, diremos que la cigua de azabache es un amuleto
genuinamente hispánico y se viene considerando como el ejemplo más antiguo una
localizada en Granada que se dataría con anterioridad a mediados del siglo XIII, por su
hallazgo junto a un tesorillo de dirhemes almohades. El principal estudioso de estas
piezas, Guillermo de Osma y Scull, en su clásico Catálogo de azabaches
compostelanos…, apunta cómo el gusto por la antigüedad que propicia el Renacimiento
explica esa recuperación de amuletos antiguos a partir del siglo XVI por parte de las
clases sociales poderosas y cultas, siendo finalmente incorporados, por asimilación, por
las populares que finalmente conservaron esta costumbre hasta prácticamente el
presente. Es de enorme interés esa reflexión, porque este fenómeno de conexión con
formas o incorporación de símbolos antiguos por parte de las élites para prestigiarse,
que luego es imitado por los grupos populares para asimilarse socialmente, recayendo
finalmente en ellos su custodia…, se ha visto en otros contextos y momentos: es un
mecanismo sociocultural recurrente.
En el contexto católico de época moderna, el amuleto va alterándose e incorpora
comúnmente otras figuras religiosas, así como motivos asociados al Camino de Santiago
por su vinculación a esa ruta y destino, generando variedad y riqueza. Sortea también
las cada vez más comunes condenas de la Iglesia cuando la forma era realista y se
criticaba su componente idólatra que, no obstante, tuvieron poco éxito porque el
consumo de amuletos fue masivo hasta el siglo XVIII aproximadamente.
En cuanto a los amuletos con representaciones de media luna, aparecen ya en el
medio oriental y en el tercer milenio antes de nuestra era, en formatos tales como
colgantes: a la Península Ibérica llegan probablemente por influencia fenicia y se
conservan ejemplos de época romana y también vinculados al mundo celta. Estas lunas
crecientes se colocaban en niños para prevenirles del «alunado», entendido como
trastorno gástrico, erupciones cutáneas y otras enfermedades.
Como consideración final, decir que sigue siendo habitual la producción de estos
amuletos, sobremanera las ciguas, en Asturias orientadas tanto al consumo local como a
su venta en Galicia, pero del mismo modo se tallan aún hoy en el continente americano,
particularmente en Venezuela (a partir de un material denominado azabache pero que se
corresponde con algas fosilizadas que producen un carbón de características diferentes
por completo al asturiano) y siguen reminiscencias españolas de época colonial en la
decoración de los cabos (antebrazos), exportándose a otros países incluido el nuestro.

cve: BOE-A-2023-13947
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Núm. 139