III. Otras disposiciones. MINISTERIO DE CULTURA Y DEPORTE. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2023-12133)
Resolución de 12 de mayo de 2023, de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, por la que se incoa expediente de declaración de bien de interés cultural, en la categoría de bien mueble, a favor del Legado Cajal, dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 122
Martes 23 de mayo de 2023
Sec. III. Pág. 71058
ayudante interino de Anatomía en la Universidad de Zaragoza. Dos años más tarde
obtuvo el doctorado en la Universidad de Madrid con la tesis «Patogenia de la
Inflamación» y, a continuación, se convirtió en director del Museo Anatómico de
Zaragoza, cargo que desempeñó hasta que obtuvo la cátedra de Anatomía General de la
Universidad de Valencia (1883). Posteriormente, ejerció su magisterio en las
universidades de Barcelona (1887) y Madrid (1892).
– La doctrina de la neurona, base de la neurociencia.
Sus investigaciones sobre los procesos de las células nerviosas le condujeron a
desarrollar una teoría revolucionaria que pasó a ser conocida cómo la Doctrina de la
neurona en la que se demuestra que las neuronas son células cerebrales individuales y
no un tejido conectado (teoría reticular), como se creía hasta ese momento. Esta teoría
está considerada la base de la neurociencia moderna.
Como parte del Legado Cajal, se conserva la caja de placas histológicas que utilizó
el científico para refutar el reticularismo, con una inscripción de su puño y letra en la que
se puede leer: «Para trabajo de refutación de los antineuronistas».
Sobre esta teoría destacan dos de sus publicaciones. La primera fue en mayo
de 1888 en la revista trimestral de «Histología Normal y Patológica», aceptada un año
más tarde en el Congreso de la Sociedad Anatómica Alemana de Berlín. La segunda fue
su obra cumbre, «Textura del sistema nervioso del hombre y los vertebrados», en la que
aparece sistematizada su investigación.
Precisamente por sus descubrimientos acerca de la estructura del sistema nervioso y
el papel de la neurona, le concedieron el premio Nobel en Fisiología o Medicina en 1906,
galardón que compartió con Camillo Golgi.
Además del Nobel, a lo largo de su vida recibió numerosas muestras de
reconocimiento por su obra, entre otras, la medalla de oro de Helmholtz de la Academia
Imperial de Ciencias de Berlín (1905), pieza que forma parte del Legado.
Incluso después de su muerte, Ramón y Cajal ha continuado recibiendo homenajes.
En 1998, la misión Neurolab de la NASA llevó a bordo de la nave Columbia 12
preparaciones histológicas y 9 dibujos realizados por Cajal, en homenaje y
reconocimiento a su figura como padre de la neurociencia moderna.
A principios del siglo XX, el Gobierno de España decidió otorgarle los medios
necesarios para que pudiera realizar sus investigaciones, fundando el Laboratorio de
Investigaciones Biológicas, del que fue nombrado director. Este laboratorio daría origen
al Instituto Cajal (1920), incorporado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas
en 1939.
En paralelo, fue nombrado presidente de la Junta para la Ampliación de Estudios e
Investigaciones Biológicas (JAE) desde la que dirigió el mayor proyecto científico de
regeneración y modernización de la época. Alentó cambios estructurales en el sistema
educativo español, convirtiendo la JAE en el embrión que daría origen al Consejo
Superior de Investigaciones Científicas.
Sus alumnos fueron la segunda familia de Ramón y Cajal. Sus libros autobiográficos
y las biografías de los que le conocieron coinciden en que su labor como investigador
solo puede equiparse a su labor como maestro. Su voluntad por enseñar creó escuela y
dio lugar a que varios de sus alumnos se convirtieran en sus sucesores.
Además de sus publicaciones científicas, Santiago Ramón y Cajal escribió varias
obras donde se reflejan sus diferentes intereses: «Reglas y consejos sobre investigación
científica» (1897); «Recuerdos de mi vida, autobiografía literaria» (1901-1904); el libro de
máximas y aforismos «Charlas de café»; o su última obra literaria, «El mundo visto a los
ochenta años».
cve: BOE-A-2023-12133
Verificable en https://www.boe.es
– Investigador y maestro.
Núm. 122
Martes 23 de mayo de 2023
Sec. III. Pág. 71058
ayudante interino de Anatomía en la Universidad de Zaragoza. Dos años más tarde
obtuvo el doctorado en la Universidad de Madrid con la tesis «Patogenia de la
Inflamación» y, a continuación, se convirtió en director del Museo Anatómico de
Zaragoza, cargo que desempeñó hasta que obtuvo la cátedra de Anatomía General de la
Universidad de Valencia (1883). Posteriormente, ejerció su magisterio en las
universidades de Barcelona (1887) y Madrid (1892).
– La doctrina de la neurona, base de la neurociencia.
Sus investigaciones sobre los procesos de las células nerviosas le condujeron a
desarrollar una teoría revolucionaria que pasó a ser conocida cómo la Doctrina de la
neurona en la que se demuestra que las neuronas son células cerebrales individuales y
no un tejido conectado (teoría reticular), como se creía hasta ese momento. Esta teoría
está considerada la base de la neurociencia moderna.
Como parte del Legado Cajal, se conserva la caja de placas histológicas que utilizó
el científico para refutar el reticularismo, con una inscripción de su puño y letra en la que
se puede leer: «Para trabajo de refutación de los antineuronistas».
Sobre esta teoría destacan dos de sus publicaciones. La primera fue en mayo
de 1888 en la revista trimestral de «Histología Normal y Patológica», aceptada un año
más tarde en el Congreso de la Sociedad Anatómica Alemana de Berlín. La segunda fue
su obra cumbre, «Textura del sistema nervioso del hombre y los vertebrados», en la que
aparece sistematizada su investigación.
Precisamente por sus descubrimientos acerca de la estructura del sistema nervioso y
el papel de la neurona, le concedieron el premio Nobel en Fisiología o Medicina en 1906,
galardón que compartió con Camillo Golgi.
Además del Nobel, a lo largo de su vida recibió numerosas muestras de
reconocimiento por su obra, entre otras, la medalla de oro de Helmholtz de la Academia
Imperial de Ciencias de Berlín (1905), pieza que forma parte del Legado.
Incluso después de su muerte, Ramón y Cajal ha continuado recibiendo homenajes.
En 1998, la misión Neurolab de la NASA llevó a bordo de la nave Columbia 12
preparaciones histológicas y 9 dibujos realizados por Cajal, en homenaje y
reconocimiento a su figura como padre de la neurociencia moderna.
A principios del siglo XX, el Gobierno de España decidió otorgarle los medios
necesarios para que pudiera realizar sus investigaciones, fundando el Laboratorio de
Investigaciones Biológicas, del que fue nombrado director. Este laboratorio daría origen
al Instituto Cajal (1920), incorporado al Consejo Superior de Investigaciones Científicas
en 1939.
En paralelo, fue nombrado presidente de la Junta para la Ampliación de Estudios e
Investigaciones Biológicas (JAE) desde la que dirigió el mayor proyecto científico de
regeneración y modernización de la época. Alentó cambios estructurales en el sistema
educativo español, convirtiendo la JAE en el embrión que daría origen al Consejo
Superior de Investigaciones Científicas.
Sus alumnos fueron la segunda familia de Ramón y Cajal. Sus libros autobiográficos
y las biografías de los que le conocieron coinciden en que su labor como investigador
solo puede equiparse a su labor como maestro. Su voluntad por enseñar creó escuela y
dio lugar a que varios de sus alumnos se convirtieran en sus sucesores.
Además de sus publicaciones científicas, Santiago Ramón y Cajal escribió varias
obras donde se reflejan sus diferentes intereses: «Reglas y consejos sobre investigación
científica» (1897); «Recuerdos de mi vida, autobiografía literaria» (1901-1904); el libro de
máximas y aforismos «Charlas de café»; o su última obra literaria, «El mundo visto a los
ochenta años».
cve: BOE-A-2023-12133
Verificable en https://www.boe.es
– Investigador y maestro.