I. Disposiciones generales. JEFATURA DEL ESTADO. Medidas urgentes. (BOE-A-2023-11187)
Real Decreto-ley 4/2023, de 11 de mayo, por el que se adoptan medidas urgentes en materia agraria y de aguas en respuesta a la sequía y al agravamiento de las condiciones del sector primario derivado del conflicto bélico en Ucrania y de las condiciones climatológicas, así como de promoción del uso del transporte público colectivo terrestre por parte de los jóvenes y prevención de riesgos laborales en episodios de elevadas temperaturas.
65 páginas totales
Página
Zahoribo únicamente muestra información pública que han sido publicada previamente por organismos oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Viernes 12 de mayo de 2023
Sec. I. Pág. 65815
Estos hechos tienen consecuencias directas sobre la situación económica de los
operadores del sector primario: una reducción de la producción habitual genera una
reducción correlativa de ingresos que ahonda en la ya de por sí difícil situación de las
explotaciones, afectadas por los sucesivos acontecimientos recientes, que se han venido
solapando.
Las circunstancias mencionadas, el cambio de cultivo, la pérdida de las cosechas o
la disminución de la actividad o incluso el cierre de granjas generan efectos inmediatos
en la economía rural, tanto del sector primario directamente relacionado como del resto
de actores en el mercado. Así, se reduce de modo directo el consumo de maquinaria –
tanto en compra como en otros regímenes–, lo que afecta al sector de la automoción y
retrasa el objetivo de modernizar nuestro parque de maquinaria agraria; se reduce
proporcionalmente la adquisición de otros insumos esenciales que ya no van a ser
necesarios ante la nueva realidad, tales como fertilizantes, fitosanitarios, semillas…, con
el consiguiente efecto arrastre para los operadores de bienes y servicios en dichos
sectores; y, por último, se reduce también de modo directo el dinamismo de la economía
en las zonas rurales afectadas por esta minoración de rentas disponibles, lo que juega
en contra de las políticas públicas frente al reto demográfico y el despoblamiento.
En efecto, las extremadas condiciones climáticas que viene padeciendo este año el
sector agrario amenazan la viabilidad económica de muchas explotaciones y su propia
pervivencia como unidades productivas, lo que afectaría seriamente a la economía de
las comarcas agrarias y al desenvolvimiento de otros sectores de actividad económica
relacionados con la agricultura.
La sequía, entendida como escasez de precipitaciones durante un periodo de tiempo
prolongado que compromete la viabilidad de los cultivos, es un fenómeno que viene
padeciendo España de forma recurrente. Así, se han producido episodios de sequía en
tiempos recientes durante los años 2005, 2011 y 2017, que han precisado la adopción de
medidas paliativas complementarias al seguro agrario para compensar las rentas de los
agricultores y ganaderos afectados.
Pero este agravamiento de las condiciones circundantes producido por la especial
situación climatológica se viene a sumar a otro conjunto de circunstancias estructurales y
coyunturales que no hacen sino agravar la situación descrita.
Entre los problemas o circunstancias estructurales, cabe destacar la vulnerabilidad
propia de nuestro sector agrario, muy atomizado, estacionario y con una elevada rigidez
de la demanda, estacionalidad en el mercado y heterogeneidad y asimetría en sus
características internas, por la propia naturaleza perecedera de la producción. Por ello, el
sector agroalimentario, por su trascendencia en términos sociales, económicos y medio
ambientales, tiene un carácter estratégico tanto en España como en toda la Unión
Europea. Su misión básica es la de proporcionar al ciudadano alimentos sanos, seguros
y que además respondan a sus expectativas de calidad, misión que la actual coyuntura
puede poner en riesgo.
Entre las dificultades que se suman a la sequía debe destacarse la especial situación
por la que atraviesa el sistema productivo primario desde la invasión rusa de Ucrania
el 24 de febrero de 2022, que está afectando a los productores agrarios europeos y
españoles y supone una amenaza grave de perturbación del mercado, como
consecuencia de los aumentos significativos de los costes de producción y las
alteraciones de los flujos comerciales.
Las principales preocupaciones en el comercio entre Ucrania y la Unión Europea son
la disponibilidad de transporte, y la incertidumbre de las operaciones de transporte
marítimo, que han supuesto durante meses graves dificultades para que los productos
de la Unión Europea sigan llegando a Ucrania y viceversa.
En particular, la crisis está teniendo graves consecuencias en la oferta de cereales y
oleaginosas a escala mundial que está tensionando fuertemente los mercados globales
de estos productos, que se suma a las fuertes subidas que están experimentando los
precios de la energía y los fertilizantes, y que están afectando a los productores agrarios
de la Unión. Estos incrementos se han mantenido en el tiempo, pero sus efectos han ido
cve: BOE-A-2023-11187
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 113
Viernes 12 de mayo de 2023
Sec. I. Pág. 65815
Estos hechos tienen consecuencias directas sobre la situación económica de los
operadores del sector primario: una reducción de la producción habitual genera una
reducción correlativa de ingresos que ahonda en la ya de por sí difícil situación de las
explotaciones, afectadas por los sucesivos acontecimientos recientes, que se han venido
solapando.
Las circunstancias mencionadas, el cambio de cultivo, la pérdida de las cosechas o
la disminución de la actividad o incluso el cierre de granjas generan efectos inmediatos
en la economía rural, tanto del sector primario directamente relacionado como del resto
de actores en el mercado. Así, se reduce de modo directo el consumo de maquinaria –
tanto en compra como en otros regímenes–, lo que afecta al sector de la automoción y
retrasa el objetivo de modernizar nuestro parque de maquinaria agraria; se reduce
proporcionalmente la adquisición de otros insumos esenciales que ya no van a ser
necesarios ante la nueva realidad, tales como fertilizantes, fitosanitarios, semillas…, con
el consiguiente efecto arrastre para los operadores de bienes y servicios en dichos
sectores; y, por último, se reduce también de modo directo el dinamismo de la economía
en las zonas rurales afectadas por esta minoración de rentas disponibles, lo que juega
en contra de las políticas públicas frente al reto demográfico y el despoblamiento.
En efecto, las extremadas condiciones climáticas que viene padeciendo este año el
sector agrario amenazan la viabilidad económica de muchas explotaciones y su propia
pervivencia como unidades productivas, lo que afectaría seriamente a la economía de
las comarcas agrarias y al desenvolvimiento de otros sectores de actividad económica
relacionados con la agricultura.
La sequía, entendida como escasez de precipitaciones durante un periodo de tiempo
prolongado que compromete la viabilidad de los cultivos, es un fenómeno que viene
padeciendo España de forma recurrente. Así, se han producido episodios de sequía en
tiempos recientes durante los años 2005, 2011 y 2017, que han precisado la adopción de
medidas paliativas complementarias al seguro agrario para compensar las rentas de los
agricultores y ganaderos afectados.
Pero este agravamiento de las condiciones circundantes producido por la especial
situación climatológica se viene a sumar a otro conjunto de circunstancias estructurales y
coyunturales que no hacen sino agravar la situación descrita.
Entre los problemas o circunstancias estructurales, cabe destacar la vulnerabilidad
propia de nuestro sector agrario, muy atomizado, estacionario y con una elevada rigidez
de la demanda, estacionalidad en el mercado y heterogeneidad y asimetría en sus
características internas, por la propia naturaleza perecedera de la producción. Por ello, el
sector agroalimentario, por su trascendencia en términos sociales, económicos y medio
ambientales, tiene un carácter estratégico tanto en España como en toda la Unión
Europea. Su misión básica es la de proporcionar al ciudadano alimentos sanos, seguros
y que además respondan a sus expectativas de calidad, misión que la actual coyuntura
puede poner en riesgo.
Entre las dificultades que se suman a la sequía debe destacarse la especial situación
por la que atraviesa el sistema productivo primario desde la invasión rusa de Ucrania
el 24 de febrero de 2022, que está afectando a los productores agrarios europeos y
españoles y supone una amenaza grave de perturbación del mercado, como
consecuencia de los aumentos significativos de los costes de producción y las
alteraciones de los flujos comerciales.
Las principales preocupaciones en el comercio entre Ucrania y la Unión Europea son
la disponibilidad de transporte, y la incertidumbre de las operaciones de transporte
marítimo, que han supuesto durante meses graves dificultades para que los productos
de la Unión Europea sigan llegando a Ucrania y viceversa.
En particular, la crisis está teniendo graves consecuencias en la oferta de cereales y
oleaginosas a escala mundial que está tensionando fuertemente los mercados globales
de estos productos, que se suma a las fuertes subidas que están experimentando los
precios de la energía y los fertilizantes, y que están afectando a los productores agrarios
de la Unión. Estos incrementos se han mantenido en el tiempo, pero sus efectos han ido
cve: BOE-A-2023-11187
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 113