I. Disposiciones generales. JEFATURA DEL ESTADO. Medidas urgentes. (BOE-A-2023-11187)
Real Decreto-ley 4/2023, de 11 de mayo, por el que se adoptan medidas urgentes en materia agraria y de aguas en respuesta a la sequía y al agravamiento de las condiciones del sector primario derivado del conflicto bélico en Ucrania y de las condiciones climatológicas, así como de promoción del uso del transporte público colectivo terrestre por parte de los jóvenes y prevención de riesgos laborales en episodios de elevadas temperaturas.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Viernes 12 de mayo de 2023
Sec. I. Pág. 65814
agua a los usos regadío de las unidades territoriales del Pisuerga y Bajo Duero para la
campaña de 2023 del 58% de la asignación normal; y, por otro, establecer un sistema de
turnos de extracción de agua de los cauces públicos para los regadíos de la unidad
territorial del Torío-Bernesga, lo que puede suponer una restricción del 50% de la
asignación normal de estos usos.
Las medidas contenidas en el título II de este real decreto-ley, que inicialmente se
diseñan para afrontar los problemas actuales y previsibles en las cuencas del
Guadalquivir, Ebro y Duero, también pueden hacerse extensivas a otras zonas de
España en las que concurran las mismas o parecidas circunstancias de escasez.
También se prevé que puedan verse afectadas en un futuro próximo por situaciones
de escasez y sequía las cuencas del Guadiana, Segura y Júcar.
Esta situación de sequía se añade a la situación de presión que vive el sector agrario
y por extensión el sistema agroalimentario, ocasionada por la invasión de Ucrania se
suma a la exposición a los efectos inflacionistas de una serie de productos y servicios
directamente relacionados con la guerra, especialmente teniendo en cuenta que el
período de recurrencia de las sequías se ha reducido en los últimos años: mientras que
en décadas anteriores estaba entre siete y diez años (1995, 2005, 2012), en la actual el
plazo es mucho menor (2017, 2019, 2022, 2023).
Adicionalmente, el impacto también ha repercutido sobre la liquidez y la volatilidad de
los mercados en el comercio de productos básicos, lo que en su conjunto hace que la
continuidad de la actividad primaria este en riesgo, siendo este un sector clave en la
actividad económica y para garantizar el suministro de alimentos y la seguridad
alimentaria.
Estos hechos, que afectan muy negativamente a la rentabilidad de las explotaciones
agrarias, obligan a actuar de forma inmediata adoptando una serie de medidas de apoyo
para aliviar los efectos perjudiciales sobre la producción de alimentos del sector agrario,
teniendo en cuenta que los Poderes públicos tienen la obligación de diseñar medidas
que contribuyan a la seguridad alimentaria o aborden los desequilibrios del mercado.
La situación descrita condiciona el nacimiento y normal desarrollo de muchos los
cultivos y producciones, en particular en las zonas afectadas por restricciones de uso del
agua. En especial, la ganadería se está viendo gravemente impactada por la pérdida de
pastos e incremento de los costes de los alimentos del ganado, por lo que, afrontan
preocupantes dificultades de tesorería y capacidad para sostener su actividad a medio
plazo.
Las siembras más tempranas (octubre-noviembre) han tenido un desarrollo muy
acelerado, consecuencia del invierno relativamente suave y las precipitaciones de
diciembre y, sin embargo, se encuentren ahora en estados fenológicos de máximas
necesidades, sin reservas hídricas y con evidencias de marchitez irreversible en diversas
regiones como Extremadura y Castilla-La Mancha; donde las precipitaciones invernales
fueron algo mayores, aún existe una mínima reserva de agua en el suelo en algunas
comarcas, aunque ya se aprecian síntomas de sequía en gran parte del territorio.
Adicionalmente, en estas fechas se vienen produciendo de modo general las
siembras y plantaciones de importantes grupos de cultivos, que se ven directamente
afectados por esta situación, hasta el punto de que en algunos casos se está
empezando a optar por no cultivar en este ejercicio las producciones habituales en
atención a las especiales condiciones concurrentes, o bien substituir los tradicionales
cultivos por otras especies u orientaciones productivas más resistentes al acusado
descenso de la disponibilidad de agua.
En muchos otros casos, lamentablemente, los cultivos ya plantados o sembrados
están siendo afectados de modo directo e irreparable por las circunstancias concurrentes
descritas: ya se empiezan a apreciar las consecuencias de la sequía en campos que no
están comportándose como es habitual en esta época del año, hasta el punto de que
ciertas zonas y producciones, irremediablemente, van a secarse, impidiendo la cosecha
y, en consecuencia, una mínima rentabilidad económica, con efectos además sobre el
conjunto de los consumidores.
cve: BOE-A-2023-11187
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 113
Viernes 12 de mayo de 2023
Sec. I. Pág. 65814
agua a los usos regadío de las unidades territoriales del Pisuerga y Bajo Duero para la
campaña de 2023 del 58% de la asignación normal; y, por otro, establecer un sistema de
turnos de extracción de agua de los cauces públicos para los regadíos de la unidad
territorial del Torío-Bernesga, lo que puede suponer una restricción del 50% de la
asignación normal de estos usos.
Las medidas contenidas en el título II de este real decreto-ley, que inicialmente se
diseñan para afrontar los problemas actuales y previsibles en las cuencas del
Guadalquivir, Ebro y Duero, también pueden hacerse extensivas a otras zonas de
España en las que concurran las mismas o parecidas circunstancias de escasez.
También se prevé que puedan verse afectadas en un futuro próximo por situaciones
de escasez y sequía las cuencas del Guadiana, Segura y Júcar.
Esta situación de sequía se añade a la situación de presión que vive el sector agrario
y por extensión el sistema agroalimentario, ocasionada por la invasión de Ucrania se
suma a la exposición a los efectos inflacionistas de una serie de productos y servicios
directamente relacionados con la guerra, especialmente teniendo en cuenta que el
período de recurrencia de las sequías se ha reducido en los últimos años: mientras que
en décadas anteriores estaba entre siete y diez años (1995, 2005, 2012), en la actual el
plazo es mucho menor (2017, 2019, 2022, 2023).
Adicionalmente, el impacto también ha repercutido sobre la liquidez y la volatilidad de
los mercados en el comercio de productos básicos, lo que en su conjunto hace que la
continuidad de la actividad primaria este en riesgo, siendo este un sector clave en la
actividad económica y para garantizar el suministro de alimentos y la seguridad
alimentaria.
Estos hechos, que afectan muy negativamente a la rentabilidad de las explotaciones
agrarias, obligan a actuar de forma inmediata adoptando una serie de medidas de apoyo
para aliviar los efectos perjudiciales sobre la producción de alimentos del sector agrario,
teniendo en cuenta que los Poderes públicos tienen la obligación de diseñar medidas
que contribuyan a la seguridad alimentaria o aborden los desequilibrios del mercado.
La situación descrita condiciona el nacimiento y normal desarrollo de muchos los
cultivos y producciones, en particular en las zonas afectadas por restricciones de uso del
agua. En especial, la ganadería se está viendo gravemente impactada por la pérdida de
pastos e incremento de los costes de los alimentos del ganado, por lo que, afrontan
preocupantes dificultades de tesorería y capacidad para sostener su actividad a medio
plazo.
Las siembras más tempranas (octubre-noviembre) han tenido un desarrollo muy
acelerado, consecuencia del invierno relativamente suave y las precipitaciones de
diciembre y, sin embargo, se encuentren ahora en estados fenológicos de máximas
necesidades, sin reservas hídricas y con evidencias de marchitez irreversible en diversas
regiones como Extremadura y Castilla-La Mancha; donde las precipitaciones invernales
fueron algo mayores, aún existe una mínima reserva de agua en el suelo en algunas
comarcas, aunque ya se aprecian síntomas de sequía en gran parte del territorio.
Adicionalmente, en estas fechas se vienen produciendo de modo general las
siembras y plantaciones de importantes grupos de cultivos, que se ven directamente
afectados por esta situación, hasta el punto de que en algunos casos se está
empezando a optar por no cultivar en este ejercicio las producciones habituales en
atención a las especiales condiciones concurrentes, o bien substituir los tradicionales
cultivos por otras especies u orientaciones productivas más resistentes al acusado
descenso de la disponibilidad de agua.
En muchos otros casos, lamentablemente, los cultivos ya plantados o sembrados
están siendo afectados de modo directo e irreparable por las circunstancias concurrentes
descritas: ya se empiezan a apreciar las consecuencias de la sequía en campos que no
están comportándose como es habitual en esta época del año, hasta el punto de que
ciertas zonas y producciones, irremediablemente, van a secarse, impidiendo la cosecha
y, en consecuencia, una mínima rentabilidad económica, con efectos además sobre el
conjunto de los consumidores.
cve: BOE-A-2023-11187
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 113