III. Otras disposiciones. MINISTERIO DE TRABAJO Y ECONOMÍA SOCIAL. Seguridad y salud en el trabajo. (BOE-A-2023-10283)
Resolución de 20 de abril de 2023, de la Secretaría de Estado de Empleo y Economía Social, por la que se publica el Acuerdo del Consejo de Ministros de 14 de marzo de 2023, por el que se aprueba la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2023-2027.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Viernes 28 de abril de 2023
Sec. III. Pág. 58787
Objetivo 06
Fortalecer el sistema nacional de seguridad y salud para afrontar con éxito futuras crisis
Avanzar hacia una sociedad en la que el trabajo no suponga un riesgo para la salud
es tarea de todos y todas. El trabajo forma una parte esencial de la vida de las personas
y, por tanto, debe contribuir a nuestro bienestar físico y mental.
Es necesario contar con un Sistema Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo
dotado de instituciones fuertes y mecanismos de coordinación e intervención ágiles y
eficientes, que sean capaces de gestionar con éxito el cambiante mundo del trabajo y las
posibles situaciones de amenaza para la salud de las personas trabajadoras.
La crisis sanitaria COVID-19 ha puesto de relieve el papel clave del Sistema Nacional
de Seguridad y Salud en el Trabajo en la respuesta a las emergencias de salud pública.
La Organización Internacional de Trabajo, en sus informes, subraya la importancia y
necesidad de contar con un sistema sólido y resiliente, que pueda hacer frente a
situaciones de emergencias, protegiendo la seguridad y la salud de los trabajadores/as al
tiempo que apoye la supervivencia y continuidad de las empresas.
Debemos aprender de lo que nos ha enseñado la pandemia de COVID-19 y
potenciar la preparación frente a las posibles crisis sanitarias del futuro, así como la
reanudación del trabajo después de la pandemia. Deben seguir desarrollándose
sinergias entre la salud y la seguridad en el trabajo y la salud pública.
El fortalecimiento del sistema preventivo debe responder a un análisis interno de las
instituciones, contando con la participación de los interlocutores sociales, en el que se
identifiquen áreas de mejora y oportunidades para reactivar un descenso progresivo y
paulatino de la siniestralidad laboral, cuyos índices han permanecido prácticamente
estancados en los últimos años.
Tanto los poderes públicos como los interlocutores sociales podemos y debemos
tomar conciencia de nuestro rol y actuar para:
– Poner en valor la prevención de riesgos laborales como un elemento clave del
progreso económico y social.
– Profundizar en los mecanismos de coordinación entre las autoridades de salud
pública y las de seguridad y salud en el trabajo.
– Integrar la seguridad y salud laboral en las políticas públicas y en la gestión de las
organizaciones, fijando objetivos e indicadores de resultado medibles.
– Potenciar y optimizar los recursos humanos disponibles para un desarrollo
adecuado de competencias y funciones.
– Reforzar la colaboración y participación, y establecer alianzas para alcanzar
objetivos comunes.
– Modernizar el marco normativo para ajustarlo a la realidad de los entornos de
trabajo y que sea aplicable por todas las empresas, garantizando la protección de todas
las personas trabajadoras por igual.
– Velar por el efectivo cumplimiento de las normas, brindando apoyo y asistencia
técnica especialmente a las empresas y personas trabajadoras que más lo necesitan.
– Aprovechar el desarrollo y la innovación tecnológica para hacer una mejor
prevención de riesgos laborales, impulsando una gestión de los riesgos proactiva y
participativa.
– Actualizar y mejorar la formación y capacitación de las personas con implicación
en prevención, y una cultura preventiva desde etapas tempranas.
– Potenciar el diálogo y la negociación, impulsando acuerdos que mejoren las
condiciones de seguridad y salud en el trabajo.
– Impulsar en la negociación colectiva acuerdos que desarrollen específicamente la
normativa preventiva adaptada a cada sector o empresa, en función de los riesgos
identificados.
cve: BOE-A-2023-10283
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 101
Viernes 28 de abril de 2023
Sec. III. Pág. 58787
Objetivo 06
Fortalecer el sistema nacional de seguridad y salud para afrontar con éxito futuras crisis
Avanzar hacia una sociedad en la que el trabajo no suponga un riesgo para la salud
es tarea de todos y todas. El trabajo forma una parte esencial de la vida de las personas
y, por tanto, debe contribuir a nuestro bienestar físico y mental.
Es necesario contar con un Sistema Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo
dotado de instituciones fuertes y mecanismos de coordinación e intervención ágiles y
eficientes, que sean capaces de gestionar con éxito el cambiante mundo del trabajo y las
posibles situaciones de amenaza para la salud de las personas trabajadoras.
La crisis sanitaria COVID-19 ha puesto de relieve el papel clave del Sistema Nacional
de Seguridad y Salud en el Trabajo en la respuesta a las emergencias de salud pública.
La Organización Internacional de Trabajo, en sus informes, subraya la importancia y
necesidad de contar con un sistema sólido y resiliente, que pueda hacer frente a
situaciones de emergencias, protegiendo la seguridad y la salud de los trabajadores/as al
tiempo que apoye la supervivencia y continuidad de las empresas.
Debemos aprender de lo que nos ha enseñado la pandemia de COVID-19 y
potenciar la preparación frente a las posibles crisis sanitarias del futuro, así como la
reanudación del trabajo después de la pandemia. Deben seguir desarrollándose
sinergias entre la salud y la seguridad en el trabajo y la salud pública.
El fortalecimiento del sistema preventivo debe responder a un análisis interno de las
instituciones, contando con la participación de los interlocutores sociales, en el que se
identifiquen áreas de mejora y oportunidades para reactivar un descenso progresivo y
paulatino de la siniestralidad laboral, cuyos índices han permanecido prácticamente
estancados en los últimos años.
Tanto los poderes públicos como los interlocutores sociales podemos y debemos
tomar conciencia de nuestro rol y actuar para:
– Poner en valor la prevención de riesgos laborales como un elemento clave del
progreso económico y social.
– Profundizar en los mecanismos de coordinación entre las autoridades de salud
pública y las de seguridad y salud en el trabajo.
– Integrar la seguridad y salud laboral en las políticas públicas y en la gestión de las
organizaciones, fijando objetivos e indicadores de resultado medibles.
– Potenciar y optimizar los recursos humanos disponibles para un desarrollo
adecuado de competencias y funciones.
– Reforzar la colaboración y participación, y establecer alianzas para alcanzar
objetivos comunes.
– Modernizar el marco normativo para ajustarlo a la realidad de los entornos de
trabajo y que sea aplicable por todas las empresas, garantizando la protección de todas
las personas trabajadoras por igual.
– Velar por el efectivo cumplimiento de las normas, brindando apoyo y asistencia
técnica especialmente a las empresas y personas trabajadoras que más lo necesitan.
– Aprovechar el desarrollo y la innovación tecnológica para hacer una mejor
prevención de riesgos laborales, impulsando una gestión de los riesgos proactiva y
participativa.
– Actualizar y mejorar la formación y capacitación de las personas con implicación
en prevención, y una cultura preventiva desde etapas tempranas.
– Potenciar el diálogo y la negociación, impulsando acuerdos que mejoren las
condiciones de seguridad y salud en el trabajo.
– Impulsar en la negociación colectiva acuerdos que desarrollen específicamente la
normativa preventiva adaptada a cada sector o empresa, en función de los riesgos
identificados.
cve: BOE-A-2023-10283
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 101