III. Otras disposiciones. MINISTERIO DE CULTURA Y DEPORTE. Patrimonio cultural inmaterial. (BOE-A-2023-8937)
Resolución de 22 de marzo de 2023, de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, por la que se incoa expediente de declaración de la "Jota" como género tradicional como manifestación representativa del patrimonio cultural inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Lunes 10 de abril de 2023

Sec. III. Pág. 51780

privados y cotidianos del entorno rural (festividades, matanza, recolecciones, bailes de
plaza, ceremonias). Incluso la Jota, asimiló nuevas mudanzas «agarrás» por influencia de
estos nuevos géneros musicales.
Con la finalización de la Guerra Civil, estas prácticas populares y espontáneas
asociadas a los modos de vida fueron perdiendo presencia en determinados territorios,
progresivamente pero no de una manera unitaria. Hasta el momento, la iniciativa seguía
partiendo de personas individuales, músicos y cantadores de prestigio, cuadrillas y
rondas, que interpretaban la Jota con un fin social y concreto. En este momento nos
encontramos aún ante un Jota improvisada, participativa y sujeta a los códigos
tradicionales que consuetudinariamente se habían heredado desde, al menos, el
siglo XVIII. En el baile, y con carácter general, pero atendiendo a las particularidades de
cada territorio, la mujer era quién elegía las mudanzas a su antojo, mientras que el
hombre debía imitarla.
A partir de la década de 1940, los géneros tradicionales, en muchos territorios,
quedaron marginados al ámbito estrictamente más privado y relegado a los entornos
rurales. Las agrupaciones de folklore escénico comenzaron a dominar el panorama y
reinterpretaron la ejecución y desarrollo de los géneros tradicionales, incluida la Jota,
que dejaron de ser espontáneos y participativos. El abandono progresivo de los códigos
tradicionales dio paso a la aparición generalizada de las coreografías. El folklorismo
escénico, incipiente en este momento, eliminó todos aquellos elementos en mudanzas o
letras, que pudieran ofender a la moral dominante o que simplemente no se adaptaban a
los condicionantes que planteaban los escenarios.
Llegado ese momento, la evolución de ambos ámbitos con relación a la Jota se
desarrolló de forma desigual. Mientras que el contexto cultural de la Jota fue perdiendo
presencia en muchos territorios, el ámbito escénico estuvo presente en todos ellos a
través de grupos de diferente naturaleza artística y escénica, principalmente coros y
danzas y grupos folklóricos, configurados en su mayoría a partir del año 1939, bajo la
tutela de la Sección Femenina de la Falange (FET y de las JONS) impulsora de los
denominados Coros y Danzas de España. Esta organización, en sus comienzos, se
dedicó a recoger, recuperar y conservar el folklore, especialmente cantos y bailes, que
estaban en riesgo de desaparición. El trabajo realizado por Sección Femenina durante
estos años fue de total relevancia en la evolución de la Jota, pues de un lado propició
que se salvaguardara, a través de los grupos de coros y danzas, en aquellos territorios
donde agonizaba como consecuencia de los cambios sociales que empezaron a
producirse a partir de la década de 1960. De otro lado, su intervención modificó y
transformó los códigos tradicionales en su contexto cultural, para ordenar y reinterpretar
las formas de expresión asociadas a la Jota, adaptando su interpretación y desarrollo a
los marcos escénicos. A partir de aquí se generaron muchos de los tópicos que aún
persisten en torno a este género.
En aquellos territorios donde Sección Femenina no tuvo presencia, o esta fue
escasa, el contexto cultural de la Jota se mantuvo a duras penas, afectado por la
despoblación y el éxodo rural que sufrieron los pueblos a partir de la década de 1960.
Sin embargo, los códigos tradicionales asociados a los géneros musicales pervivieron y
se mantuvieron en las prácticas de música y baile, a partir de las personas más mayores,
que lo transmitieron a aquellas nuevas generaciones interesadas en la tradición.
El cambio en determinadas costumbres y tradiciones que se produjo en la sociedad
de estos años también propició que el género tradicional de la Jota, de moda y
totalmente presente e inserto en la sociedad popular española hasta el momento, se
viera arrinconado por otros estilos y géneros modernos, que entraban con fuerza en el
panorama musical y social español.
Dentro del ámbito escénico, a partir de la década de 1970, paradójicamente se
produjo un fenómeno interesante de popularización de los géneros tradicionales a partir
de los grupos folk, que basaban su creatividad en géneros como la Jota. Esta etapa se
caracterizó por el resurgir, en el contexto cultural, de un folklore vivo y en ocasiones
recreado, tras un paréntesis de relativo olvido.

cve: BOE-A-2023-8937
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Núm. 85