III. Otras disposiciones. MINISTERIO DE CULTURA Y DEPORTE. Patrimonio cultural inmaterial. (BOE-A-2023-8937)
Resolución de 22 de marzo de 2023, de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, por la que se incoa expediente de declaración de la "Jota" como género tradicional como manifestación representativa del patrimonio cultural inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 85

Lunes 10 de abril de 2023

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se suelen cantar en siete periodos musicales, aunque existen más posibilidades y, en
ocasiones, uno o varios estribillos que pueden ser cantados (en forma de seguidilla
habitualmente), instrumentales o solamente de percusión.
La denominación Jota también hace referencia al baile interpretado y que tiene como
base la parte musical y cantada. De igual forma, se utiliza entre los colectivos escénicos,
e incluso las cuadrillas y rondas, para designar a las clases de aprendizaje de
repertorio10 y baile tradicional que se imparten en las diferentes escuelas y colectivos, o
simplemente desde la imitación y transmisión oral. Expresiones como «Apuntarse a las
jotas», «Ir a bailar la jota» o «viajar con las jotas», nos dan una idea del protagonismo, la
presencia y la impronta que este género tradicional y de forma general, tiene por encima
de otros palos como la seguidilla o el fandango, también interpretados en su mayoría por
este tipo de colectivos. Otras expresiones como «el traje de las jotas» o «vestirse de
jotas», también lo encontramos en el campo de las indumentarias utilizadas,
principalmente, en el ámbito escénico.
Otras denominaciones.

Según las regiones y comarcas donde nos encontremos, la denominación general
encuentra variantes muy interesantes desde el punto de vista conceptual y dialectal.
Estas múltiples denominaciones nos hablan de la diversidad de expresiones derivadas
de la Jota como género tradicional, además de la evolución que esta ha experimentado
desde su desarrollo a partir del siglo XVIII y que ha dado lugar a numerosos bailes,
tonadas y músicas características de comarcas y territorios.
Estas denominaciones suelen poner el apellido al término jota para identificar, en
muchos casos, los estilos y aires característicos, como ocurre con las populares «jotas
rabiosas» de comarcas como La Mancha, por citar un ejemplo; o de forma más concreta
e identitaria para designar tipologías asociadas a las actuales demarcaciones
administrativas, sin tener en cuenta que la conformación de estilos está más relacionada
directamente con los contactos entre comunidades e individuos y los condicionantes que
plantean las ubicaciones territoriales y geográficas y que en la mayoría de los casos no
suelen corresponderse con la realidad de estas denominaciones. Ejemplo de ello son la
«jota manchega», «jota castellana», «jota serrana», «jota huertana» o «jota marinera»
que hacen referencia a los estilos particulares de estas comarcas naturales que han
conformado unos aires concretos a partir de los cuales se pueden identificar.
En otros casos, la Jota suele aludir y adquirir la denominación de las localidades o
las toponimias en las que se encuadra, donde fue localizada o donde se recogió para su
posterior armonización y espectacularización, como ocurre con la «Jota de Rambla
Salá» en Santomera (Murcia) o la popular «jota de la Pulida magallonera» de Magallón
(Zaragoza). En otras ocasiones suele llevar el nombre de una persona, haciendo honor
al portador o portadora que la enseñó en su momento, la compuso o simplemente
interpretó con un estilo muy característico que la convirtió en icónica para su comunidad,
como, por ejemplo, la «Jota de Anselmo» en Consuegra (Toledo) o la «jota de la tía Pilar
Mata» de Camporrobles (Valencia). También suelen denominarse con el nombre del
santo o la santa de la localidad, como ocurre con la «Jota de San Lorenzo» en Huesca o
la «Jota de Guadalupe» en Extremadura, con claras alusiones a la devoción mariana.
De igual forma la encontramos con acepciones que hacen alusión a actividades
concretas de la vida cotidiana, como por ejemplo la matanza, la vendimia o la siega.
También a hechos sociales y modos de expresión como son las jotas de picadillo, las
jotas de quintos, antiguamente extendidas por todo el territorio, o las jotas de ronda, y
que aún se ejecutan por las calles de las localidades de terminadas comarcas, como la
Vera extremeña, el sur de la provincia de Ávila o el occidente toledano entre otros; otras
hacen alusión con su denominación a un fin concreto dentro de un marco de celebración
como pueden ser las bodas (jota de bodas) y otros acontecimientos sociales y festivos.
Las jotas de Pascua, enmarcadas dentro del ciclo navideño, sobre todo en las rondas de
Nochebuena y Pascua de Navidad. O las jotas pujadas como la de Miguel Esteban en
Toledo o la Puebla de Don Fadrique en Granada, la primera en el contexto del tiempo

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