III. Otras disposiciones. ADMINISTRACIÓN LOCAL. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2023-4129)
Resolución de 27 de enero de 2023, del Consejo Insular de Menorca (Illes Balears), referente a la aprobación definitiva de la declaración de la glosa menorquina como bien de interés cultural inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 39
Miércoles 15 de febrero de 2023
7.5
Sec. III. Pág. 23753
La glosa escrita.
La glosa escrita es una composición del mismo tipo que la glosa cantada pero que ya
no depende de la improvisación y que, en muchos casos, no termina siendo cantada
públicamente. La glosa escrita también se llama «de cas pensat», «de colze» o «de
camilla», ya que, a diferencia de las improvisadas, se escriben después de pensadas, y
en ellas el glosador tiene la oportunidad de demostrar su dominio de los recursos
literarios que utiliza para atraer la atención del lector. Por tanto, podríamos decir que se
trata de una modalidad de glosa en la que se suelen glosar casos sucedidos, o bien
inventados, y temas de actualidad, con las que se pretende a la vez entretener y
aleccionar al receptor a través de las sentencias y las moralinas que de forma críptica se
introducen en las composiciones.
Los orígenes de la glosa escrita están en la publicación de noticias en papel que
después eran vendidas por las calles a modo de panfleto. En el caso de Menorca, hasta
la década de 1960 es frecuente la difusión de noticias en una hoja suelta impresa en
formato de glosa elaboradas por glosadores que no solían participar en los glosats, pero
sí las escribían. Cuando se producía un evento destacable, éstos se encargaban de
escribir lo sucedido, después se hacían copias y se vendían por la calle. Estas hojas se
leían durante las veladas, por lo que se convertían en un buen método de transmisión de
las noticias y un entretenimiento en sí mismo.
Muchas de las glosas escritas de antaño han sido recopiladas, publicadas y
comentadas por el Col·lectiu Folklòric Ciutadella en varios números de la colección
Quaderns de Folklore, una colección en la que también se pueden encontrar las glosas
ganadoras y las finalistas de las diferentes ediciones del Premio Josep Vivó convocadas
por la misma asociación en la década de 1980. En 2001, el Consell Insular de Menorca
instituyó oficialmente el referido premio, y las glosas ganadoras y finalistas también se
han ido editando en publicaciones posteriores.
Las glosas ganadoras de estas convocatorias, a la manera de los antiguos glosados
«de cas pensat», versan sobre temas muy diversos, con ingenio y con un perfecto
dominio de la rima, la métrica y los recursos estilísticos. Así, desde hechos como el
temporal de noviembre de 2001 o la declaración de Menorca como reserva de biosfera
hasta la alabanza de actitudes valientes ante la enfermedad o la muerte, pasando por los
personajes o eventos más destacados de un año en concreto de la vida menorquina,
quedan guardados para siempre en la memoria colectiva gracias a la aptitud de estos
nuevos glosadores que, con un tono irónico y a la vez sentencioso, haciendo gala de una
gran riqueza léxica y de expresiones genuinas de nuestra lengua, han demostrado tener
buena mano para narrar historias en verso.
Identificación de los portadores y forma de transmisión
Antiguamente los glosadores no seguían un aprendizaje formal para formarse como
tales y aprender a construir glosas, sino que era un arte que se transmitía oralmente, de
padres a hijos, o de payeses a ayudantes al ser un elemento que se manifestaba
principalmente en el ámbito rural. Cuando un chico tenía facilidad para improvisar rimas,
los demás glosadores le animaban a asistir a glosados, donde iba aprendiendo a través
de la escucha hasta que, un día, le invitaban a participar como glosador.
Sin embargo, los glosadores y las glosadoras actuales sí se han formado,
generalmente a través de la Escuela Menorquina de Glosat promovida por la asociación
Soca de Mots e impulsada por su promotor, Miquel Ametller Caules, que fue quien
empezó a impartir talleres de glosa en los diferentes pueblos de Menorca y también en
los centros escolares, acompañado a menudo por otro glosador, Esteve Barceló es
Verderol, y por el sonador Antoni Pons.
Hoy en día, los glosadores en activo están mayoritariamente organizados en torno a
la asociación Soca de Mots, legalmente constituida como una sociedad civil sin ánimo de
lucro. Como tal, se rige por unos estatutos, tiene una junta directiva, y sus miembros se
reúnen en junta general. Las tareas que lleva a cabo la asociación son muy diversas y
cve: BOE-A-2023-4129
Verificable en https://www.boe.es
8.
Núm. 39
Miércoles 15 de febrero de 2023
7.5
Sec. III. Pág. 23753
La glosa escrita.
La glosa escrita es una composición del mismo tipo que la glosa cantada pero que ya
no depende de la improvisación y que, en muchos casos, no termina siendo cantada
públicamente. La glosa escrita también se llama «de cas pensat», «de colze» o «de
camilla», ya que, a diferencia de las improvisadas, se escriben después de pensadas, y
en ellas el glosador tiene la oportunidad de demostrar su dominio de los recursos
literarios que utiliza para atraer la atención del lector. Por tanto, podríamos decir que se
trata de una modalidad de glosa en la que se suelen glosar casos sucedidos, o bien
inventados, y temas de actualidad, con las que se pretende a la vez entretener y
aleccionar al receptor a través de las sentencias y las moralinas que de forma críptica se
introducen en las composiciones.
Los orígenes de la glosa escrita están en la publicación de noticias en papel que
después eran vendidas por las calles a modo de panfleto. En el caso de Menorca, hasta
la década de 1960 es frecuente la difusión de noticias en una hoja suelta impresa en
formato de glosa elaboradas por glosadores que no solían participar en los glosats, pero
sí las escribían. Cuando se producía un evento destacable, éstos se encargaban de
escribir lo sucedido, después se hacían copias y se vendían por la calle. Estas hojas se
leían durante las veladas, por lo que se convertían en un buen método de transmisión de
las noticias y un entretenimiento en sí mismo.
Muchas de las glosas escritas de antaño han sido recopiladas, publicadas y
comentadas por el Col·lectiu Folklòric Ciutadella en varios números de la colección
Quaderns de Folklore, una colección en la que también se pueden encontrar las glosas
ganadoras y las finalistas de las diferentes ediciones del Premio Josep Vivó convocadas
por la misma asociación en la década de 1980. En 2001, el Consell Insular de Menorca
instituyó oficialmente el referido premio, y las glosas ganadoras y finalistas también se
han ido editando en publicaciones posteriores.
Las glosas ganadoras de estas convocatorias, a la manera de los antiguos glosados
«de cas pensat», versan sobre temas muy diversos, con ingenio y con un perfecto
dominio de la rima, la métrica y los recursos estilísticos. Así, desde hechos como el
temporal de noviembre de 2001 o la declaración de Menorca como reserva de biosfera
hasta la alabanza de actitudes valientes ante la enfermedad o la muerte, pasando por los
personajes o eventos más destacados de un año en concreto de la vida menorquina,
quedan guardados para siempre en la memoria colectiva gracias a la aptitud de estos
nuevos glosadores que, con un tono irónico y a la vez sentencioso, haciendo gala de una
gran riqueza léxica y de expresiones genuinas de nuestra lengua, han demostrado tener
buena mano para narrar historias en verso.
Identificación de los portadores y forma de transmisión
Antiguamente los glosadores no seguían un aprendizaje formal para formarse como
tales y aprender a construir glosas, sino que era un arte que se transmitía oralmente, de
padres a hijos, o de payeses a ayudantes al ser un elemento que se manifestaba
principalmente en el ámbito rural. Cuando un chico tenía facilidad para improvisar rimas,
los demás glosadores le animaban a asistir a glosados, donde iba aprendiendo a través
de la escucha hasta que, un día, le invitaban a participar como glosador.
Sin embargo, los glosadores y las glosadoras actuales sí se han formado,
generalmente a través de la Escuela Menorquina de Glosat promovida por la asociación
Soca de Mots e impulsada por su promotor, Miquel Ametller Caules, que fue quien
empezó a impartir talleres de glosa en los diferentes pueblos de Menorca y también en
los centros escolares, acompañado a menudo por otro glosador, Esteve Barceló es
Verderol, y por el sonador Antoni Pons.
Hoy en día, los glosadores en activo están mayoritariamente organizados en torno a
la asociación Soca de Mots, legalmente constituida como una sociedad civil sin ánimo de
lucro. Como tal, se rige por unos estatutos, tiene una junta directiva, y sus miembros se
reúnen en junta general. Las tareas que lleva a cabo la asociación son muy diversas y
cve: BOE-A-2023-4129
Verificable en https://www.boe.es
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