III. Otras disposiciones. ADMINISTRACIÓN LOCAL. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2023-4129)
Resolución de 27 de enero de 2023, del Consejo Insular de Menorca (Illes Balears), referente a la aprobación definitiva de la declaración de la glosa menorquina como bien de interés cultural inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 39

Miércoles 15 de febrero de 2023

Sec. III. Pág. 23751

la entrada en la democracia. Con motivo de la celebración en 1976 del Congrés de
Cultura Catalana, el Col·lectiu Folklòric Ciutadella organiza un glosat público con el
objetivo de retornarlo a la calle, donde hacía mucho que no se oían.
Este evento significó el inicio del camino de recuperación de la glosa en Menorca.
En 1981 se crea un primer grupo de personas interesadas en recuperarla. En 1986 se
realizan los primeros intentos por transmitir las bases del glosat a todas aquellas
personas interesadas en aprender, a través de los cursos organizados por la Asociación
de Vecinos Glosador Vivó. En 1995 se crea la Escuela Menorquina de Glosat que poco a
poco contará con el apoyo de las administraciones. Será, pues, en la segunda mitad de
la década de 1990 cuando se empiecen a formar la mayoría de glosadores actuales,
todos ellos de la mano del maestro glosador Miquel Ametller Caules. Este proceso de
recuperación de la glosa culmina en 1999, momento en que aquel primer grupo que
surge a principios de la década de 1980 funda formalmente la asociación Soca de Mots.
Desde entonces, se cuenta ya con una nueva cantera de glosadores que marcan un
camino de expansión.
7.

Descripción de los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas
que comporta
7.1

La glosa cantada.

Menorca tiene una larga tradición de contar historias en verso, a la manera de los
romances, que ha pasado a formar parte del patrimonio musical y cultural de la isla. La
glosa cantada menorquina es una composición poética oral e improvisada que tiene un
mínimo de seis versos heptasílabos de rima consonante (la más habitual es abbaab,
pero no es la única).
La improvisación es la principal característica de la glosa cantada, en la que se
valora mucho la espontaneidad. Los versos suelen tener más de siete sílabas, pero se
reparten en siete «caídas» o valores rítmicos. Normalmente los glosadores comienzan
definiendo el final de la glosa y después improvisan el resto. Aunque no existe ninguna
norma escrita, los glosadores tienen claro que las primeras palabras sirven para
introducir el mensaje, los centrales lo desarrollan y los últimos se utilizan para responder
al otro glosador.
Los temas de las glosas son prácticamente ilimitados, puesto que dependen del
pensamiento de cada glosador. En las glosas más reivindicativas, si antes la crítica se
centraba más en el poder eclesiástico y la jerarquía rural, actualmente la política y la
lengua están muy presentes. En las de entretenimiento, hoy en día el sexo es un tema
que se trata más a menudo y de forma más directa; además de otros temas recurrentes
como turismo, feminismo, fiestas populares, hechos cotidianos, etc.
La tonada y los instrumentos.

La glosa cantada siempre lleva el acompañamiento musical de guitarra, pero
ocasionalmente también pueden intervenir otros instrumentos, aunque es poco frecuente
que esto ocurra.
La música sigue generalmente los patrones rítmicos y melódicos de la composición
conocida como Ses porgueres, una tonada en tono menor que consta de cuatro frases
melódicas. Entre el primero y el segundo verso del glosador, y también entre el segundo
y el tercero, suele haber unos compases de espera. El ritmo parsimonioso y su
construcción melódica –con una salida en lo alto de la tesitura y una serie de líneas
descendientes de carácter sentencioso– le dan un sonido severo y trascendente, a pesar
de que el contenido de la glosa pueda ser irónico y socarrón.
Por otra parte, los sonadores suelen añadir frases musicales durante el segmento
solista entre las intervenciones de los glosadores y, además, siempre deben adaptarse a
la tonada que proponga cada glosador, de modo que el patrón básico de la tonada se
enriquece según la experiencia musical de los sonadores y sonadoras. Por tanto, el

cve: BOE-A-2023-4129
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7.2