III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2023-3103)
Resolución de 22 de diciembre de 2022, de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes, por la que se incoa expediente de declaración de bien de interés cultural a favor de "La Cetrería en Extremadura" con carácter de patrimonio cultural inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Lunes 6 de febrero de 2023
Sec. III. Pág. 17497
Etimologías al hacer una clasificación de las aves, y que han sido traducidas de esta
manera: « unas se posan en la mano del hombre, como el halcón» (XII, 7:105).
Esta práctica tuvo en España dos vías de entrada. La primera, se estableció con los
pueblos germánicos que llegaban por el norte a principios del s. VI. La Cetrería
practicada por los visigodos, se fundamentaba en el bajo vuelo. Los frondosos terrenos
de caza del norte peninsular y el desconocimiento de la caperuza, relegaban entonces a
los halcones a un segundo plano. La cotización de los azores era superior a la de los
halcones como queda reflejado en las diferentes regulaciones y fueros hasta 1252.
La invasión islámica a la Península Ibérica, a partir del año 711, propició el
establecimiento de su cultura en España durante cientos de años. Una de sus
aportaciones más significativas en el ámbito cetrero fue su manejo de los halcones que,
desde antaño, formaba parte de sus costumbres culturales. Dice el Corán: «Comed lo
que atrapen para vosotros los animales de presa que habéis adiestrado…» (Corán V, 4).
Estos animales son, según Boubakeur; perros, lebreles, guepardos y halcones.
De la lengua árabe proceden algunos de los términos cetreros más usuales, tanto del
español como del portugués. Es el caso del nombre de las dos variedades del halcón
peregrino: «neblí/nebrí» y «baharí/bafarí»; así como la percha en la que se deja
descansar a los pájaros de caza: Alcándara e incluso la estructura en la que se
trasportan a los halcones: «Alcahaz».
Relacionado con la cetrería y de origen árabe es el topónimo «Albaizín», que
significa barrio de los halconeros (de Rabad al-bayyazin) que encontramos en ciudades
como Granada.
Durante el Medievo este bien alcanza su máximo esplendor lo alcanza, pues se
convierte en un arte muy extendido. Sin embargo, debido a los altos precios de las aves,
y de su mantenimiento, solía estar restringido a los grandes señores.
En las ordenanzas reales se fijaban las épocas de vedas, pero estas no afectaban a
los cetreros puesto que se entendía que no era un tipo de caza con el que se pudiesen
esquilmar especies.
Durante el Renacimiento, la cetrería conserva aún su esplendor y cierta primacía
sobre las armas de fuego y otras técnicas venatorias. Signo de ello es que, el 23 de
marzo de 1530, el Emperador Carlos V cede la soberanía de la isla de Malta a la Orden
de San Juan de Jerusalén (Orden de Malta) a perpetuidad junto a los enclaves de Gozo
y Trípoli, a condición de que anualmente le entreguen como tributo «un halcón maltés», y
que cumplan su religión y sus ideales. Por ello, dicha orden debía entregar anualmente
un halcón entrenado para la cetrería al reino de España. Desde la fecha, los ya
Caballeros de la Orden de Malta, cumplieron con su obligación hasta que fueron
expulsados de este enclave por las tropas de Napoleón en 1798.
Se puede generalizar que la Cetrería europea entró en declive a lo largo del siglo
XVIII y XIX. Se inicia entonces una lenta transición. Los equipos formados por gran
cantidad de pájaros, atendidos por cetreros profesionales, van siendo sustituidos. Se va
estableciendo una práctica minoritaria, sostenida por el entusiasmo de los aficionados.
También cambió la forma de desplazarse. En vez de ir a caballo, las partidas de caza
iban a pie.
A lo largo del s. XX se consolida la Cetrería moderna en España. Su figura más
representativa ha sido, sin duda, Félix Rodríguez de la Fuente.
– Modalidades de caza en cetrería.
Dentro de esta disciplina hay diferentes modalidades, la clasificación más sencilla se
hace en función de las características de las aves empleadas, la estrategia de caza y la
altura habitual de vuelo de cada especie. Según este último criterio se distinguen el alto
vuelo y el bajo vuelo:
En el «Alto vuelo» o «altanería» el ave alcanza grandes alturas siendo la modalidad
más compleja y espectacular pues el trabajo de la rapaz (en este caso halcones) suele ir
acompañado por un perro de muestra. Con esta modalidad sólo es posible cazar pluma
cve: BOE-A-2023-3103
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 31
Lunes 6 de febrero de 2023
Sec. III. Pág. 17497
Etimologías al hacer una clasificación de las aves, y que han sido traducidas de esta
manera: « unas se posan en la mano del hombre, como el halcón» (XII, 7:105).
Esta práctica tuvo en España dos vías de entrada. La primera, se estableció con los
pueblos germánicos que llegaban por el norte a principios del s. VI. La Cetrería
practicada por los visigodos, se fundamentaba en el bajo vuelo. Los frondosos terrenos
de caza del norte peninsular y el desconocimiento de la caperuza, relegaban entonces a
los halcones a un segundo plano. La cotización de los azores era superior a la de los
halcones como queda reflejado en las diferentes regulaciones y fueros hasta 1252.
La invasión islámica a la Península Ibérica, a partir del año 711, propició el
establecimiento de su cultura en España durante cientos de años. Una de sus
aportaciones más significativas en el ámbito cetrero fue su manejo de los halcones que,
desde antaño, formaba parte de sus costumbres culturales. Dice el Corán: «Comed lo
que atrapen para vosotros los animales de presa que habéis adiestrado…» (Corán V, 4).
Estos animales son, según Boubakeur; perros, lebreles, guepardos y halcones.
De la lengua árabe proceden algunos de los términos cetreros más usuales, tanto del
español como del portugués. Es el caso del nombre de las dos variedades del halcón
peregrino: «neblí/nebrí» y «baharí/bafarí»; así como la percha en la que se deja
descansar a los pájaros de caza: Alcándara e incluso la estructura en la que se
trasportan a los halcones: «Alcahaz».
Relacionado con la cetrería y de origen árabe es el topónimo «Albaizín», que
significa barrio de los halconeros (de Rabad al-bayyazin) que encontramos en ciudades
como Granada.
Durante el Medievo este bien alcanza su máximo esplendor lo alcanza, pues se
convierte en un arte muy extendido. Sin embargo, debido a los altos precios de las aves,
y de su mantenimiento, solía estar restringido a los grandes señores.
En las ordenanzas reales se fijaban las épocas de vedas, pero estas no afectaban a
los cetreros puesto que se entendía que no era un tipo de caza con el que se pudiesen
esquilmar especies.
Durante el Renacimiento, la cetrería conserva aún su esplendor y cierta primacía
sobre las armas de fuego y otras técnicas venatorias. Signo de ello es que, el 23 de
marzo de 1530, el Emperador Carlos V cede la soberanía de la isla de Malta a la Orden
de San Juan de Jerusalén (Orden de Malta) a perpetuidad junto a los enclaves de Gozo
y Trípoli, a condición de que anualmente le entreguen como tributo «un halcón maltés», y
que cumplan su religión y sus ideales. Por ello, dicha orden debía entregar anualmente
un halcón entrenado para la cetrería al reino de España. Desde la fecha, los ya
Caballeros de la Orden de Malta, cumplieron con su obligación hasta que fueron
expulsados de este enclave por las tropas de Napoleón en 1798.
Se puede generalizar que la Cetrería europea entró en declive a lo largo del siglo
XVIII y XIX. Se inicia entonces una lenta transición. Los equipos formados por gran
cantidad de pájaros, atendidos por cetreros profesionales, van siendo sustituidos. Se va
estableciendo una práctica minoritaria, sostenida por el entusiasmo de los aficionados.
También cambió la forma de desplazarse. En vez de ir a caballo, las partidas de caza
iban a pie.
A lo largo del s. XX se consolida la Cetrería moderna en España. Su figura más
representativa ha sido, sin duda, Félix Rodríguez de la Fuente.
– Modalidades de caza en cetrería.
Dentro de esta disciplina hay diferentes modalidades, la clasificación más sencilla se
hace en función de las características de las aves empleadas, la estrategia de caza y la
altura habitual de vuelo de cada especie. Según este último criterio se distinguen el alto
vuelo y el bajo vuelo:
En el «Alto vuelo» o «altanería» el ave alcanza grandes alturas siendo la modalidad
más compleja y espectacular pues el trabajo de la rapaz (en este caso halcones) suele ir
acompañado por un perro de muestra. Con esta modalidad sólo es posible cazar pluma
cve: BOE-A-2023-3103
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Núm. 31