I. Disposiciones generales. MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y FORMACIÓN PROFESIONAL. Programas educativos. (BOE-A-2022-15953)
Orden EFP/935/2022, de 27 de septiembre, por la que se modifica la Orden EDU/2157/2010, de 30 de julio, por la que se regula el currículo mixto de las enseñanzas acogidas al Acuerdo entre el Gobierno de España y el Gobierno de Francia relativo a la doble titulación de Bachiller y de Baccalauréat en centros docentes españoles, así como los requisitos para su obtención.
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No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Sábado 1 de octubre de 2022
Sec. I. Pág. 134807
actitudes y los valores que incorpora el currículo, relacionando las intenciones
educativas del profesorado con los principales retos sociales y ambientales que se
presentan en la actualidad. Esto supone contextualizar los aprendizajes en torno a
determinados problemas, desde una perspectiva histórica, conectando el presente
con el pasado, en ese cruce de perspectivas que activa la toma de conciencia del
alumnado en torno a los problemas fundamentales que han venido a marcar la
historia de los dos países y que han determinado la realidad presente. Para ello es
necesario que las situaciones de aprendizaje estén orientadas, a través de las
intenciones educativas que el profesorado establezca, a trabajar sobre estas
cuestiones en contextos reales, enfocando desde lo local o lo más cercano, a
través de acontecimientos y experiencias concretas, estos grandes desafíos.
Implica también proyectar estas situaciones de aprendizaje en el entorno, no solo
a través de actividades de comunicación y de difusión, sino generando la
posibilidad de actuar y participar, a través de acciones en las que el alumnado
pueda expresar y ejercitar su compromiso cívico.
La evaluación en la materia Historia de España y de Francia
La evaluación debe reflejar en todo momento los presupuestos metodológicos
que definen el currículo y, por tanto, adaptarse al enfoque competencial de la
materia. Esto implica generar nuevos procedimientos e instrumentos de
evaluación y articular su aplicación al ejercicio constante de estrategias, procesos
y habilidades, para valorar adecuadamente el nivel de logro y la adquisición y
manejo de los conocimientos, las destrezas y las actitudes, que se ponen en
acción en relación con las competencias específicas y los criterios de evaluación.
Definir estos procedimientos resulta fundamental, tanto para el profesorado como
para el alumnado, que de este modo dispondrá de la información necesaria para
saber cómo llevar a cabo determinadas iniciativas y ejercitar adecuadamente el
conjunto de propuestas técnicas y metodológicas que se le presentan. Al orientar
el aprendizaje hacia la elaboración de productos, el profesorado y el alumnado
dispondrán de una diversidad de resultados sobre los que reconocer y evaluar el
trabajo realizado, fruto de los procesos puestos en acción, además del conjunto de
saberes. El uso efectivo de rúbricas, que resulten claras, concretas y sencillas,
facilita la evaluación de procesos y productos, que deben registrar adecuadamente
los logros obtenidos y el grado de evolución del alumnado. Resulta útil para el
profesorado tomar registro habitual de la acción del alumnado a lo largo de las
situaciones de aprendizaje, a través de tablas de observación, como lo es para el
alumnado tomar conciencia de su trabajo y de sus actividades por medio de
diarios de aprendizaje.
La evaluación debe facilitar al alumnado procesos constantes de reflexión, de
autoevaluación y coevaluación, que le permitan tomar conciencia de sus procesos
de aprendizaje, incorporar el error como modo de orientar sus iniciativas y valorar
su grado de rendimiento y la calidad de sus resultados y productos. Este nivel de
metacognición, en el que el alumnado toma conciencia de las competencias
adquiridas, del sentido, utilidad y significado de las acciones que lleva a cabo, así
como de su nivel de rendimiento y la calidad del trabajo realizado, resulta esencial
para su desarrollo personal y su preparación para el aprendizaje permanente.
También para el profesorado resulta fundamental llevar a cabo procesos de
evaluación continua, no solo del alumnado, sino de su propia práctica, valorando a
lo largo del desarrollo de las situaciones de aprendizaje la efectividad de sus
propuestas, así como el resultado de sus intervenciones con el alumnado, para ir
adaptando sus iniciativas y acciones a las demandas y necesidades que van
surgiendo. En este escenario, su labor de orientar los aprendizajes resulta
esencial, al replantear las direcciones e itinerarios del alumnado, sin penalizar el
error y buscando la constante mejora y la superación de las dificultades. De ahí
cve: BOE-A-2022-15953
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 236
Sábado 1 de octubre de 2022
Sec. I. Pág. 134807
actitudes y los valores que incorpora el currículo, relacionando las intenciones
educativas del profesorado con los principales retos sociales y ambientales que se
presentan en la actualidad. Esto supone contextualizar los aprendizajes en torno a
determinados problemas, desde una perspectiva histórica, conectando el presente
con el pasado, en ese cruce de perspectivas que activa la toma de conciencia del
alumnado en torno a los problemas fundamentales que han venido a marcar la
historia de los dos países y que han determinado la realidad presente. Para ello es
necesario que las situaciones de aprendizaje estén orientadas, a través de las
intenciones educativas que el profesorado establezca, a trabajar sobre estas
cuestiones en contextos reales, enfocando desde lo local o lo más cercano, a
través de acontecimientos y experiencias concretas, estos grandes desafíos.
Implica también proyectar estas situaciones de aprendizaje en el entorno, no solo
a través de actividades de comunicación y de difusión, sino generando la
posibilidad de actuar y participar, a través de acciones en las que el alumnado
pueda expresar y ejercitar su compromiso cívico.
La evaluación en la materia Historia de España y de Francia
La evaluación debe reflejar en todo momento los presupuestos metodológicos
que definen el currículo y, por tanto, adaptarse al enfoque competencial de la
materia. Esto implica generar nuevos procedimientos e instrumentos de
evaluación y articular su aplicación al ejercicio constante de estrategias, procesos
y habilidades, para valorar adecuadamente el nivel de logro y la adquisición y
manejo de los conocimientos, las destrezas y las actitudes, que se ponen en
acción en relación con las competencias específicas y los criterios de evaluación.
Definir estos procedimientos resulta fundamental, tanto para el profesorado como
para el alumnado, que de este modo dispondrá de la información necesaria para
saber cómo llevar a cabo determinadas iniciativas y ejercitar adecuadamente el
conjunto de propuestas técnicas y metodológicas que se le presentan. Al orientar
el aprendizaje hacia la elaboración de productos, el profesorado y el alumnado
dispondrán de una diversidad de resultados sobre los que reconocer y evaluar el
trabajo realizado, fruto de los procesos puestos en acción, además del conjunto de
saberes. El uso efectivo de rúbricas, que resulten claras, concretas y sencillas,
facilita la evaluación de procesos y productos, que deben registrar adecuadamente
los logros obtenidos y el grado de evolución del alumnado. Resulta útil para el
profesorado tomar registro habitual de la acción del alumnado a lo largo de las
situaciones de aprendizaje, a través de tablas de observación, como lo es para el
alumnado tomar conciencia de su trabajo y de sus actividades por medio de
diarios de aprendizaje.
La evaluación debe facilitar al alumnado procesos constantes de reflexión, de
autoevaluación y coevaluación, que le permitan tomar conciencia de sus procesos
de aprendizaje, incorporar el error como modo de orientar sus iniciativas y valorar
su grado de rendimiento y la calidad de sus resultados y productos. Este nivel de
metacognición, en el que el alumnado toma conciencia de las competencias
adquiridas, del sentido, utilidad y significado de las acciones que lleva a cabo, así
como de su nivel de rendimiento y la calidad del trabajo realizado, resulta esencial
para su desarrollo personal y su preparación para el aprendizaje permanente.
También para el profesorado resulta fundamental llevar a cabo procesos de
evaluación continua, no solo del alumnado, sino de su propia práctica, valorando a
lo largo del desarrollo de las situaciones de aprendizaje la efectividad de sus
propuestas, así como el resultado de sus intervenciones con el alumnado, para ir
adaptando sus iniciativas y acciones a las demandas y necesidades que van
surgiendo. En este escenario, su labor de orientar los aprendizajes resulta
esencial, al replantear las direcciones e itinerarios del alumnado, sin penalizar el
error y buscando la constante mejora y la superación de las dificultades. De ahí
cve: BOE-A-2022-15953
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 236