I. Disposiciones generales. MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y FORMACIÓN PROFESIONAL. Educación Infantil, Primaria, Secundaria Obligatoria. Bachillerato. Currículo. (BOE-A-2022-10452)
Resolución de 21 de junio de 2022, de la Secretaría de Estado de Educación, por la que se publican los currículos de las enseñanzas de religión católica correspondientes a Educación Infantil, Educación Primaria, Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Viernes 24 de junio de 2022
Sec. I. Pág. 88473
a un compromiso de promoción humana con la inclusión de todos, fortalecen el poder
transformador de la escuela y suponen una contribución propia al aprendizaje
permanente a lo largo de la vida.
El currículo de la materia de Religión Católica es resultado de un fecundo diálogo de
la Teología, fuente epistemológica que proporciona los saberes básicos esenciales para
una formación integral en la escuela inspirada en la visión cristiana de la vida, con otras
fuentes curriculares, especialmente la psicopedagógica, que orientan la necesaria
formación académica en Bachillerato. El diseño curricular de la materia de Religión
Católica ha tenido en cuenta el contexto global que está viviendo la educación en las
primeras décadas del siglo XXI: ha dialogado con el marco europeo de educación en sus
competencias clave de 2018 y quiere integrarse en su horizonte de 2025, se ha dejado
interpelar por la sensibilidad de los objetivos de desarrollo sostenible y la ciudadanía
global e intercultural, y ha tenido en cuenta la oportunidad de reimaginar los futuros de la
educación priorizando el aprender a ser y a vivir con otros. A la vez, se ha dejado afectar
por los compromisos del Pacto Educativo Global, promovido por la Iglesia católica, que
subraya la centralidad de la persona en los procesos educativos, la escucha de las
nuevas generaciones, la acogida de todas las realidades personales y culturales, la
promoción de la mujer, la responsabilidad de la familia, la educación para una nueva
política y economía y el cuidado de la casa común. Especialmente, el currículo de
Religión Católica se abre a las iniciativas eclesiales de la Misión 4.7, sobre la ecología
integral, y del Alto Comisionado para la Fraternidad Humana conformado por diversas
religiones para construir la casa común y la paz mundial. De esta manera, la enseñanza
de la Religión Católica, manteniendo su peculiaridad y la esencia del diálogo fe-cultura y
fe-razón que la ha caracterizado en la democracia, acoge los signos de los tiempos y
responde a los desafíos de la educación en este siglo XXI.
La estructura del currículo de Religión Católica se integra en el marco curricular de la
nueva ordenación, y es análoga a las de las otras áreas y materias escolares,
contribuyendo como estas al desarrollo de las competencias clave a través de una
aportación específica. Es un currículo abierto y flexible para facilitar su programación en
los diferentes entornos y centros educativos.
Se plantean, en primer lugar, las seis competencias específicas propias del área de
Religión Católica. Son comunes para todas las etapas, proponen gradualmente
aprendizajes de carácter cognitivo, instrumental y actitudinal; y permiten el desarrollo de
las competencias clave. Algunas competencias específicas están centradas en la
formación de la identidad personal, cultivan las dimensiones emocionales y afectivas y
promueven que cada alumno y alumna conforme con autonomía, libertad y empatía su
proyecto vital, inspirado por la antropología cristiana. Otras subrayan la dimensión social
y cultural, necesaria para el despliegue de la personalidad individual y la construcción
responsable y creativa de los entornos socioculturales desde el mensaje cristiano de
inclusión y fraternidad. Y otras proponen la visión cristiana de la vida, el conocimiento de
Jesucristo y de la Iglesia, y contribuyen a una síntesis de la fe cristiana capaz de dialogar
con otros saberes y disciplinas escolares.
En segundo lugar, se proponen los criterios de evaluación que están directamente
relacionados con las competencias específicas.
En tercer lugar, se proponen los saberes básicos necesarios para alcanzar la
propuesta formativa del área de Religión Católica. Estos saberes, que derivan
específicamente del diálogo de la Teología y la Pedagogía, constituyen los
conocimientos, destrezas y actitudes necesarios para el logro de las competencias
específicas.
En el currículo, los saberes básicos se presentan organizados en tres bloques. El
primer bloque gira en torno al descubrimiento de la vida y de la autonomía personal, a la
luz del mensaje cristiano, que se enriquece con valores de libertad, responsabilidad,
comunicación de las emociones e ideas propias. El segundo bloque plantea el
conocimiento del entorno, el encuentro con los otros y el cuidado de uno mismo y de los
demás para crecer en armonía y comunión. El tercer bloque facilita la comprensión de la
cve: BOE-A-2022-10452
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 150
Viernes 24 de junio de 2022
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a un compromiso de promoción humana con la inclusión de todos, fortalecen el poder
transformador de la escuela y suponen una contribución propia al aprendizaje
permanente a lo largo de la vida.
El currículo de la materia de Religión Católica es resultado de un fecundo diálogo de
la Teología, fuente epistemológica que proporciona los saberes básicos esenciales para
una formación integral en la escuela inspirada en la visión cristiana de la vida, con otras
fuentes curriculares, especialmente la psicopedagógica, que orientan la necesaria
formación académica en Bachillerato. El diseño curricular de la materia de Religión
Católica ha tenido en cuenta el contexto global que está viviendo la educación en las
primeras décadas del siglo XXI: ha dialogado con el marco europeo de educación en sus
competencias clave de 2018 y quiere integrarse en su horizonte de 2025, se ha dejado
interpelar por la sensibilidad de los objetivos de desarrollo sostenible y la ciudadanía
global e intercultural, y ha tenido en cuenta la oportunidad de reimaginar los futuros de la
educación priorizando el aprender a ser y a vivir con otros. A la vez, se ha dejado afectar
por los compromisos del Pacto Educativo Global, promovido por la Iglesia católica, que
subraya la centralidad de la persona en los procesos educativos, la escucha de las
nuevas generaciones, la acogida de todas las realidades personales y culturales, la
promoción de la mujer, la responsabilidad de la familia, la educación para una nueva
política y economía y el cuidado de la casa común. Especialmente, el currículo de
Religión Católica se abre a las iniciativas eclesiales de la Misión 4.7, sobre la ecología
integral, y del Alto Comisionado para la Fraternidad Humana conformado por diversas
religiones para construir la casa común y la paz mundial. De esta manera, la enseñanza
de la Religión Católica, manteniendo su peculiaridad y la esencia del diálogo fe-cultura y
fe-razón que la ha caracterizado en la democracia, acoge los signos de los tiempos y
responde a los desafíos de la educación en este siglo XXI.
La estructura del currículo de Religión Católica se integra en el marco curricular de la
nueva ordenación, y es análoga a las de las otras áreas y materias escolares,
contribuyendo como estas al desarrollo de las competencias clave a través de una
aportación específica. Es un currículo abierto y flexible para facilitar su programación en
los diferentes entornos y centros educativos.
Se plantean, en primer lugar, las seis competencias específicas propias del área de
Religión Católica. Son comunes para todas las etapas, proponen gradualmente
aprendizajes de carácter cognitivo, instrumental y actitudinal; y permiten el desarrollo de
las competencias clave. Algunas competencias específicas están centradas en la
formación de la identidad personal, cultivan las dimensiones emocionales y afectivas y
promueven que cada alumno y alumna conforme con autonomía, libertad y empatía su
proyecto vital, inspirado por la antropología cristiana. Otras subrayan la dimensión social
y cultural, necesaria para el despliegue de la personalidad individual y la construcción
responsable y creativa de los entornos socioculturales desde el mensaje cristiano de
inclusión y fraternidad. Y otras proponen la visión cristiana de la vida, el conocimiento de
Jesucristo y de la Iglesia, y contribuyen a una síntesis de la fe cristiana capaz de dialogar
con otros saberes y disciplinas escolares.
En segundo lugar, se proponen los criterios de evaluación que están directamente
relacionados con las competencias específicas.
En tercer lugar, se proponen los saberes básicos necesarios para alcanzar la
propuesta formativa del área de Religión Católica. Estos saberes, que derivan
específicamente del diálogo de la Teología y la Pedagogía, constituyen los
conocimientos, destrezas y actitudes necesarios para el logro de las competencias
específicas.
En el currículo, los saberes básicos se presentan organizados en tres bloques. El
primer bloque gira en torno al descubrimiento de la vida y de la autonomía personal, a la
luz del mensaje cristiano, que se enriquece con valores de libertad, responsabilidad,
comunicación de las emociones e ideas propias. El segundo bloque plantea el
conocimiento del entorno, el encuentro con los otros y el cuidado de uno mismo y de los
demás para crecer en armonía y comunión. El tercer bloque facilita la comprensión de la
cve: BOE-A-2022-10452
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Núm. 150