I. Disposiciones generales. MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y FORMACIÓN PROFESIONAL. Educación Infantil, Primaria, Secundaria Obligatoria. Bachillerato. Currículo. (BOE-A-2022-10452)
Resolución de 21 de junio de 2022, de la Secretaría de Estado de Educación, por la que se publican los currículos de las enseñanzas de religión católica correspondientes a Educación Infantil, Educación Primaria, Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato.
51 páginas totales
Página
Zahoribo únicamente muestra información pública que han sido publicada previamente por organismos oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Viernes 24 de junio de 2022
Sec. I. Pág. 88458
profesorado orienta el proceso. Esta propuesta metodológica permite interiorizar los
aprendizajes curriculares a través del trabajo cooperativo, las herramientas de desarrollo
cognitivo, la evaluación competencial y la metacognición. Se trata de una metodología
que posibilita que el área de Religión Católica se programe de forma globalizada con
otras áreas de la etapa; esta globalización favorece atender las preguntas que interesan
al alumnado. Aunque se pueden diseñar los proyectos con diversidad de itinerarios, es
importante la pregunta o el desafío inicial para despertar el interés y la curiosidad del
alumnado; es necesario un tema central, que suele denominarse tópico generativo, para
vertebrar las conexiones con los aprendizajes que entrarán en juego. La respuesta al
reto o la pregunta debe ser la elaboración de un producto final que debe estar definido al
inicio y que activará diversas competencias en su realización. Se necesita programar los
hilos conductores y las diversas tareas y actividades que el alumnado desarrollará.
También hay que definir los saberes básicos y las competencias específicas
relacionadas con el proyecto, así como los recursos necesarios. La evaluación no se
plantea solo como objeto de cuantificación, sino como instrumento de acompañamiento y
de mejora.
Aprendizaje orientado a la acción
Las propuestas metodológicas del área de Religión Católica suponen un enfoque del
aprendizaje orientado no solo al crecimiento personal, también a su desarrollo social y de
relación con el entorno; por tanto, se busca un enfoque orientado a la acción en el que
los propios alumnos y alumnas puedan ser protagonistas implicados en su proceso de
aprendizaje. Además, estos aprendizajes propios del área deberán estar conectados con
el entorno familiar y el contexto cercano para relacionarlos de manera práctica,
movilizarlos y aplicarlos en su vida cotidiana en situaciones de diversidad religiosa,
personal y social. Incorporar la diversidad cultural y religiosa propia del aula y del entorno
contribuirá a despertar y fomentar el diálogo con otros, así como el interés y la curiosidad
por la diversidad de identidades personales y sociales en las que lo religioso sea un
elemento propio. Este modelo de intervención en el aula permitirá el aprecio y el respeto
por la diversidad religiosa y cultural, facilitando que el alumnado reconozca las
festividades y las manifestaciones culturales del entorno, así como otras expresiones
religiosas y artísticas propias de nuestra tradición cultural. El alumnado será
progresivamente consciente de las referencias religiosas y culturales, y podrá identificar
diferencias y semejanzas para valorar y apreciar tanto la cultura propia como la de los
diferentes pueblos y religiones.
Evaluación
La evaluación del alumnado se comprende como parte del proceso de enseñanza y
aprendizaje, además de permitir la valoración de los aprendizajes y el nivel de
competencia adquirido, ayuda a identificar mejoras en el proceso de enseñanza.
También posibilita detectar dificultades para aplicar las medidas de refuerzo necesarias.
Los criterios de evaluación son el elemento curricular para orientar esta parte del
proceso de enseñanza y aprendizaje, entendiendo la evaluación como oportunidad para
formar a personas capaces de desenvolverse en situaciones reales de experiencia y
comunicación, comprometidas en el cuidado de las personas y del planeta, que inician
un aprendizaje que se prolongará a lo largo de la vida; por ello es esencial identificar
oportunidades de mejora permanente.
Para facilitar la evaluación, los planteamientos didácticos han de incluir elementos
claramente relacionados con los criterios de evaluación, las competencias específicas, y
su vínculo con los descriptores operativos, lo que permitirá evidenciar y evaluar los
aprendizajes propuestos en los productos finales que el alumnado ha de crear. En una
evaluación competencial es imprescindible valorar tanto el proceso como los resultados.
cve: BOE-A-2022-10452
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 150
Viernes 24 de junio de 2022
Sec. I. Pág. 88458
profesorado orienta el proceso. Esta propuesta metodológica permite interiorizar los
aprendizajes curriculares a través del trabajo cooperativo, las herramientas de desarrollo
cognitivo, la evaluación competencial y la metacognición. Se trata de una metodología
que posibilita que el área de Religión Católica se programe de forma globalizada con
otras áreas de la etapa; esta globalización favorece atender las preguntas que interesan
al alumnado. Aunque se pueden diseñar los proyectos con diversidad de itinerarios, es
importante la pregunta o el desafío inicial para despertar el interés y la curiosidad del
alumnado; es necesario un tema central, que suele denominarse tópico generativo, para
vertebrar las conexiones con los aprendizajes que entrarán en juego. La respuesta al
reto o la pregunta debe ser la elaboración de un producto final que debe estar definido al
inicio y que activará diversas competencias en su realización. Se necesita programar los
hilos conductores y las diversas tareas y actividades que el alumnado desarrollará.
También hay que definir los saberes básicos y las competencias específicas
relacionadas con el proyecto, así como los recursos necesarios. La evaluación no se
plantea solo como objeto de cuantificación, sino como instrumento de acompañamiento y
de mejora.
Aprendizaje orientado a la acción
Las propuestas metodológicas del área de Religión Católica suponen un enfoque del
aprendizaje orientado no solo al crecimiento personal, también a su desarrollo social y de
relación con el entorno; por tanto, se busca un enfoque orientado a la acción en el que
los propios alumnos y alumnas puedan ser protagonistas implicados en su proceso de
aprendizaje. Además, estos aprendizajes propios del área deberán estar conectados con
el entorno familiar y el contexto cercano para relacionarlos de manera práctica,
movilizarlos y aplicarlos en su vida cotidiana en situaciones de diversidad religiosa,
personal y social. Incorporar la diversidad cultural y religiosa propia del aula y del entorno
contribuirá a despertar y fomentar el diálogo con otros, así como el interés y la curiosidad
por la diversidad de identidades personales y sociales en las que lo religioso sea un
elemento propio. Este modelo de intervención en el aula permitirá el aprecio y el respeto
por la diversidad religiosa y cultural, facilitando que el alumnado reconozca las
festividades y las manifestaciones culturales del entorno, así como otras expresiones
religiosas y artísticas propias de nuestra tradición cultural. El alumnado será
progresivamente consciente de las referencias religiosas y culturales, y podrá identificar
diferencias y semejanzas para valorar y apreciar tanto la cultura propia como la de los
diferentes pueblos y religiones.
Evaluación
La evaluación del alumnado se comprende como parte del proceso de enseñanza y
aprendizaje, además de permitir la valoración de los aprendizajes y el nivel de
competencia adquirido, ayuda a identificar mejoras en el proceso de enseñanza.
También posibilita detectar dificultades para aplicar las medidas de refuerzo necesarias.
Los criterios de evaluación son el elemento curricular para orientar esta parte del
proceso de enseñanza y aprendizaje, entendiendo la evaluación como oportunidad para
formar a personas capaces de desenvolverse en situaciones reales de experiencia y
comunicación, comprometidas en el cuidado de las personas y del planeta, que inician
un aprendizaje que se prolongará a lo largo de la vida; por ello es esencial identificar
oportunidades de mejora permanente.
Para facilitar la evaluación, los planteamientos didácticos han de incluir elementos
claramente relacionados con los criterios de evaluación, las competencias específicas, y
su vínculo con los descriptores operativos, lo que permitirá evidenciar y evaluar los
aprendizajes propuestos en los productos finales que el alumnado ha de crear. En una
evaluación competencial es imprescindible valorar tanto el proceso como los resultados.
cve: BOE-A-2022-10452
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 150