III. Otras disposiciones. MINISTERIO DE CULTURA Y DEPORTE. Patrimonio cultural inmaterial. (BOE-A-2022-254)
Resolución de 3 de enero de 2022, de la Dirección General de Bellas Artes, por la que se incoa expediente de declaración del belenismo como manifestación representativa del patrimonio cultural inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Miércoles 5 de enero de 2022
Sec. III. Pág. 1179
Contribuye a la trasmisión y al conocimiento de la cultura popular al mostrar por
medio de sus escenas, de manera didáctica y atractiva, modos de vida y oficios
tradicionales (en muchos casos desaparecidos).
El Belenismo desarrolla y potencia diferentes oficios vinculados con los productos y
elementos que le son característicos, como los artesanos y artesanas de figuras,
construcciones, enseres, que, si bien tienen elementos comunes, varían en cada región
española, presentando particularidades que enriquecen los tipos y la diversidad de
expresiones de las figuras.
La riqueza de sus bienes muebles asociados está constituida por un extenso fondo
de figuras, esculturas y construcciones a nivel doméstico y otras muchas de acentuado
valor artístico, repartidas entre coleccionistas particulares, centros religiosos, Patrimonio
Nacional y numerosos museos situados por toda la geografía española.
Los conocimientos, habilidades y destrezas se transmiten y recrean. Cada persona o
asociación, desde su experiencia y capacidad creativa, lo modela en función de sus
conocimientos, raíces y cultura; todo ello genera una gran variedad de belenes que
enriquecen la diversidad del movimiento belenista, algunos mostrando altos niveles
decorativos y compositivos. Se trata de un universo plural y diverso de ámbito nacional y
con trascendencia internacional.
El Belenismo tiene una estrecha relación con la tradición oral, al vincularse con
multitud de villancicos que aluden al Belén que han ido conformando nuestro Cancionero
Popular Navideño; los cantos populares de Navidad son una constante en todos los
pueblos de España, con sus correspondientes particularidades y forman parte de nuestra
literatura popular. En muchos casos la letra y la melodía han sido transmitidas de forma
oral de una generación a otra.
Existe una responsabilidad social en el movimiento asociacionista que en torno al
belenismo es amplio, con un gran nivel de compromiso, para mantener y divulgar esta
actividad, canalizando y recogiendo la iniciativa popular, como primer motor del
mantenimiento de esta tradición a través de los siglos. Y esto sucede no solamente en
nuestro país, sino también en buena parte de Europa y América latina, confirmando una
tradición centenaria que actualmente tiene cabida en multitud de países.
Además de su valor identitario, cabe destacar su dimensión económica y productiva.
No obstante, esta actividad artesanal no solo es importante desde un punto de vista
económico por sí misma, sino también por la conexión que tiene con otras actividades,
como el turismo (interior y exterior), otras industrias culturales, el sector artesanal, el
coleccionismo, etc.
Orígenes/evolución histórica
La devoción a los misterios de la infancia de Cristo, a la humillación de su
encarnación y su desvalida niñez, fue un rasgo común a toda la espiritualidad monástica
de los siglos XII y XIII, especialmente entre las órdenes de Franciscanos y Clarisas,
quienes contribuyeron a la instauración de los nacimientos en la tradición católica.
Como primer belén, ya sí con figuras, se tiene al realizado en 1291 por Arnolfo di
Cambio para la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, en el que sus monumentales
esculturas en alabastro se situaban en un espacio físico con ciertos aspectos teatrales.
En el caso de España, se considera al «Belén de Jesús» de la Iglesia de la Anunciación
de Palma (Mallorca), procedente del Convento franciscano de Nuestra Señora de los
Ángeles, fechado a finales del siglo XV, como el belén más antiguo aún en uso. Esto no
implica que sea el más antiguo, puesto que en el Museu-Monestir de Pedralbes de
Barcelona se conserva un Misterio, de bulto redondo y tallado en alabastro, datado en la
segunda mitad del S. XIV y atribuido al escultor y maestro de obras barcelonés Bernat
Roca. Sin embargo, no está claro si su función respondía a la de componer con ellas un
belén. Sí que consta documentalmente que en 1468 se renovaron las figuras del Misterio
de la Catedral de Valencia para exponerlas en la fiesta de Navidad y en 1502 ya aparece
la expresión «poner el Belén».
cve: BOE-A-2022-254
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 4
Miércoles 5 de enero de 2022
Sec. III. Pág. 1179
Contribuye a la trasmisión y al conocimiento de la cultura popular al mostrar por
medio de sus escenas, de manera didáctica y atractiva, modos de vida y oficios
tradicionales (en muchos casos desaparecidos).
El Belenismo desarrolla y potencia diferentes oficios vinculados con los productos y
elementos que le son característicos, como los artesanos y artesanas de figuras,
construcciones, enseres, que, si bien tienen elementos comunes, varían en cada región
española, presentando particularidades que enriquecen los tipos y la diversidad de
expresiones de las figuras.
La riqueza de sus bienes muebles asociados está constituida por un extenso fondo
de figuras, esculturas y construcciones a nivel doméstico y otras muchas de acentuado
valor artístico, repartidas entre coleccionistas particulares, centros religiosos, Patrimonio
Nacional y numerosos museos situados por toda la geografía española.
Los conocimientos, habilidades y destrezas se transmiten y recrean. Cada persona o
asociación, desde su experiencia y capacidad creativa, lo modela en función de sus
conocimientos, raíces y cultura; todo ello genera una gran variedad de belenes que
enriquecen la diversidad del movimiento belenista, algunos mostrando altos niveles
decorativos y compositivos. Se trata de un universo plural y diverso de ámbito nacional y
con trascendencia internacional.
El Belenismo tiene una estrecha relación con la tradición oral, al vincularse con
multitud de villancicos que aluden al Belén que han ido conformando nuestro Cancionero
Popular Navideño; los cantos populares de Navidad son una constante en todos los
pueblos de España, con sus correspondientes particularidades y forman parte de nuestra
literatura popular. En muchos casos la letra y la melodía han sido transmitidas de forma
oral de una generación a otra.
Existe una responsabilidad social en el movimiento asociacionista que en torno al
belenismo es amplio, con un gran nivel de compromiso, para mantener y divulgar esta
actividad, canalizando y recogiendo la iniciativa popular, como primer motor del
mantenimiento de esta tradición a través de los siglos. Y esto sucede no solamente en
nuestro país, sino también en buena parte de Europa y América latina, confirmando una
tradición centenaria que actualmente tiene cabida en multitud de países.
Además de su valor identitario, cabe destacar su dimensión económica y productiva.
No obstante, esta actividad artesanal no solo es importante desde un punto de vista
económico por sí misma, sino también por la conexión que tiene con otras actividades,
como el turismo (interior y exterior), otras industrias culturales, el sector artesanal, el
coleccionismo, etc.
Orígenes/evolución histórica
La devoción a los misterios de la infancia de Cristo, a la humillación de su
encarnación y su desvalida niñez, fue un rasgo común a toda la espiritualidad monástica
de los siglos XII y XIII, especialmente entre las órdenes de Franciscanos y Clarisas,
quienes contribuyeron a la instauración de los nacimientos en la tradición católica.
Como primer belén, ya sí con figuras, se tiene al realizado en 1291 por Arnolfo di
Cambio para la Basílica de Santa María la Mayor en Roma, en el que sus monumentales
esculturas en alabastro se situaban en un espacio físico con ciertos aspectos teatrales.
En el caso de España, se considera al «Belén de Jesús» de la Iglesia de la Anunciación
de Palma (Mallorca), procedente del Convento franciscano de Nuestra Señora de los
Ángeles, fechado a finales del siglo XV, como el belén más antiguo aún en uso. Esto no
implica que sea el más antiguo, puesto que en el Museu-Monestir de Pedralbes de
Barcelona se conserva un Misterio, de bulto redondo y tallado en alabastro, datado en la
segunda mitad del S. XIV y atribuido al escultor y maestro de obras barcelonés Bernat
Roca. Sin embargo, no está claro si su función respondía a la de componer con ellas un
belén. Sí que consta documentalmente que en 1468 se renovaron las figuras del Misterio
de la Catedral de Valencia para exponerlas en la fiesta de Navidad y en 1502 ya aparece
la expresión «poner el Belén».
cve: BOE-A-2022-254
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Núm. 4