I. Disposiciones generales. MINISTERIO DE LA PRESIDENCIA, RELACIONES CON LAS CORTES Y MEMORIA DEMOCRÁTICA. Medio ambiente. (BOE-A-2021-11614)
Orden PCM/735/2021, de 9 de julio, por la que se aprueba la Estrategia Nacional de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas.
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No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 166
Martes 13 de julio de 2021
Sec. I. Pág. 83268
3. Servicios culturales: incluyen todos los aspectos de los ecosistemas que afectan al
estado físico y mental de las personas (p. ej. Potencial recreativo)
La valoración de dichos SEs ha cobrado fuerza en la agenda política. Por ejemplo, las
valoraciones económicas son fáciles de comunicar a las partes interesadas y al público en
general. Además, proporciona un marco mediante el cual algunas de las funciones de los
ecosistemas pueden evaluarse y, eventualmente, compararse con otras opciones de actuación.
Por tanto, genera unos indicadores que pueden guiar la toma de decisiones. No obstante,
todavía hay varios SEs para los que es difícil hacer una valoración, en particular para los servicios
más culturales y estéticos.
2.3.5 Conectividad
El concepto de conectividad se refiere a la configuración de los paisajes y cómo éste afecta al
desplazamiento y dispersión de las especies. Se desglosa en dos componentes: la conectividad
estructural y la funcional. La conectividad estructural, que se equipara con la continuidad del
hábitat, se mide mediante el análisis de la estructura del paisaje, sin considerar los
requerimientos de los organismos. La conectividad funcional se corresponde con la respuesta
de los organismos a los elementos del paisaje distintos de sus hábitats característicos. La primera
se emplea más en el contexto de la ecología del paisaje y la segunda en la dinámica de
metapoblaciones.
Uno de los objetivos de la IV es garantizar la conectividad de las poblaciones de fauna y flora
para contribuir a su conservación a largo plazo. Por tanto, en la planificación de la IV se deberá
cuantificar el grado de conectividad. Para ello, se cuenta con diferentes tipos de índices de
conectividad como, por ejemplo:
Área conectada equivalente: se define como el tamaño de un solo parche que
proporcionaría la misma probabilidad de conectividad que el patrón real de hábitats en
el paisaje (Saura et al., 2011).
Tamaño efectivo de malla: expresa la probabilidad de que dos puntos cualquiera
escogidos al azar en una región estén conectados, es decir, que no estén separados por
barreras como vías de transporte o áreas urbanizadas u otras características naturales.
Cuantas más barreras fragmenten el paisaje, menor será la probabilidad de que dos
puntos están conectados, y menor sea el tamaño de la malla efectiva que se mide en
km2 (Jaeger et al. 2008).
La fragmentación de hábitats, causada principalmente por la construcción de grandes
infraestructuras y cambios de uso del suelo, supone una alteración o disrupción del patrón
paisajístico y de la continuidad ecológica. La subdivisión de paisajes más o menos continuos en
teselas de menor entidad, produce un incremento de la relación entre el perímetro de éstas y
su área, denominado efecto borde. Ello da lugar a una reducción funcional de la superficie de
los fragmentos más allá de la propia pérdida de tamaño y se relaciona con una disminución de
la riqueza específica, ya que se ven favorecidas las especies oportunistas y las autóctonas de
carácter generalista. La forma y el tamaño de los fragmentos generados condicionarán a corto
plazo la presencia de las especies y, junto con el nivel de aislamiento que se genere,
determinarán la viabilidad a largo plazo de las poblaciones presentes (Prescripciones técnicas
para la reducción de la fragmentación de hábitats en las fases de planificación y trazado.
cve: BOE-A-2021-11614
Verificable en https://www.boe.es
Núm. 166
Martes 13 de julio de 2021
Sec. I. Pág. 83268
3. Servicios culturales: incluyen todos los aspectos de los ecosistemas que afectan al
estado físico y mental de las personas (p. ej. Potencial recreativo)
La valoración de dichos SEs ha cobrado fuerza en la agenda política. Por ejemplo, las
valoraciones económicas son fáciles de comunicar a las partes interesadas y al público en
general. Además, proporciona un marco mediante el cual algunas de las funciones de los
ecosistemas pueden evaluarse y, eventualmente, compararse con otras opciones de actuación.
Por tanto, genera unos indicadores que pueden guiar la toma de decisiones. No obstante,
todavía hay varios SEs para los que es difícil hacer una valoración, en particular para los servicios
más culturales y estéticos.
2.3.5 Conectividad
El concepto de conectividad se refiere a la configuración de los paisajes y cómo éste afecta al
desplazamiento y dispersión de las especies. Se desglosa en dos componentes: la conectividad
estructural y la funcional. La conectividad estructural, que se equipara con la continuidad del
hábitat, se mide mediante el análisis de la estructura del paisaje, sin considerar los
requerimientos de los organismos. La conectividad funcional se corresponde con la respuesta
de los organismos a los elementos del paisaje distintos de sus hábitats característicos. La primera
se emplea más en el contexto de la ecología del paisaje y la segunda en la dinámica de
metapoblaciones.
Uno de los objetivos de la IV es garantizar la conectividad de las poblaciones de fauna y flora
para contribuir a su conservación a largo plazo. Por tanto, en la planificación de la IV se deberá
cuantificar el grado de conectividad. Para ello, se cuenta con diferentes tipos de índices de
conectividad como, por ejemplo:
Área conectada equivalente: se define como el tamaño de un solo parche que
proporcionaría la misma probabilidad de conectividad que el patrón real de hábitats en
el paisaje (Saura et al., 2011).
Tamaño efectivo de malla: expresa la probabilidad de que dos puntos cualquiera
escogidos al azar en una región estén conectados, es decir, que no estén separados por
barreras como vías de transporte o áreas urbanizadas u otras características naturales.
Cuantas más barreras fragmenten el paisaje, menor será la probabilidad de que dos
puntos están conectados, y menor sea el tamaño de la malla efectiva que se mide en
km2 (Jaeger et al. 2008).
La fragmentación de hábitats, causada principalmente por la construcción de grandes
infraestructuras y cambios de uso del suelo, supone una alteración o disrupción del patrón
paisajístico y de la continuidad ecológica. La subdivisión de paisajes más o menos continuos en
teselas de menor entidad, produce un incremento de la relación entre el perímetro de éstas y
su área, denominado efecto borde. Ello da lugar a una reducción funcional de la superficie de
los fragmentos más allá de la propia pérdida de tamaño y se relaciona con una disminución de
la riqueza específica, ya que se ven favorecidas las especies oportunistas y las autóctonas de
carácter generalista. La forma y el tamaño de los fragmentos generados condicionarán a corto
plazo la presencia de las especies y, junto con el nivel de aislamiento que se genere,
determinarán la viabilidad a largo plazo de las poblaciones presentes (Prescripciones técnicas
para la reducción de la fragmentación de hábitats en las fases de planificación y trazado.
cve: BOE-A-2021-11614
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