I. Disposiciones generales. MINISTERIO DE LA PRESIDENCIA, RELACIONES CON LAS CORTES Y MEMORIA DEMOCRÁTICA. Medio ambiente. (BOE-A-2021-11614)
Orden PCM/735/2021, de 9 de julio, por la que se aprueba la Estrategia Nacional de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas.
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No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 166
Martes 13 de julio de 2021
Sec. I. Pág. 83238
En el ámbito de la restauración de minas, las actuaciones son relativamente recientes, a pesar
de que se dispuso de un marco legislativo específico relativamente pronto (Martínez-Ruíz et
al., 1996) en 1973. Se tardó casi una década en desarrollar una normativa que exigiera un
proyecto de restauración, junto al de explotación. A pesar de la imposición legal, los resultados
de las estrategias de restauración de los espacios afectados por las actividades extractivas en
nuestro país han sido, en general, desalentadores, limitándose en muchos casos a una
restitución topográfica basada en el modelo talud-cuneta-berma, sobre la que se han tratado
de establecer diversos tipos de cubierta vegetal como son pastizales, bosques y cultivos
agrícolas (UMINSA, 2000; Nicolau, 2003). En el momento actual la restauración de canteras
está experimentando un profundo cambio de enfoque, tras diagnosticarse un notable fracaso
debido a la propensión a la erosión de las topografías talud-cuneta-berma (Nicolau, 2000;
Martín Duque et al., 2010). Además, algunas restauraciones actuales potencian la creación de
hábitats y especies con figuras de protección.
La restauración ecológica en los sistemas marinos y costeros está en una fase germinal. Es un
proceso complejo de gestión que implica una profunda comprensión de las interacciones
biológicas y ambientales del ecosistema, comprendiendo un rango de disciplinas muy variadas,
tales como la ecología, hidrobiología, geomorfología, ingeniería, etc.
Como ejemplo, la restauración de praderas de fanerógamas marinas puede ser una estrategia
viable con el fin de ayudar a la recuperación después de una perturbación, aunque es costosa
y su viabilidad es variable (Short et al., 2001; Orthet al., 2006). Las tasas de supervivencia, tanto
de los trasplantes vegetativos como de la “siembra” de semillas, son bastante bajas y la
recolecta de esquejes y semillas pueden afectar negativamente a las praderas donantes. La
recolección de semillas de una población también puede ser crítica, ya que el reclutamiento
natural de plántulas puede ser necesario para asegurar la vitalidad de la pradera a largo plazo.
Solo el 30% de los programas de trasplante y de restauración llevados a cabo en todo el mundo
han tenido éxito (Fonsecaet al., 1998). Por lo tanto, todos los programas de restauración deben
ir precedidas de un análisis exhaustivo sobre su viabilidad y probabilidad de éxito.
Por último, existen herramientas metodológicas que contribuyen a implementar actuaciones
de restauración con criterios consensuados, como es el caso de la Guía Práctica de
Restauración Ecológica de la Fundación Biodiversidad, resultado del esfuerzo colaborativo de
más de 100 personas del ámbito científico, técnico, de la administración, del sector
empresarial y de ONG. Las indicaciones de esta guía se deberán seguir en las restauraciones
que se emprendan.
Hay un consenso científico generalizado sobre el origen antropogénico del cambio climático
contemporáneo (IPCC, 2013). El aumento de las concentraciones atmosféricas de gases de
efecto invernadero ha resultado en un rápido calentamiento global durante los últimos 50-60
años. Según el IPCC, el planeta en 2018 se ha calentado aproximadamente 1 °C respecto a los
niveles pre-industriales (período 1850-1900).
Los registros fiables más antiguos de datos de temperatura y precipitación de que se dispone
en España se remontan a la segunda mitad del siglo XIX (Brunet et al., 2006; Luna et al., 2012).
cve: BOE-A-2021-11614
Verificable en https://www.boe.es
CAMBIO CLIMÁTICO
Núm. 166
Martes 13 de julio de 2021
Sec. I. Pág. 83238
En el ámbito de la restauración de minas, las actuaciones son relativamente recientes, a pesar
de que se dispuso de un marco legislativo específico relativamente pronto (Martínez-Ruíz et
al., 1996) en 1973. Se tardó casi una década en desarrollar una normativa que exigiera un
proyecto de restauración, junto al de explotación. A pesar de la imposición legal, los resultados
de las estrategias de restauración de los espacios afectados por las actividades extractivas en
nuestro país han sido, en general, desalentadores, limitándose en muchos casos a una
restitución topográfica basada en el modelo talud-cuneta-berma, sobre la que se han tratado
de establecer diversos tipos de cubierta vegetal como son pastizales, bosques y cultivos
agrícolas (UMINSA, 2000; Nicolau, 2003). En el momento actual la restauración de canteras
está experimentando un profundo cambio de enfoque, tras diagnosticarse un notable fracaso
debido a la propensión a la erosión de las topografías talud-cuneta-berma (Nicolau, 2000;
Martín Duque et al., 2010). Además, algunas restauraciones actuales potencian la creación de
hábitats y especies con figuras de protección.
La restauración ecológica en los sistemas marinos y costeros está en una fase germinal. Es un
proceso complejo de gestión que implica una profunda comprensión de las interacciones
biológicas y ambientales del ecosistema, comprendiendo un rango de disciplinas muy variadas,
tales como la ecología, hidrobiología, geomorfología, ingeniería, etc.
Como ejemplo, la restauración de praderas de fanerógamas marinas puede ser una estrategia
viable con el fin de ayudar a la recuperación después de una perturbación, aunque es costosa
y su viabilidad es variable (Short et al., 2001; Orthet al., 2006). Las tasas de supervivencia, tanto
de los trasplantes vegetativos como de la “siembra” de semillas, son bastante bajas y la
recolecta de esquejes y semillas pueden afectar negativamente a las praderas donantes. La
recolección de semillas de una población también puede ser crítica, ya que el reclutamiento
natural de plántulas puede ser necesario para asegurar la vitalidad de la pradera a largo plazo.
Solo el 30% de los programas de trasplante y de restauración llevados a cabo en todo el mundo
han tenido éxito (Fonsecaet al., 1998). Por lo tanto, todos los programas de restauración deben
ir precedidas de un análisis exhaustivo sobre su viabilidad y probabilidad de éxito.
Por último, existen herramientas metodológicas que contribuyen a implementar actuaciones
de restauración con criterios consensuados, como es el caso de la Guía Práctica de
Restauración Ecológica de la Fundación Biodiversidad, resultado del esfuerzo colaborativo de
más de 100 personas del ámbito científico, técnico, de la administración, del sector
empresarial y de ONG. Las indicaciones de esta guía se deberán seguir en las restauraciones
que se emprendan.
Hay un consenso científico generalizado sobre el origen antropogénico del cambio climático
contemporáneo (IPCC, 2013). El aumento de las concentraciones atmosféricas de gases de
efecto invernadero ha resultado en un rápido calentamiento global durante los últimos 50-60
años. Según el IPCC, el planeta en 2018 se ha calentado aproximadamente 1 °C respecto a los
niveles pre-industriales (período 1850-1900).
Los registros fiables más antiguos de datos de temperatura y precipitación de que se dispone
en España se remontan a la segunda mitad del siglo XIX (Brunet et al., 2006; Luna et al., 2012).
cve: BOE-A-2021-11614
Verificable en https://www.boe.es
CAMBIO CLIMÁTICO