III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2021-8029)
Resolución de 24 de marzo de 2021, de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes, por la que se incoa expediente de declaración de bien de interés cultural a favor de "La Montería y la Rehala en Extremadura", con carácter de patrimonio cultural inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Viernes 14 de mayo de 2021

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La caza tiene un importante componente teatral, escenográfico, donde los actores
desempeñan un papel determinado, codificado y compartido a nivel ritual y simbólico.
Celeste Jiménez de Madariaga (2005) señala tres modelos rituales que aparecen en la
caza: Rituales propiciatorios, expiatorios y de iniciación. En este último se engloba el rito
de la noviez.
– La junta y el desayuno. La montería se inicia a primeras horas de la mañana en la
conocida como Junta. La Junta es la concentración de los cazadores (monteros),
acompañantes, perreros, rehaleros, organizadores, ayudantes, etc., que van a participar
en la montería. Se suele celebrar en la sede de la sociedad de cazadores y en ella se
inicia el proceso de interacción entre los participantes. Habitualmente se realiza un
desayuno colectivo.
Muchos de los momentos de interacción social se producen relacionados con la
comensalidad. Se trata de un elemento de cohesión del grupo. Fischler (1995) señala la
dimensión imaginaria, simbólica y social que abarca la alimentación humana. En este
caso, el desayuno es un plato típico de la gastronomía extremeña.
La comensalidad es uno de los momentos claves pues la comunicación se produce a
través de la alimentación, es en la Junta, alrededor del desayuno, donde se priman
valores comunes, grupales y donde todos se unen bajo una misma denominación:
Montero.
– El sorteo. En el mismo lugar donde se realiza la Junta y, tras dejar un tiempo
prudencial para el desayuno, se celebra el sorteo. Antes de comenzar se informa de las
normas de la cacería. Se indica el número de rehalas que van a soltarse, las armadas,
su ubicación y el número de puestos, las especies que se pueden cazar, el cupo de
reses por cazador, las prohibiciones expresas en la legislación y el coto donde se celebra
la montería, las normas básicas de seguridad y el respeto a los compañeros y a la ética
cinegética. Se expone un mapa topográfico de la mancha con la colocación de las
armadas y el lugar por donde se soltarán las rehalas. El sorteo se realiza el mismo día
de la montería normalmente, salvo excepciones debidas a factores meteorológicos que
obligan a su celebración la noche anterior.
Después de las instrucciones se recordarán, si así se considera, a los monteros
difuntos con una oración o un minuto de silencio. También es tradicional, como rito
propiciatorio, rezar colectivamente. El ritual se completa deseando «suerte».
En algunas ocasiones, el ritual se detiene en las vicisitudes que existen alrededor del
sorteo. Estas situaciones son las propias de monterías. Cuando la montería es de
invitación se puede seguir el sistema de sorteo o el Capitán de Montería que asigna
directamente los puestos.
El Capitán de Montería es la máxima figura organizativa durante la montería. Es el
encargado de dictar las normas a los monteros y dilucidar los conflictos que pudieran
aparecer durante la cacería. Forma parte de la organización, ya sea una montería
comercial organizada por una organización profesional de caza, una montería social,
donde se elige por ser una figura experimentada y carismática, una peña de monteros o
en una montería de invitación. El Capitán de Montería organiza el sorteo de los puestos
entre los cazadores. Sorteo del que tenemos ejemplos diversos en cuanto a desarrollo
en la comunidad.
Por su parte, el Postor, también llamado Maestro de Sierra, es el encargado de
colocar a los cazadores en los puestos, responsable de su armada y organizador de la
misa. Los postores son también cazadores y suelen ocupar puesto al final de la armada.
El puesto se conoce también según la zona como portillo, postura o paso. Se puede
definir como «los lugares donde cada cierta distancia se ha aposar un montero ocupando
una posición en esta línea imaginaria que conforman las armadas o traviesas» (Segovia,
2007). Según la montería, la orografía del terreno y las costumbres, los puestos se
colocan de diferente forma. La cantidad de puestos depende del organizado, y aunque
se acepta que en cada 100 Ha el número oscila entre 8 y 10 puestos, depende de las
circunstancias de la montería y el propio terreno. Los puestos están señalizados el día
de la montería.

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Núm. 115