III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2021-8029)
Resolución de 24 de marzo de 2021, de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes, por la que se incoa expediente de declaración de bien de interés cultural a favor de "La Montería y la Rehala en Extremadura", con carácter de patrimonio cultural inmaterial.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Viernes 14 de mayo de 2021

Sec. III. Pág. 57836

Descripción
1. Paisajes de caza. A los efectos de la práctica cinegética, desde el siglo XIV al
presente, los cazaderos donde se ubicaron y se ubican los grandes cotos de caza mayor
se continúan localizando en las grandes manchas de bosque, monte mediterráneo,
piedemontes, dehesas arboladas y riberos encajados, soportes físicos de la actividad
cinegética histórica de la Montería y la Rehala.
El territorio cinegético extremeño se concentra en las principales zonas serranas. En
todos los espacios destaca la vegetación, adaptada a las condiciones físicas plurales y
adversas, que muestra una gran diversidad, según incidan sobre ella las características
atlánticas, mediterráneas o continentales, litología, relieve, topografía, exposición. La
aridez explica la abundancia de encinas y alcornoques en llanos y piedemontes. El
quejigo aparece en pequeños rodales y la coscoja en dominios litológicos calizos. El
acebuche se eleva hasta los 800 m de altitud. El rebollo ocupa los espacios de influencia
oceánica del oeste o las zonas de montaña de mayor precipitación. El castaño aparece
en Traslasierra, Guadalupe con carácter más aislado, fruto de repoblaciones puntuales.
En los sotos ribereños hay alisos, fresnos, hojaranzos y adelfa. El matorral domina como
formación arbustiva de porte bajo, densa y cerrada, integrado por especies de jaras,
brezos y madroños, así como retamas, cantueso y tomillo, a la que se añaden las
formaciones de sotos ribereños y umbrías de mayor humedad. El efecto umbría (más
húmedo) y solana se dejan notar en la composición del matorral, que conforma las
grandes manchas que sirven de refugio a las especies de caza mayor, al tiempo que
constituyen una fuente sustancial de alimento.
Los paisajes vinculados a la caza mayor tienen condición de áreas protegidas en
gran medida. Los cotos de caza mayor no son los únicos en los que se realiza
aprovechamiento de caza mayor en la actualidad, sino que además hay que añadir los
cotos de caza menor con aprovechamiento de jabalí y un buen número de cotos
sociales, donde se celebran numerosas monterías.
Hay que considerar en relación a esta cuestión dos aspectos de relevancia: La
amplia distribución de caza mayor por Extremadura y la especialización de determinados
territorios. Ambos aspectos permiten comprender el auge en muchos territorios de la
caza mayor-montería-rehala.
2. Estructura de la montería. El Profesor Palenzuela destaca que «La montería y la
rehala son dos componentes indisociables de una modalidad cinegética de caza mayor,
original y de enorme profundidad temporal, con un ámbito territorial que incluye una
buena parte del territorio andaluz y se extiende por los ecosistemas de bosque
mediterráneo existentes en la mitad sur de la Península Ibérica» (Palenzuela 2017: 8).
Jabalís y venados son las principales especies cazadas en Extremadura.
Las monterías tienen una estructura y una tradición que la definen como una de las
modalidades ritualizadas. Encontramos un rito de paso propio, la noviez montera, con el
que se marca el paso de ser montero, al cobrar la primera res en una montería.
En la legislación extremeña aparecen los criterios y condiciones que afectan a la
celebración de las monterías.
Las manchas son monteadas una vez por temporada. Las monterías se realizan en
terrenos de sierra y dehesa. Es el bosque mediterráneo el biotipo más común, siendo
características en las sierras extremeñas, donde domina la encina y el alcornoque, con
un importante sustrato arbustivo y de matorral. Este espacio es propicio para el encarne
de las reses durante las monterías por lo que la labor de los perros de las rehalas es
fundamental para levantar a los animales y ponerlos a tiro de los puestos. Las dehesas
son terrenos antropizados donde la acción humana sobre el bosque mediterráneo
proporciona pastos para la ganadería. Se aclara el bosque y se controla vegetación
leñosa para estabilizar los pastizales y crear un entorno óptimo para la ganadería.
La montería, como modalidad de caza colectiva, es la que presenta mayor
ritualización con espacios, tiempos, acciones, estrategias, comensalidad, etc. muy
pautadas. Odile Vicent, en sus estudios cinegéticos, destaca las características básicas
que aparecen en el ritual.

cve: BOE-A-2021-8029
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Núm. 115