3. Otras disposiciones. . (2024/192-57)
Resolución de 23 de septiembre de 2024, de la Dirección General de Patrimonio Histórico, por la que se incoa el procedimiento para la inscripción, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, de la Actividad de Interés Etnológico denominada Caza de la Perdiz con Reclamo en Andalucía.
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Número 192 - Miércoles, 2 de octubre de 2024

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En los cuarenta y dos días de caza que fija la Orden General de Vedas para cada
temporada, durante el primer celo, los pájaros criados en cautividad se disponen en
los cotos para que atraigan o reclamen con sus cantos a las perdices camperas. El
reclamista o cazador debe seleccionar el reclamo a partir de su origen, morfología,
carácter y comportamiento en la caza, entre otras peculiaridades, y elegir el lugar del
lance, para lo que se necesita conocimiento del medio natural y del comportamientos de
la perdiz silvestre. Previamente las jaulas individuales deben de estar preparadas para
acoger a los reclamos. Iniciada la veda, los pájaros se pasan a los llamados «terreros» o
«casilleros», que son normalmente cajas de madera donde se dispone abundante arena,
agua y comida. Ahí se mantienen limpios de parásitos, están en descanso continuado, y
se predisponen para el cambio o «muda» anual de su plumaje.
En cualquier caso la caza tradicional de la perdiz con reclamo, en el plano
cinegéticamente pragmático, se articula durante todo el año entre la casa y el campo,
entre la actitud y cuidados del reclamo en el espacio doméstico, y su comportamiento en
la naturaleza.
En los cotos se desarrolla el lance entre el macho de perdiz enjaulado, adiestrado
por su contacto con el reclamista y las perdices silvestres que, movidas por el instinto de
su ciclo biológico, acuden a la provocación. En el puesto elegido se cuelga el pájaro al
lado del sol, para que esté caliente, permaneciendo el cazador quieto y cerca hasta que
el pájaro empieza a cantar cada vez más alto. Las perdices salvajes se van metiendo
debajo del colgadero hasta que se ponen a tiro. Tras los disparos del cazador el pájaro de
la jaula detiene su canto unos segundos aunque de momento vuelve a reclamar otra vez
para que se acerquen mas perdices salvajes.
La elección del sitio de la «plaza» y de la distancia y orientación del puesto
son decisiones claves para el resultado final de la jornada y por eso se apoyan
en un conocimiento previo del ecosistema, de la orografía y de la observación del
comportamiento de las perdices de la zona. La plaza, el espacio donde el cazador debe
efectuar el disparo a la vista del reclamo, debe estar en terreno plano, abierto y limpio de
vegetación, y sin piedras donde puedan rebotar los plomos del tiro, que puedan afectar
al pájaro de la jaula. El pulpitillo donde se dispone la jaula debe estar separado del suelo
en torno a 50 centímetros o 1 metro, bien colgado de una rama, encima de un tollo de
piedras, o colocado en una varilla regulable en altura y terminada con una cazoleta para
depositar la jaula.
El puesto se puede conformar con elementos naturales, piedra o vegetación,
existiendo también la modalidad del portátil de tela, cada vez más extendido. El uso de
puestos naturales de piedra o vegetación, así como los pulpitillos de carácter permanente,
implica el cuidado continuado de los mismos por parte de los cazadores, quienes, a
lo largo del año, o en los momentos previos al cierre de la veda para esta modalidad,
deben restaurar de los posibles deterioros que hayan podido ocurrir. Son pequeñas
construcciones de carácter inmueble que forman parte del patrimonio inmueble asociado
a esta actividad, no solo por su estilo, a veces su belleza y autenticidad, sino porque los
mismos requieren de un saber hacer específico ya que están construidos generalmente
en piedra seca o con vegetación autóctona, sin ningún tipo de argamasa o elemento
aglutinante. Se localizan en los lugares en los que de manera histórica las perdices eligen
para habitar y reproducirse, son de carácter público y sin restricciones para aquellos
cazadores que los deseen utilizar, sin ser privativos de nadie y solo sujetos al precepto de
ocupación temporal por orden de llegada, porque sirven como hitos geográficos al poseer
nombres específicos que facilitan una apropiación cognitiva y simbólica del territorio
local, y por ello son infraestructuras llenas de significados para el colectivo de cuquilleros
o reclamistas andaluces.
El puesto portátil, realizado con materiales modernos, de producción industrial,
aunque muy versátiles, se ha de cargar y transportar hasta el lugar donde vaya a
instalarse en el día o momento de caza, aunque facilita la movilidad y el mantenimiento
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253-802X

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