Disposiciones generales. . (2024/78-9)
Decreto 94/2024, de 16 de abril, por el que se inscribe en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Zona Arqueológica, el yacimiento denominado Cerro Macareno, en el término municipal de La Rinconada (Sevilla).
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BOJA

Boletín Oficial de la Junta de Andalucía
Número 78 - Martes, 23 de abril de 2024

página 43458/7

IV. Delimitación del Bien.
Se ha delimitado un área con una superficie de 9,7 ha que identifica al ámbito de
afección de la inscripción como Bien de Interés Cultural de la Zona Arqueológica
denominada Cerro Macareno. Esta área comprende las dos zonas en las que las
intervenciones arqueológicas han documentado los restos de un asentamiento humano
de época protohistórica, así como el espacio ocupado por el yacimiento antes de su
desmonte por la explotación de áridos. La línea de delimitación reflejada en el plano
adjunto define el contorno del sitio arqueológico, discurriendo por la zona del pie de
ladera del tell correspondiente al asentamiento antiguo.
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253-802X

https://www.juntadeandalucia.es/eboja

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cuyos tipos y fechas eran bien conocidos a finales de los años 70 del siglo XX. Esto
sucedía con la cerámica fenicia de barniz rojo presente en los estratos del Hierro Antiguo,
con la ática de los contextos de época turdetana y con las piezas de procedencia itálica
y las monedas de los estratos de inicios de la presencia romana en la Península Ibérica.
Por un lado, estas bases cronológicas y el estudio de ciertas clases y formas cerámicas,
como las ánforas, permitieron elaborar tipologías y periodizaciones que han servido
de guía fundamental en la investigación sobre la Protohistoria andaluza. Por otro lado,
la estratigrafía tan completa estudiada en la actuación de 1976 posicionó al Macareno
entre los escasos sitios excavados hasta entonces en la Baja Andalucía que mostraba
un proceso histórico de ocupación tan continuo y con tanto detalle a lo largo de toda
la Protohistoria, ampliando en cantidad y calidad de información otras estratigrafías
conocidas en el momento, por ejemplo la realizada en el barrio de San Blas de Carmona.
Esto contribuyó a que desde entonces el yacimiento se convirtiera en referente obligado
de consulta para los estudios sobre las fases tartesia y turdetana del suroeste hispano.
Tras varias décadas sin realizarse trabajos de campo, en 2006 se llevó a cabo una
prospección superficial dentro de un análisis de los sitios arqueológicos del término
municipal de La Rinconada ubicados en sectores que el planeamiento urbanístico,
entonces en redacción, clasificaría como Suelo Urbanizable. Como resultado de estos
trabajos, se definieron distintos grados de protección y cautelas para el Cerro Macareno.
Asimismo, se revisó su estado de conservación y se apuntaron algunos datos acerca
de su cronología. En este sentido, se indicaba la presencia de material de construcción
romano (caso de ladrillos y de tegulae) al sur de los dos cerros testigo actuales. Esta
cuestión llevaría a replantearse la cronología final del enclave, que rebasaría la fecha
de fines del siglo II o inicios del I a.C. propuesta en los años 70 del siglo pasado. No
obstante, uno de los aspectos fundamentales que abordó el trabajo de 2006 fue el de la
delimitación del asentamiento. Para ello se demarcó un área llamada Cerro Macareno
que incluía los dos sectores conservados del asentamiento original.
Por su parte, la comparación de la fotografía aérea de 1956 con otras más recientes
permitió reconstruir la extensión del cerro antes de comenzar su desmonte por la
extracción de áridos. El trabajo de Jiménez Sancho denominó a esta otra superficie
Cerro Macareno 1956. Por último, se delimitó un tercer sector alrededor del yacimiento
primitivo, que correspondía a una zona con material arqueológico en superficie y que se
referenció como Cerro Macareno II.
En la actualidad, la Universidad de Sevilla ha retomado la investigación del enclave
con la formación de un grupo de especialistas dirigido por F. J. García Fernández. En 2017
se ha realizado una primera campaña de estudio que ha partido de un reconocimiento
del sitio basado tanto en una prospección preliminar como en el examen de los taludes
de los dos promontorios y de los puntos en los que se hicieron las excavaciones de
los años setenta. A ello se ha unido la ejecución de levantamientos topográficos y de
prospecciones geofísicas en las dos elevaciones. Asimismo, se ha procedido a la limpieza
de diversos perfiles del promontorio oriental con el dibujo y la georreferenciación de las
estructuras detectadas.