3. Otras disposiciones. . (2023/200-28)
Resolución de 11 de octubre de 2023, de la Dirección General de Patrimonio Histórico, por la que se incoa el procedimiento para la inscripción, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, de la Actividad de Interés Etnológico denominada Belenismo en Andalucía.
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Número 200 - Miércoles, 18 de octubre de 2023
página 15967/5
motivo de la misa de Nochebuena, realizó la primera escenificación, con personas y
animales reales, del nacimiento de Jesús. No obstante, hasta 1291 no se tiene constancia
de la exposición de un Belén con figuras, ubicado hoy en la Basílica de Santa María la
Mayor de Roma, conformado por monumentales obras de alabastro del escultor Arnolfo
di Cambio, situadas en un espacio físico con ciertos aspectos teatrales.
Posteriormente comenzaría en Nápoles una gran demanda de figuras referentes
al nacimiento de Cristo. Destacando las obras de Pedro y Juan Alamanno, quienes
realizaron unas soberbias piezas escultóricas para la iglesia de San Giovani a Carbonara
en torno al año 1478.
La difusión que estas piezas italianas alcanzan cabe señalar en el origen de una
obra, con características similares al nacimiento de Arnolfo di Cambio, en el Hospital
Provincial de Palma de Mallorca, de procedencia napolitana. Dicho Belén llega a la
ciudad en barco proveniente de Italia. A su llegada, los franciscanos adaptan una capilla
para las imágenes, evidenciando la importancia que estas representaciones estaban
tomando dentro de los diferentes estamentos de la Iglesia. El Belén mallorquín es de
los denominados Belenes- gruta, que se montaban en el interior de las iglesias. La
congregación franciscana es pionera en la promoción y divulgación del belenismo como
propaganda evangelizadora.
La representación de los belenes tal y como la conocemos, se inició realmente a
finales del siglo XV, cuando las imágenes de la escena del nacimiento de Cristo se
desligaron de los retablos existentes en iglesias y conventos; comenzando a exponerse
a modo de grupos con identidad propia para ser observados exentos de un soporte, es
decir, se podían contemplar desde todos los ángulos, con unas características formales
muy terminadas y minuciosas.
En el siglo XVI, San Cayetano recomienda la instalación de nacimientos en los
conventos femeninos para promover la devoción a las sagradas figuras. Las habilidades
manuales de las religiosas, en cuanto a labores de costura, junto con el abaratamiento
de las imágenes, constituidas por cabeza, pies y manos, realizadas en barro, fueron
determinantes para la expansión de estas representaciones.
Más adelante, durante el siglo XVII, fueron conocidas estas figuras como Napolitanas,
dado que fueron creadas en la ciudad italiana por el escultor Michele Perrone en 1640;
conformadas en terracota policromada o cera, cuyo cuerpo estaba formado por estopa,
en un armazón realizado con alambre, gozaban de una gran movilidad; su tamaño se
cifra entre los 35 y 40 centímetros. Normalmente, la asignación para la ejecución de las
figuras del Belén se realizaba a talentosos escultores de reconocido prestigio. La primera
representación de un Belén de esta tipología napolitana en España se encuentra en
el convento de las Descalzas Reales de Madrid que es donado a las religiosas por la
duquesa de Béjar sobre el 1730.
La tradición de montar el Pesebre o Nacimiento se vio favorecida por la fundación de
la fábrica de porcelana de Capodimonte, factoría a la que, según cuenta la tradición, el Rey
Carlos III encargó las figuras para el Belén privado del palacio de Nápoles y posteriormente
para el de Madrid, al que se trasladaron mas de siete mil figuras. Se sabe que el rey se
interesó por el diseño, el grabado en cobre y otras actividades mecánicas y artísticas
relacionadas con el Belenismo, práctica a la que impulsó dado su interés personal y familiar.
El Belenismo andaluz en los siglos XVII y XVIII.
Centrándonos en la producción andaluza barroca, hay que destacar que ésta alcanzó
una notoria importancia, quedando demostrada la participación de grandes artistas
coetáneos en proyectos belenísticos entre los que destacan la Roldana, Pedro Duque
Cornejo, Cristóbal Ramos y José Risueño.
Entre las obras belenísticas más destacadas de La Roldana se encuentra El reposo
en la huida a Egipto, perteneciente a la colección de la Condesa de Ruiseñada; La
Sagrada Familia con el niño dando sus primeros pasos, una escena entrañable donde
la Roldana saca a relucir todo su gran potencial en el manejo del pequeño formato.
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253-802X
https://www.juntadeandalucia.es/eboja
00290942
BOJA
Boletín Oficial de la Junta de Andalucía
página 15967/5
motivo de la misa de Nochebuena, realizó la primera escenificación, con personas y
animales reales, del nacimiento de Jesús. No obstante, hasta 1291 no se tiene constancia
de la exposición de un Belén con figuras, ubicado hoy en la Basílica de Santa María la
Mayor de Roma, conformado por monumentales obras de alabastro del escultor Arnolfo
di Cambio, situadas en un espacio físico con ciertos aspectos teatrales.
Posteriormente comenzaría en Nápoles una gran demanda de figuras referentes
al nacimiento de Cristo. Destacando las obras de Pedro y Juan Alamanno, quienes
realizaron unas soberbias piezas escultóricas para la iglesia de San Giovani a Carbonara
en torno al año 1478.
La difusión que estas piezas italianas alcanzan cabe señalar en el origen de una
obra, con características similares al nacimiento de Arnolfo di Cambio, en el Hospital
Provincial de Palma de Mallorca, de procedencia napolitana. Dicho Belén llega a la
ciudad en barco proveniente de Italia. A su llegada, los franciscanos adaptan una capilla
para las imágenes, evidenciando la importancia que estas representaciones estaban
tomando dentro de los diferentes estamentos de la Iglesia. El Belén mallorquín es de
los denominados Belenes- gruta, que se montaban en el interior de las iglesias. La
congregación franciscana es pionera en la promoción y divulgación del belenismo como
propaganda evangelizadora.
La representación de los belenes tal y como la conocemos, se inició realmente a
finales del siglo XV, cuando las imágenes de la escena del nacimiento de Cristo se
desligaron de los retablos existentes en iglesias y conventos; comenzando a exponerse
a modo de grupos con identidad propia para ser observados exentos de un soporte, es
decir, se podían contemplar desde todos los ángulos, con unas características formales
muy terminadas y minuciosas.
En el siglo XVI, San Cayetano recomienda la instalación de nacimientos en los
conventos femeninos para promover la devoción a las sagradas figuras. Las habilidades
manuales de las religiosas, en cuanto a labores de costura, junto con el abaratamiento
de las imágenes, constituidas por cabeza, pies y manos, realizadas en barro, fueron
determinantes para la expansión de estas representaciones.
Más adelante, durante el siglo XVII, fueron conocidas estas figuras como Napolitanas,
dado que fueron creadas en la ciudad italiana por el escultor Michele Perrone en 1640;
conformadas en terracota policromada o cera, cuyo cuerpo estaba formado por estopa,
en un armazón realizado con alambre, gozaban de una gran movilidad; su tamaño se
cifra entre los 35 y 40 centímetros. Normalmente, la asignación para la ejecución de las
figuras del Belén se realizaba a talentosos escultores de reconocido prestigio. La primera
representación de un Belén de esta tipología napolitana en España se encuentra en
el convento de las Descalzas Reales de Madrid que es donado a las religiosas por la
duquesa de Béjar sobre el 1730.
La tradición de montar el Pesebre o Nacimiento se vio favorecida por la fundación de
la fábrica de porcelana de Capodimonte, factoría a la que, según cuenta la tradición, el Rey
Carlos III encargó las figuras para el Belén privado del palacio de Nápoles y posteriormente
para el de Madrid, al que se trasladaron mas de siete mil figuras. Se sabe que el rey se
interesó por el diseño, el grabado en cobre y otras actividades mecánicas y artísticas
relacionadas con el Belenismo, práctica a la que impulsó dado su interés personal y familiar.
El Belenismo andaluz en los siglos XVII y XVIII.
Centrándonos en la producción andaluza barroca, hay que destacar que ésta alcanzó
una notoria importancia, quedando demostrada la participación de grandes artistas
coetáneos en proyectos belenísticos entre los que destacan la Roldana, Pedro Duque
Cornejo, Cristóbal Ramos y José Risueño.
Entre las obras belenísticas más destacadas de La Roldana se encuentra El reposo
en la huida a Egipto, perteneciente a la colección de la Condesa de Ruiseñada; La
Sagrada Familia con el niño dando sus primeros pasos, una escena entrañable donde
la Roldana saca a relucir todo su gran potencial en el manejo del pequeño formato.
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253-802X
https://www.juntadeandalucia.es/eboja
00290942
BOJA
Boletín Oficial de la Junta de Andalucía