3. Otras disposiciones. . (2023/128-56)
Decreto 173/2023, de 4 de julio, por el que se inscribe en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, la Actividad de Interés Etnológico denominada Alfarería en la provincia de Jaén.
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BOJA
Boletín Oficial de la Junta de Andalucía
Número 128 - Jueves, 6 de julio de 2023
página 11550/5
IV. Datos históricos y etnológicos.
En la actualidad, en la provincia de Jaén existen seis municipios que albergan talleres
alfareros: Alcalá la Real, Andújar, Arjonilla, Baeza, Bailén y Úbeda.
En la localidad de Alcalá la Real pervive un único alfarero, hijo de alfarero que emigró
a Alcalá la Real desde Otura (Granada). Su padre aprendió el oficio de su hermano mayor
y de otros maestros, montando un pequeño taller en su propia casa y más tarde en un
terreno, cerca de unas canteras de barro de la localidad, en «El Barrero», taller en el que
trabaja en la actualidad.
El municipio de Andújar tiene una gran tradición alfarera, cuyo origen se constata en
los alfares íbero-romanos de Isturgi (Los Villares). Isturgi se convirtió en un gran centro
productor de la llamada «terra sigillata», en los siglos I y II de nuestra era, caracterizada
por su color rojo, cuyos productos se difundieron por la cuenca del Guadalquivir, por el
Norte de África y Mauritania, siguiendo las dos vías, costera hasta Sala, y del interior
hasta Volubilis. En época taifal (siglos XI al XIII), se encuentran menciones a los hornos
construidos en adobe en torno a la muralla y en los que se cocían piezas vidriadas en
verde y amarillo. Por su parte, existen marcas y sellos de alfareros en tinajas de barro y en
vasijas de cocer el mosto decoradas con caracteres árabes, unidos a signos cruciformes,
pudiendo ser obra de la población mozárabe de Andújar. La Edad Moderna arranca con
la referencia a Juan Ruiz de la Cruz, maestro de azulejos vecino de la ciudad, quién es
contratado entre 1492 y 1499 para realizar los baños del palacio de la Alhambra. Destaca
igualmente la gran tradición de la producción cerámica en el siglo XVI ubicada en la
calle Ollerías, existiendo una cofradía propia, conocida popularmente como las Santas
Ollerías.
El reconocido prestigio que va a adquirir la cerámica de Andújar lo atestiguan los
escritos de algunos autores en el siglo XVII y XVIII, como Bartolomé Ximénez Patón o
Antonio Ponz: «(...) hay muchas tiendas donde se venden las alcarrazas de barro, que se
llevan a Madrid en abundancia, y a otras mil partes. No las hay mejores para mantener el
agua fresca en el verano. Son porosas y delgadas, de una óptima greda blanca, peculiar
en estas cercanías. En fin las alcarrazas de Andújar tienen fama en todas partes».
Durante esta época se concreta la tipología morfológica y decorativa que imperará en la
tradición local hasta la actualidad. A propósito de los motivos vegetales que aparecen en
la cerámica de Andújar, Vicente Córcoles indica que: «en el siglo XVI Francisco Niculoso,
italiano, introduce las formas decorativas del Renacimiento italiano en los talleres de
Triana, Talavera de la Reina y Andújar, una decoración basada en motivos vegetales,
grutescos, paisajes que llegarán al siglo XVII con escenas de caza, escudos heráldicos
e imponiéndose el motivo de la Virgen de la Cabeza debido al realce que la fiesta romera
tiene al final del siglo XVI».
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253-802X
https://www.juntadeandalucia.es/eboja
00286574
la impermeabilización y a la cocción. En un principio, los primeros trabajos se decoraban
con incisiones o impresiones practicadas con los dedos o con diferentes instrumentos.
Mediante la técnica del bruñido o frotamiento intenso también se consiguió mejorar su
impermeabilidad y su aspecto. Estas antiquísimas técnicas han pervivido en la provincia
de Jaén hasta la actualidad y se han combinado con otras como pueden ser los motivos
ornamentales en relieve, la decoración con pincel, o los calados que podemos encontrar
en la cerámica ubetense.
Finalmente la cocción cierra un largo y lento proceso de trabajo y de ella depende, en
gran parte, el resultado final.
El horno ha ido modificándose desde la cocción en hoguera hasta el horno con
cubierta fija, mucho más complejo. Hasta finales de los años 90 del pasado siglo los
hornos bicamerales, de cubierta permanente y de tradición islámica, fueron mayoritarios
hasta que las leyes medioambientales comenzaron a limitar su uso, siendo paulatinamente
sustituidos por hornos industriales, eléctricos o de combustible fósil (gasoil o gas natural)
de diversa tipología.
Boletín Oficial de la Junta de Andalucía
Número 128 - Jueves, 6 de julio de 2023
página 11550/5
IV. Datos históricos y etnológicos.
En la actualidad, en la provincia de Jaén existen seis municipios que albergan talleres
alfareros: Alcalá la Real, Andújar, Arjonilla, Baeza, Bailén y Úbeda.
En la localidad de Alcalá la Real pervive un único alfarero, hijo de alfarero que emigró
a Alcalá la Real desde Otura (Granada). Su padre aprendió el oficio de su hermano mayor
y de otros maestros, montando un pequeño taller en su propia casa y más tarde en un
terreno, cerca de unas canteras de barro de la localidad, en «El Barrero», taller en el que
trabaja en la actualidad.
El municipio de Andújar tiene una gran tradición alfarera, cuyo origen se constata en
los alfares íbero-romanos de Isturgi (Los Villares). Isturgi se convirtió en un gran centro
productor de la llamada «terra sigillata», en los siglos I y II de nuestra era, caracterizada
por su color rojo, cuyos productos se difundieron por la cuenca del Guadalquivir, por el
Norte de África y Mauritania, siguiendo las dos vías, costera hasta Sala, y del interior
hasta Volubilis. En época taifal (siglos XI al XIII), se encuentran menciones a los hornos
construidos en adobe en torno a la muralla y en los que se cocían piezas vidriadas en
verde y amarillo. Por su parte, existen marcas y sellos de alfareros en tinajas de barro y en
vasijas de cocer el mosto decoradas con caracteres árabes, unidos a signos cruciformes,
pudiendo ser obra de la población mozárabe de Andújar. La Edad Moderna arranca con
la referencia a Juan Ruiz de la Cruz, maestro de azulejos vecino de la ciudad, quién es
contratado entre 1492 y 1499 para realizar los baños del palacio de la Alhambra. Destaca
igualmente la gran tradición de la producción cerámica en el siglo XVI ubicada en la
calle Ollerías, existiendo una cofradía propia, conocida popularmente como las Santas
Ollerías.
El reconocido prestigio que va a adquirir la cerámica de Andújar lo atestiguan los
escritos de algunos autores en el siglo XVII y XVIII, como Bartolomé Ximénez Patón o
Antonio Ponz: «(...) hay muchas tiendas donde se venden las alcarrazas de barro, que se
llevan a Madrid en abundancia, y a otras mil partes. No las hay mejores para mantener el
agua fresca en el verano. Son porosas y delgadas, de una óptima greda blanca, peculiar
en estas cercanías. En fin las alcarrazas de Andújar tienen fama en todas partes».
Durante esta época se concreta la tipología morfológica y decorativa que imperará en la
tradición local hasta la actualidad. A propósito de los motivos vegetales que aparecen en
la cerámica de Andújar, Vicente Córcoles indica que: «en el siglo XVI Francisco Niculoso,
italiano, introduce las formas decorativas del Renacimiento italiano en los talleres de
Triana, Talavera de la Reina y Andújar, una decoración basada en motivos vegetales,
grutescos, paisajes que llegarán al siglo XVII con escenas de caza, escudos heráldicos
e imponiéndose el motivo de la Virgen de la Cabeza debido al realce que la fiesta romera
tiene al final del siglo XVI».
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253-802X
https://www.juntadeandalucia.es/eboja
00286574
la impermeabilización y a la cocción. En un principio, los primeros trabajos se decoraban
con incisiones o impresiones practicadas con los dedos o con diferentes instrumentos.
Mediante la técnica del bruñido o frotamiento intenso también se consiguió mejorar su
impermeabilidad y su aspecto. Estas antiquísimas técnicas han pervivido en la provincia
de Jaén hasta la actualidad y se han combinado con otras como pueden ser los motivos
ornamentales en relieve, la decoración con pincel, o los calados que podemos encontrar
en la cerámica ubetense.
Finalmente la cocción cierra un largo y lento proceso de trabajo y de ella depende, en
gran parte, el resultado final.
El horno ha ido modificándose desde la cocción en hoguera hasta el horno con
cubierta fija, mucho más complejo. Hasta finales de los años 90 del pasado siglo los
hornos bicamerales, de cubierta permanente y de tradición islámica, fueron mayoritarios
hasta que las leyes medioambientales comenzaron a limitar su uso, siendo paulatinamente
sustituidos por hornos industriales, eléctricos o de combustible fósil (gasoil o gas natural)
de diversa tipología.