Disposiciones generales. . (2023/114-3)
Acuerdo de 6 de junio de 2023, del Consejo de Gobierno, por el que se toma conocimiento del Protocolo Andaluz de Coordinación para la Atención a Mujeres con Problemas de Adicciones Víctimas de Violencia de Género.
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BOJA
Boletín Oficial de la Junta de Andalucía
Número 114 - Viernes, 16 de junio de 2023
página 10413/25
FACTORES QUE INCIDEN EN LAS ADICCIONES
La adicción es una enfermedad de causa multifactorial. El entramado de factores que
incrementan el riesgo o la probabilidad que una persona se inicie en el consumo, que
repita esta conducta o que acabe abusando o dependiendo, son múltiples y se
retroalimentan entre sí. Además, no todos los factores aparecen en cada persona, ni
tienen el mismo impacto significativo en la elección personal de consumir sustancias o
no.
El género es un factor que influye en el inicio y el desarrollo de las adicciones. A través
del proceso de socialización las personas interiorizan el sistema de valores, creencias
sociales y roles en función del sexo.
El hecho de “ser mujer” en nuestra sociedad determina unos factores socioculturales
que nos sitúa en desventaja de forma estructural.
Algunos factores de vulnerabilidad se convierten en facilitadores de la adicción: como
es el caso de la violencia de género, agresiones sexuales en la infancia o la
adolescencia, baja autoestima, presencia de trastornos afectivos y de ansiedad,
trastornos alimentarios (bulimia, anorexia), ser víctima de trata o prostitución…
Otros factores están relacionados con el mito del amor romántico y el mandato de
género “ser buena esposa”. En muchas ocasiones, sus parejas masculinas las han
introducido en las adicciones o ellas deciden acompañarlos como demostración de
compromiso o por miedo a ser abandonadas.
Entre los factores familiares destacan los antecedentes de adicciones en la familia de
origen y la ausencia de vínculos afectivos.
Las adicciones en las mujeres son una transgresión de los roles tradicionales de género,
por lo que se perciben distintas a la de los hombres y con mayor gravedad, teniendo un
gran impacto a nivel personal y familiar. Por ello, sufrirán una desvalorización personal,
afectando a su auto concepto, autoestima y expectativas de autoeficacia.
En cuanto a las consecuencias en el ámbito familiar, las mujeres suelen ser
cuestionadas en su rol de hija, pareja y madre. Además, habitualmente reciben menos
apoyo, desarrollando por ello sentimientos de vergüenza y culpa.
Desde el punto de vista social, se detecta un mayor rechazo, incomprensión y
estigmatización, provocando aislamiento y retraso en la solicitud de ayuda y por tanto
en el acceso a los programas y recursos. Este aislamiento y pérdida de vínculos
personales y sociales suponen factores de riesgo para sufrir violencia de género.
21 | P á g i n a
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253-802X
https://www.juntadeandalucia.es/eboja
00285436
Cuando una mujer padece, de forma simultánea, una adicción y violencia de género, la
tendencia es que dé mayor importancia a su problemática de consumo, dejando en un
segundo plano su historia de maltrato. Esto se produce por un erróneo sentimiento de
vergüenza o culpabilidad. Habitualmente la adicción altera la percepción de riesgo para
la vida de la mujer incrementado su vulnerabilidad.
Boletín Oficial de la Junta de Andalucía
Número 114 - Viernes, 16 de junio de 2023
página 10413/25
FACTORES QUE INCIDEN EN LAS ADICCIONES
La adicción es una enfermedad de causa multifactorial. El entramado de factores que
incrementan el riesgo o la probabilidad que una persona se inicie en el consumo, que
repita esta conducta o que acabe abusando o dependiendo, son múltiples y se
retroalimentan entre sí. Además, no todos los factores aparecen en cada persona, ni
tienen el mismo impacto significativo en la elección personal de consumir sustancias o
no.
El género es un factor que influye en el inicio y el desarrollo de las adicciones. A través
del proceso de socialización las personas interiorizan el sistema de valores, creencias
sociales y roles en función del sexo.
El hecho de “ser mujer” en nuestra sociedad determina unos factores socioculturales
que nos sitúa en desventaja de forma estructural.
Algunos factores de vulnerabilidad se convierten en facilitadores de la adicción: como
es el caso de la violencia de género, agresiones sexuales en la infancia o la
adolescencia, baja autoestima, presencia de trastornos afectivos y de ansiedad,
trastornos alimentarios (bulimia, anorexia), ser víctima de trata o prostitución…
Otros factores están relacionados con el mito del amor romántico y el mandato de
género “ser buena esposa”. En muchas ocasiones, sus parejas masculinas las han
introducido en las adicciones o ellas deciden acompañarlos como demostración de
compromiso o por miedo a ser abandonadas.
Entre los factores familiares destacan los antecedentes de adicciones en la familia de
origen y la ausencia de vínculos afectivos.
Las adicciones en las mujeres son una transgresión de los roles tradicionales de género,
por lo que se perciben distintas a la de los hombres y con mayor gravedad, teniendo un
gran impacto a nivel personal y familiar. Por ello, sufrirán una desvalorización personal,
afectando a su auto concepto, autoestima y expectativas de autoeficacia.
En cuanto a las consecuencias en el ámbito familiar, las mujeres suelen ser
cuestionadas en su rol de hija, pareja y madre. Además, habitualmente reciben menos
apoyo, desarrollando por ello sentimientos de vergüenza y culpa.
Desde el punto de vista social, se detecta un mayor rechazo, incomprensión y
estigmatización, provocando aislamiento y retraso en la solicitud de ayuda y por tanto
en el acceso a los programas y recursos. Este aislamiento y pérdida de vínculos
personales y sociales suponen factores de riesgo para sufrir violencia de género.
21 | P á g i n a
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253-802X
https://www.juntadeandalucia.es/eboja
00285436
Cuando una mujer padece, de forma simultánea, una adicción y violencia de género, la
tendencia es que dé mayor importancia a su problemática de consumo, dejando en un
segundo plano su historia de maltrato. Esto se produce por un erróneo sentimiento de
vergüenza o culpabilidad. Habitualmente la adicción altera la percepción de riesgo para
la vida de la mujer incrementado su vulnerabilidad.