3. Otras disposiciones. . (2023/516-1)
Decreto 120/2023, de 6 de junio, por el que se inscriben en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, las Actividades de Interés Etnológico denominadas la Danza de los Locos y el Baile del Oso en el término municipal de Fuente Carreteros, la Danza de San Isidro Labrador en el término municipal de Fuente Tójar y la Danza de las Espadas en el término municipal de Obejo (Córdoba).
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BOJA

Boletín Oficial de la Junta de Andalucía
Extraordinario núm. 16 - Viernes, 9 de junio de 2023

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combate de los que están danzando siendo, «Bachimachia» una deformación fonética de
«Ballimachia».
En cuanto al apelativo del «Patatú», los mismos autores citados anteriormente lo
atribuyen a un cronista cordobés que, a raíz de un viaje de la reina Isabel II a Córdoba
en el que presenció la demostración de la danza de espadas, bautizó en su crónica a la
danza con la famosa frase «el patatú de Obejo»; de esta forma expresaba el momento
del degüello del Maestro de la Danza a quien, en términos vulgares, «le da un patatú».
El origen y significado de esta danza es desconocido siendo el aspecto más nítido a
destacar su carácter guerrero y militar. En su obra Las danzas de Andalucía, Medina
San Román incide en que «A partir del siglo XV, la castellanización de algunas zonas de
Andalucía trae consigo las danzas de espadas y palos, procedentes del norte de la Península;
el siglo XVI, puede considerarse como el momento de eclosión de la danza religiosa: el
cristianismo toma la costumbre pagana de danzar en honor de la divinidad y, al considerarse
la iglesia como la casa del pueblo, puede decirse que no existe festividad religiosa que no se
acompañe de una danza específica», Medina San Román, M.C. (1992:37).
Actualmente, la Hermandad titular, como queda reflejado en el artículo octavo
de sus estatutos, nombra entre sus hermanos a un responsable de la danza que no
tiene por qué ser un danzante en activo, aunque sí alguien que haya estado de alguna
forma vinculado a la misma y, sobre todo, que realice funciones de interlocutor entre la
institución y los requerimientos de los danzantes, puesto que para ser danzante no es
requisito pertenecer a la misma. La tutela con respecto a la danza, se manifiesta también
al procurar vestimenta y espada a los danzantes, que luego a título particular cada uno
guarda y cuida. Para cualquier intervención de la danza fuera del marco habitual, habría
que contar con el beneplácito tanto de la Hermandad como de los danzantes, lo que
confiere a estos últimos un estatus autónomo.
La riqueza cultural y relevancia de la danza se manifiesta en los distintos y numerosos
niveles de participación colectiva e identificación simbólica donde son protagonistas los
vecinos del pueblo, quienes son portadores de la transmisión oral de este rito a través del
cual expresan y refuerzan la identidad social, cultural y territorial, mostrándose, por tanto,
en el desarrollo del ceremonial, durante el recorrido y en actos diversos, destacando
el nivel grupal de los danzantes, la hermandad, participantes de la danza y romería,
habitantes o visitantes.

Imagen San Antonio Abad.
Imagen de vestir, titular de la iglesia de San Antonio Abad. Se encuentra en la nave
del evangelio. Su origen se fecha en época posterior a la Guerra Civil, estando atribuida
su autoría a un taller levantino.
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253-802X

https://www.juntadeandalucia.es/eboja

00285126

II.V. Bienes vinculados a la actividad.
Iglesia de San Antonio Abad.
Ubicada en la calle Al Andalus, 2. Referencia Catastral: 2324207UH4222S0001EB.
El templo se encuentra situado en el punto más elevado y antiguo de la población,
junto a los restos de lienzos y torres defensivas que pertenecieron al antiguo castillo.
Una hipótesis apunta a la posibilidad de que la propia cabecera de la iglesia estuviese
construida aprovechando una dependencia del castillo o al menos sus muros, pues
sus dimensiones son desproporcionadamente grandes respecto al pequeño templo. Su
planta está dividida en tres naves separadas por arcos peraltados apoyados en columnas
de mármol rematadas en capiteles califales. En ella se reutilizaron algunos elementos
decorativos de época romana (dos capiteles corintios, uno compuesto visigodo y un
capitel corintio troncónico muy estilizado), así como materiales de acarreo de época
califal. Exteriormente, ofrece una superposición de volúmenes sencillos, destacando en
altura la nave central, crucero, cabecera y el chapitel a cuatro aguas que remata la torre,
todo ello realizado en sillarejo y ladrillo.