3. Otras disposiciones. . (2023/99-29)
Decreto 115/2023, de 23 de mayo, por el que se inscribe en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, la Actividad de Interés Etnológico denominada La Cantería del mármol de Macael, en Macael (Almería).
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Número 99 - Viernes, 26 de mayo de 2023
página 9289/9
Las canteras de mármol de Macael son prácticamente las únicas canteras de
Andalucía que han creado a su alrededor una industria de transformación. Aunque la
Guerra Civil española supone la paralización de las canteras, tras la posguerra se reactiva
el sector. En 1954 el sector del mármol empleaba a unos 3.000 obreros. Los productos
elaborados, a través del ferrocarril y vía Águilas, tenían a Alicante, Barcelona y Málaga
como principales destinos. Si bien la industria de transformación va evolucionando,
la extracción continúa anclada al pasado, afectada por problemas derivados del
minifundismo con el que eran explotadas. En los años 60, con la electrificación de las
canteras y la introducción del aire comprimido, se inicia un proceso de modernización,
que continúa con la incorporación de la maquinaria pesada y más tarde del hilo de
diamante. La llegada de la democracia, la creación de la asociación de empresarios y
el desarrollo del polígono industrial Rubira Sola, en Macael, supone el empuje definitivo
del sector. Al que contribuyó, de manera determinante, el Plan de Actuación Global de la
Zona del Mármol, plan de desarrollo local que se llevó a cabo entre 1983 y 1992, en el
que se involucraron todas las instituciones públicas y privadas que tenían que ver con la
economía y gestión del mármol. Hoy en día Macael constituye un clúster dedicado a la
piedra, reconocido en todo el mundo.
Tradición oral y sociabilidad.
A través de la tradición oral se transmiten, de generación en generación, los
conocimientos necesarios para extraer y tallar el mármol, permitiendo que las técnicas
y saberes ligados al mármol de Macael se recreen y se reinventen constantemente,
adaptándose a cada momento histórico y a la evolución de este elemento cultural
inmaterial vivo. Existe un elevado número de términos y expresiones locales utilizadas
diariamente en la comunicación necesaria para la actividad de la cantería del mármol.
Términos como: mazo, maceta, almaina, barruchín, pinchote, tope, gradina, puntero,
para referirse a las herramientas. Además de telar de mármol o arte, hilo de arena,
«cabestrano» o cabezón para referirse a maquinaria especializada. Así mismo, dentro
de cada una, también existen nombres para sus distintos componentes, como en
el caso del telar: fleje, paroli, balancín, volante, solera, falcas, etc. O los términos que
designan lugares dentro de las canteras: montera, «bancá», placeta, cortijillo, o tipos de
explotaciones: jabardillo, postura. Utilizadas en la preparación y ejecución de voladuras:
vaina o cigarrillo, «atacaor», puntos, resuello. Palabras que designan elementos o
acciones necesarias para mover los bloques: «regatás», a hincha, a remo, trepe, molino.
Palabras que designan distintos elementos que se pueden presentar en el mármol:
hilo, traba, pelo, traberío, caña, gabarro, madre, levante, vena, reverso, vieja, gabarro,
coquera, carraña. Utilizadas en el saneo y la preparación de los bloques: «brujones»,
asas; o en la realización de los cortes: cuñero, tramojo. Palabras que designan los
distintos productos que salen de la cantera: forja, trucos, cuadrejones. Verbos que definen
acciones típicas a realizar en la cantera: «despizarrar», «zoblar», rozar, «escuadrear»;
o en el taller: amolar. Otros términos típicos de los talleres son: cangrejo, costeros; o
los que designan elementos necesarios para el embalaje de las piezas ya elaboradas:
tomizas, alberdín, reviejos. Relacionados con la actividad de las fraguas encontramos:
boca, granos, tajadera, plana. También expresiones como: trabajar de estraperlo, desliar
una tómica, «hilás de brocás», meter una carbonera, quitar pegas, dar verde, acuñar las
tablas. Así, frases frecuentemente repetidas son: «viendo el hilo en la cabeza del mármol
se sabe si hay o no veta»; «En el pedazo de mármol se distinguen las cabezas, los cantos
y las caras»; «Hay que abrir una brocá para ver la calidad del mármol, es decir, si tiene
pelos o no»; «El cantero más largo de todo Macael, el más habilidoso y preciso».
También los términos toponímicos que designan con nombres propios parajes en
los que se enclavan las canteras: las Canteras de la Reina, el Cerro Pelao, la Gran
Parada, la Puntilla, el Culebrón, el Puntal de los Gallos, la Umbría del Pozo, la Solana
de las Colmenas. También se pueden considerar dentro de la tradición oral lenguajes
sonoros como el de la caracola, utilizado tanto para avisar de una voladura como de un
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253-802X
https://www.juntadeandalucia.es/eboja
00284317
BOJA
Boletín Oficial de la Junta de Andalucía
página 9289/9
Las canteras de mármol de Macael son prácticamente las únicas canteras de
Andalucía que han creado a su alrededor una industria de transformación. Aunque la
Guerra Civil española supone la paralización de las canteras, tras la posguerra se reactiva
el sector. En 1954 el sector del mármol empleaba a unos 3.000 obreros. Los productos
elaborados, a través del ferrocarril y vía Águilas, tenían a Alicante, Barcelona y Málaga
como principales destinos. Si bien la industria de transformación va evolucionando,
la extracción continúa anclada al pasado, afectada por problemas derivados del
minifundismo con el que eran explotadas. En los años 60, con la electrificación de las
canteras y la introducción del aire comprimido, se inicia un proceso de modernización,
que continúa con la incorporación de la maquinaria pesada y más tarde del hilo de
diamante. La llegada de la democracia, la creación de la asociación de empresarios y
el desarrollo del polígono industrial Rubira Sola, en Macael, supone el empuje definitivo
del sector. Al que contribuyó, de manera determinante, el Plan de Actuación Global de la
Zona del Mármol, plan de desarrollo local que se llevó a cabo entre 1983 y 1992, en el
que se involucraron todas las instituciones públicas y privadas que tenían que ver con la
economía y gestión del mármol. Hoy en día Macael constituye un clúster dedicado a la
piedra, reconocido en todo el mundo.
Tradición oral y sociabilidad.
A través de la tradición oral se transmiten, de generación en generación, los
conocimientos necesarios para extraer y tallar el mármol, permitiendo que las técnicas
y saberes ligados al mármol de Macael se recreen y se reinventen constantemente,
adaptándose a cada momento histórico y a la evolución de este elemento cultural
inmaterial vivo. Existe un elevado número de términos y expresiones locales utilizadas
diariamente en la comunicación necesaria para la actividad de la cantería del mármol.
Términos como: mazo, maceta, almaina, barruchín, pinchote, tope, gradina, puntero,
para referirse a las herramientas. Además de telar de mármol o arte, hilo de arena,
«cabestrano» o cabezón para referirse a maquinaria especializada. Así mismo, dentro
de cada una, también existen nombres para sus distintos componentes, como en
el caso del telar: fleje, paroli, balancín, volante, solera, falcas, etc. O los términos que
designan lugares dentro de las canteras: montera, «bancá», placeta, cortijillo, o tipos de
explotaciones: jabardillo, postura. Utilizadas en la preparación y ejecución de voladuras:
vaina o cigarrillo, «atacaor», puntos, resuello. Palabras que designan elementos o
acciones necesarias para mover los bloques: «regatás», a hincha, a remo, trepe, molino.
Palabras que designan distintos elementos que se pueden presentar en el mármol:
hilo, traba, pelo, traberío, caña, gabarro, madre, levante, vena, reverso, vieja, gabarro,
coquera, carraña. Utilizadas en el saneo y la preparación de los bloques: «brujones»,
asas; o en la realización de los cortes: cuñero, tramojo. Palabras que designan los
distintos productos que salen de la cantera: forja, trucos, cuadrejones. Verbos que definen
acciones típicas a realizar en la cantera: «despizarrar», «zoblar», rozar, «escuadrear»;
o en el taller: amolar. Otros términos típicos de los talleres son: cangrejo, costeros; o
los que designan elementos necesarios para el embalaje de las piezas ya elaboradas:
tomizas, alberdín, reviejos. Relacionados con la actividad de las fraguas encontramos:
boca, granos, tajadera, plana. También expresiones como: trabajar de estraperlo, desliar
una tómica, «hilás de brocás», meter una carbonera, quitar pegas, dar verde, acuñar las
tablas. Así, frases frecuentemente repetidas son: «viendo el hilo en la cabeza del mármol
se sabe si hay o no veta»; «En el pedazo de mármol se distinguen las cabezas, los cantos
y las caras»; «Hay que abrir una brocá para ver la calidad del mármol, es decir, si tiene
pelos o no»; «El cantero más largo de todo Macael, el más habilidoso y preciso».
También los términos toponímicos que designan con nombres propios parajes en
los que se enclavan las canteras: las Canteras de la Reina, el Cerro Pelao, la Gran
Parada, la Puntilla, el Culebrón, el Puntal de los Gallos, la Umbría del Pozo, la Solana
de las Colmenas. También se pueden considerar dentro de la tradición oral lenguajes
sonoros como el de la caracola, utilizado tanto para avisar de una voladura como de un
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253-802X
https://www.juntadeandalucia.es/eboja
00284317
BOJA
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