3. Otras disposiciones. . (2023/89-53)
Decreto 105/2023, de 9 de mayo, por el que se inscribe en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, la Actividad de Interés Etnológico denominada Romería de Nuestra Señora del Rocío, en Almonte (Huelva).
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Número 89 - Viernes, 12 de mayo de 2023
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inaugurada, la Romería del Rocío conoce momentos de esplendor hasta la invasión
francesa.
En el siglo XX se produce la coronación canónica de la imagen, el 8 de junio de
1919, promovida por el canónigo hinojero Muñoz y Pabón. Las crónicas de la romería
de Pentecostés de ese año cuentan que en el santuario se concentraron más de 25.000
personas. Al acto asistieron las hermandades de Almonte, Villamanrique, Pilas, La Palma,
Moguer, Sanlúcar de Barrameda, Triana, Umbrete, Coria del Río, Huelva, San Juan del
Puerto, Rociana y Benacazón. En total quinientas catorce carretas, ciento veinte coches
y un sinfín de jinetes y romeros a pie (Cepeda y Soldán, 1923). La ceremonia fue oficiada
por el cardenal Arzobispo de Sevilla Enrique Almaraz Santos, tras la autorización recibida
de la Santa Sede.
Con la creación de la Diócesis de Huelva en el año 1953 y el nombramiento del
primer obispo, el Rvdo. Pedro Cantero Cuadro, en 1954, se llevaron a cabo las reformas
que conformarían el actual santuario, que sustituiría a la ermita dieciochesca. El nuevo
templo, obra de Alberto Balbontín de Orta y Antonio Delgado Roig, se inauguró el día
12 de abril de 1969, sin estar aún acabado, mantenido desde entonces con distintas
reformas posteriores. Su bendición coincidió con el arranque de la gran explosión rociera
en Andalucía y en otros puntos de España, convirtiéndose en la gran devoción mariana
de referencia de Andalucía.
La enorme expansión de las hermandades filiales tiene su mayor repercusión entre
las décadas de los 80 y 90 del siglo XX. El primer Plan Romero data de 1983. Entre los
acontecimientos más importantes a finales del siglo XX destaca la Visita de Su Santidad
el Papa Juan Pablo II en 1993.
Los rituales que se celebran actualmente alrededor de la Virgen del Rocío son
variados y han ido ampliándose a lo largo de los siglos. Además de la Romería de
Pentecostés o el Rocío Grande, se realizan el «Rocío Chico», La Fiesta de la Luz o de
la Candelaria, y las peregrinaciones de las hermandades filiales que se inscriben en un
ciclo anual. Junto a estas destacan las «Venidas de la Virgen» a Almonte, estipuladas
actualmente cada siete años.
Con la expresión «venida de la Virgen» se define el conjunto de preparativos, ritos
y celebraciones que se desarrollan a lo largo de nueve meses en el núcleo de Almonte.
Se compone de distintos hitos festivos diferenciados por sus nombres: los traslados de
venida e ida y la función. En los traslados entre El Rocío y Almonte la Virgen cambia
la indumentaria de Pentecostés por la de Pastora y tapada con un capote es llevada
a hombros hasta el núcleo de población. En el Alto del Molinillo del Chaparral se le
descubre el rostro. El traslado de venida se realiza por la noche, en agosto, ofreciendo
un ambiente de recogimiento; mientras que el traslado de ida, en mayo, se produce
en un ambiente más festivo. La función consiste en una misa en la iglesia parroquial y
la procesión de la Virgen «vestida de reina» por las distintas calles de Almonte. Este
acontecimiento tiene una especial significación para la población autóctona que adorna
con efímeros arcos y cubiertas, realizados en madera y papel y otros nuevos materiales,
la Plaza de la Virgen y distintos puntos del itinerario urbano por donde transita la imagen
en los distintos momentos ceremoniales. De las venidas de la Virgen se tiene constancia
documental desde el inicio del siglo XVII, aunque los motivos para traerla, la duración de
su estancia y la realización de los ritos han ido variando a lo largo del tiempo. En el siglo
XVIII la Virgen vino a Almonte en trece ocasiones debido a las epidemias, la sequía y la
destrucción de la ermita por el terremoto de Lisboa. En el siglo XIX fueron seis veces, y
en el siglo XX hasta en trece ocasiones, estableciéndose en el año 1956 la periodicidad
actual de la celebración cada siete años. En el 2005 se produce la primera «venida» de
este siglo XXI. En dichos actos las mujeres de Almonte cobran un protagonismo especial.
Además de arreglar las calles con arcos y flores, que confeccionan, en su mayor parte,
con papel y otros materiales para cada «venida», un grupo de ellas son las encargadas
de acompañar a la Virgen y al Niño, con sus enseres y algunos de sus atributos, durante
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253-802X
https://www.juntadeandalucia.es/eboja
00283430
BOJA
Boletín Oficial de la Junta de Andalucía
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inaugurada, la Romería del Rocío conoce momentos de esplendor hasta la invasión
francesa.
En el siglo XX se produce la coronación canónica de la imagen, el 8 de junio de
1919, promovida por el canónigo hinojero Muñoz y Pabón. Las crónicas de la romería
de Pentecostés de ese año cuentan que en el santuario se concentraron más de 25.000
personas. Al acto asistieron las hermandades de Almonte, Villamanrique, Pilas, La Palma,
Moguer, Sanlúcar de Barrameda, Triana, Umbrete, Coria del Río, Huelva, San Juan del
Puerto, Rociana y Benacazón. En total quinientas catorce carretas, ciento veinte coches
y un sinfín de jinetes y romeros a pie (Cepeda y Soldán, 1923). La ceremonia fue oficiada
por el cardenal Arzobispo de Sevilla Enrique Almaraz Santos, tras la autorización recibida
de la Santa Sede.
Con la creación de la Diócesis de Huelva en el año 1953 y el nombramiento del
primer obispo, el Rvdo. Pedro Cantero Cuadro, en 1954, se llevaron a cabo las reformas
que conformarían el actual santuario, que sustituiría a la ermita dieciochesca. El nuevo
templo, obra de Alberto Balbontín de Orta y Antonio Delgado Roig, se inauguró el día
12 de abril de 1969, sin estar aún acabado, mantenido desde entonces con distintas
reformas posteriores. Su bendición coincidió con el arranque de la gran explosión rociera
en Andalucía y en otros puntos de España, convirtiéndose en la gran devoción mariana
de referencia de Andalucía.
La enorme expansión de las hermandades filiales tiene su mayor repercusión entre
las décadas de los 80 y 90 del siglo XX. El primer Plan Romero data de 1983. Entre los
acontecimientos más importantes a finales del siglo XX destaca la Visita de Su Santidad
el Papa Juan Pablo II en 1993.
Los rituales que se celebran actualmente alrededor de la Virgen del Rocío son
variados y han ido ampliándose a lo largo de los siglos. Además de la Romería de
Pentecostés o el Rocío Grande, se realizan el «Rocío Chico», La Fiesta de la Luz o de
la Candelaria, y las peregrinaciones de las hermandades filiales que se inscriben en un
ciclo anual. Junto a estas destacan las «Venidas de la Virgen» a Almonte, estipuladas
actualmente cada siete años.
Con la expresión «venida de la Virgen» se define el conjunto de preparativos, ritos
y celebraciones que se desarrollan a lo largo de nueve meses en el núcleo de Almonte.
Se compone de distintos hitos festivos diferenciados por sus nombres: los traslados de
venida e ida y la función. En los traslados entre El Rocío y Almonte la Virgen cambia
la indumentaria de Pentecostés por la de Pastora y tapada con un capote es llevada
a hombros hasta el núcleo de población. En el Alto del Molinillo del Chaparral se le
descubre el rostro. El traslado de venida se realiza por la noche, en agosto, ofreciendo
un ambiente de recogimiento; mientras que el traslado de ida, en mayo, se produce
en un ambiente más festivo. La función consiste en una misa en la iglesia parroquial y
la procesión de la Virgen «vestida de reina» por las distintas calles de Almonte. Este
acontecimiento tiene una especial significación para la población autóctona que adorna
con efímeros arcos y cubiertas, realizados en madera y papel y otros nuevos materiales,
la Plaza de la Virgen y distintos puntos del itinerario urbano por donde transita la imagen
en los distintos momentos ceremoniales. De las venidas de la Virgen se tiene constancia
documental desde el inicio del siglo XVII, aunque los motivos para traerla, la duración de
su estancia y la realización de los ritos han ido variando a lo largo del tiempo. En el siglo
XVIII la Virgen vino a Almonte en trece ocasiones debido a las epidemias, la sequía y la
destrucción de la ermita por el terremoto de Lisboa. En el siglo XIX fueron seis veces, y
en el siglo XX hasta en trece ocasiones, estableciéndose en el año 1956 la periodicidad
actual de la celebración cada siete años. En el 2005 se produce la primera «venida» de
este siglo XXI. En dichos actos las mujeres de Almonte cobran un protagonismo especial.
Además de arreglar las calles con arcos y flores, que confeccionan, en su mayor parte,
con papel y otros materiales para cada «venida», un grupo de ellas son las encargadas
de acompañar a la Virgen y al Niño, con sus enseres y algunos de sus atributos, durante
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253-802X
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