3. Otras disposiciones. . (2023/43-57)
Decreto 45/2023, de 1 de marzo, por el que se inscribe en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, la Actividad de Interés Etnológico denominada Cetrería en Andalucía.
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Número 43 - Lunes, 6 de marzo de 2023

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de Blázquez no dejan lugar a dudas acerca de la práctica de la cetrería en Roma, sobre
todo a partir del conocido como Calendario de Argos, donde se repiten las imágenes de
cetreros portando sus aves.
En concordancia con las aportaciones culturales que entraban por Andalucía, se
encuentra la primera cita referida a la cetrería que existe en la Península. Se trata de
la obra denominada «Etimologías» de San Isidoro de Sevilla (570-636 d. C.), donde
al hacer una clasificación de las aves se recoge textualmente: «unas se posan en la
mano del hombre, como el halcón» (XII, 7: 105). Debe considerarse el periodo medieval
como el de mayor apogeo de la cetrería en España y en Andalucía en particular, siendo
al-Ándalus un territorio donde la cetrería llegó a tener un extraordinario desarrollo como
nos muestran las abundantes pruebas documentales, artísticas, arqueológicas e incluso
las aportaciones cetreras andalusíes a la lengua castellana.
El topónimo albaicín cuyo significado es «arrabal de los halconeros» en el plural de la
forma persa, arabizada y mantenida en al-Ándalus y el Magreb, sigue estando presente en
nuestros días para denominar zonas o barrios de muchas poblaciones andaluzas. Cabe
destacar entre ellas a Sanlúcar de Barrameda, Alhama de Granada, Salobreña, Huéneja,
Antequera, Villanueva de Algaidas, Baena, Porcuna, Sabiote y Constantina. Según
Chueca Goitia no cabe duda de que la denominación albayzín hace referencia al empleo
gremial de halconeros profesionales en las ciudades andalusíes, en las proximidades de
los centros de poder, –como es el caso del Albaicín de Granada frente a la Alhambra–,
lo que demuestra la importancia del oficio de cetrero en al-Ándalus. En la administración
central andalusí existía un cargo político relacionado con la cetrería: el sahib al bayazira,
que podríamos traducir como «halconero mayor». Esta figura persistió después de la
caída del califato de Córdoba en los reinos taifas, en los periodos almorávide y almohade,
pero incluso pasó a los reinos cristianos peninsulares.
Hay autores que consideran que fue el emperador Federico II el que introdujo la
caperuza en Europa tras su estancia en Tierra Santa (1228-29). Sin embargo esta pieza
aparece citada numerosas veces en una obra muy anterior como es la enciclopedia
medieval de cetrería de al Asadi conservada en la Biblioteca de El Escorial. Del mismo
modo, el empleo de la caperuza en halcones está representada en el «Píxide» de
al-Mughira, datada en el año 968 y en la arqueta de Leyre, pequeña arca de marfil, tallada
en el año 1004 que contiene inscripciones alusivas a un regalo a Abd al Malik al Muzaffar
(m. 1008), general del califa Hisham II e hijo de Almanzor. En su tapa aparecen escenas
de caza, entre las que destacan jinetes a caballo portando halcones, así como un halcón
encaperuzado en uno de los medallones. Las escenas de cetrería son abundantes en
el arte suntuario andalusí. Además de la citada arqueta de Leyre, conservada en el
Museo Arqueológico de Navarra en Pamplona y el «Píxide» de al-Mughira, expuesta en
el Museo del Louvre de París, se conservan otros testimonios como la arqueta de Silos,
la de Zamora y la de Tortosa con motivos decorativos en los que aparecen halcones o
la práctica de la cetrería. Todos ellos elaborados en los talleres califales de eboraria en
Córdoba. Estas piezas eran ofrecidas por el califa a visitantes ilustres. Algunas de ellas
se han conservado, después de una historia azarosa, en colecciones de los grandes
museos como el citado Louvre, el Metropolitano de Nueva York, el Victoria and Albert
Museum de Londres, etc. Y también en tesoros catedralicios o monásticos.
El halcón se representa en al-Ándalus de diferentes formas y materiales. Asociado a
temas propios de la caballería, el ave es representada sobre la silla del caballo, estático
o levantando el vuelo por encima del mamífero, sin jinete en ambos casos. Incluso en un
plato de Madinat Ilbira del siglo X-XI, conservado en el Museo Arqueológico y Etnológico
de Granada, vemos cómo el halcón es el que sujeta las riendas del caballo con su pico.
Otro de los motivos representado fue el halcón posado sobre un árbol. Puede tomarse
como una evolución del primer tema (el halcón sobre el caballo), por la cual la rapaz
se ha separado del caballo y se ha posado en las ramas del Hom, o Árbol del Paraíso.
Encontramos este tipo de iconografía, por ejemplo, en un capitel amirí de mármol del
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253-802X

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