3. Otras disposiciones. . (2023/43-57)
Decreto 45/2023, de 1 de marzo, por el que se inscribe en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, la Actividad de Interés Etnológico denominada Cetrería en Andalucía.
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BOJA

Boletín Oficial de la Junta de Andalucía
Número 43 - Lunes, 6 de marzo de 2023

página 4185/4

IV. Datos históricos y etnológicos.
Desde Asia Central la cetrería se extendió hacia Oriente (China y Japón), hacia el
Sureste Asiático (India y Pakistán) y hacia Occidente (pueblos asirios, hititas, persas
y egipcios) en los siglos posteriores. Las representaciones más antiguas de escenas
cetreras se remontan a la antigua Mesopotamia, al Imperio Hitita, así como a los asirios,
destacando de esta cultura el bajorrelieve del siglo VIII a.C. hallado por Layard, H. en las
ruinas de Horsabad.
Los investigadores no consideran suficientemente probado que en la antigüedad
grecorromana se practicase la cetrería, al menos en los periodos clásicos y hasta
la llegada de los pueblos germánicos, al final del Imperio Romano. Sin embargo, las
investigaciones y recopilaciones de escenas cinegéticas romanas en mosaicos por parte
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253-802X

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con azores y gavilanes. Hoy en día, con el amplio abanico de especies existentes en
el mercado nacional, estas dos categorías han sufrido un cambio cuantitativo. El alto
vuelo se sigue practicando solo con halcones, mientras que el bajo vuelo ha incluido
en su tradicional abanico a especímenes procedentes de casi todos los continentes
como buteos, parabuteos, águilas, exóticos gavilanes y algunos falconiformes como el
falco femoralis, que se cazan de mano. A todo ello habría que añadir la aparición de
innumerables híbridos. La cetrería se puede definir como una forma de caza natural,
posiblemente, en la actualidad, la más natural de todas las modalidades cinegéticas. Como
actividad recreativa su ejercicio, en zonas de ocio, como zoos, parques de atracciones, o
espectáculos de rapaces abiertos al público, producen en el público profano en la materia
verdadera admiración, a la vez que proporciona una educación ambiental, tan necesaria
en los núcleos urbanos.
También es una actividad cinegética social, que se fomenta con la participación
de clubes y asociaciones sin ánimo de lucro. Estos grupos sociales llevan la cetrería
a los colegios, institutos y universidades, donde mediante conferencias didácticas, dan
a conocer la biología de las aves de presa, las técnicas de la cría en cautividad y los
secretos del adiestramiento. Las técnicas del adiestramiento de las aves de cetrería se ha
transmitido de manera oral y escrita de padres a hijos.
Básicamente el adiestramiento consta de tres fases: el desvele, el placeo y la
introducción en el señuelo. Conseguidos estos tres pasos satisfactoriamente, existe un
cuarto punto que consiste en introducir a las aves en la caza. Las tres primeras fases del
adiestramiento se conocen en el argot cetrero como el afeitado.
El desvele consiste en no dejar dormir al ave en el guante durante una noche.
Mediante el temple adecuado los animales terminan comiendo de la mano enguantada.
Una vez que el ave come en presencia del adiestrador hay que pasar a la segunda fase
del adiestramiento, el placeo, que no es otra cosa que acostumbrarlo a la presencia
de los seres humanos. Se denomina placeo, porque esta labor se llevaba a cabo en la
Edad Media en las plazas de armas de los castillos, lugares concurridos por excelencia.
Ayudados por un trozo de carne en el guante y con la medida de hambre adecuada,
se le quita la caperuza y se le incita a comer delante de la gente. Una vez manso, se
introduce en el señuelo. El señuelo es un armadijo de cuero donde se le ata mediante
unas correíllas un trozo de carne para enseñar a comer. Antiguamente se utilizaba un ala
de gruya o de garza, que se encarnaba con un trozo de pechuga de paloma. La función
del señuelo es la de poder recuperar el ave cuando vuela en libertad. Finalmente se le
enseña el vivo, operación que consiste en soltarle una presa precapturada, una codorniz
o una paloma, para su adiestramiento en la caza.
Hoy en día existe un enorme abanico de cotos donde se puede practicar la actividad
en cada una de las provincias andaluzas y, prácticamente, en cada comarca. De hecho,
actualmente, todas las sociedades de caza federadas incluyen en sus planes técnicos
la cetrería, salvaguardando la sabiduría ancestral transmitida en la que se basa el
adiestramiento y los conocimientos sobre la naturaleza y las artesanías vinculadas a ella.