3. Otras disposiciones. . (2021/196-12)
Decreto 232/2021, de 5 de octubre, por el que se inscribe en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Monumento, el inmueble denominado Silo de La Palma del Condado, en La Palma del Condado (Huelva).
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Número 196 - Lunes, 11 de octubre de 2021
página 119
fábrica armada de ladrillo y la estructura portante es de hormigón. Las cubiertas son
planas transitables.
El silo fue construido en dos fases. Una primera, promovida en el año 1949 por el
Servicio Nacional del Trigo, que comprende la torre de comunicación vertical y 11 celdas
ubicadas al este, cuyo proyecto original está firmado por el ingeniero agrónomo don
Leandro de Haro y Moreno. La segunda se realizó en septiembre de 1979, promovida por
el Servicio Nacional de Productos Agrarios, adosando al anterior cuerpo 9 celdas hacia
el oeste, actuación que se percibe desde el exterior con una línea vertical de unión entre
ambas fases. En el interior se duplican los pilares, y en la planta sótano no se establece
comunicación, sino separación mediante un muro.
La distribución del silo en plantas se corresponde con el sótano y la baja, donde está
la maquinaria que hace funcionar al silo, los conductos con los cangilones para transportar
el grano y las tolvas de descarga; a continuación se disponen seis pisos más, que son las
celdas o depósitos; la séptima es una inmensa sala abovedada, diáfana, coincidente con
la línea de ventanas donde se encuentran los tubos de distribución, las bocas de las celdas
y de mantenimiento; la octava es una entreplanta, que se proyecta sobre la séptima a
modo de balcón corrido desde el que se puede controlar todo lo que ocurre en la séptima;
la novena y la décima conforman el núcleo de la torre lateral que corona el castillete en
forma de una terraza con un espléndido mirador. Las aperturas de huecos coinciden con
las plantas accesibles: semisótano, planta baja –de un tamaño mayor– y planta superior
del edificio principal. Igualmente, el castillete presenta aperturas de huecos ordenadas
una por crujía. Los huecos están recercados por ladrillos. La marquesina metálica en el
lado este, a la altura de la planta baja, conforma un elemento singular del edificio.
Estructuralmente, la planta baja, la séptima y la octava son muy diáfanas, no hay
muros divisorios, de manera que el peso es soportado por los muros perimetrales y los
numerosos pilares que salpican estas plantas. Los techos son muy altos, con el fin de
crear una cámara de ventilación y posibilitar una temperatura estable.
La planta del silo se asemeja a una parrilla, ya que los depósitos son prismáticos
de sección cuadrada, lisos, dispuestos verticalmente y yuxtapuestos. La vía del tren se
encuentra próxima, ya que gran parte del grano almacenado provenía por este medio de
transporte. Todavía hoy se conservan fragmentos de la antigua vía férrea, al sur del silo,
en el borde del muelle que lo rodea.
El grano, transportado en tren o por carretera, era depositado en el sótano y mediante
unas tolvas, situadas fuera del edificio, cuyas bocas estaban a nivel del suelo, era
conducido a través de unos conductos, en cuyo interior disponían de unos cangilones que
movían el grano hasta subirlo a la planta séptima. Una vez allí, se repartía en los diferentes
depósitos mediante unos largos tubos movibles o transportadores que penden de los
conductos principales y que recorren el silo a lo largo de los muros norte y sur. Muestra de
ello son los distintos tipos de bocas con sus correspondientes tapas presentes en el suelo
de dicha planta. Las circulares servían para llenar las celdas. Otras se utilizaban para
su limpieza y mantenimiento, pues se producían adherencias a las paredes que había
que eliminar, lo que hacía un operario que bajaba con un sistema de polea conectado
a una máquina que aún se conserva. Desde que el cereal entraba, el proceso estaba
completamente mecanizado. En la planta baja y en el sótano existe una boca para llenar
sacos y camiones. También se conservan algunas ensacadoras, por lo que se deduce
que unas bocas estaban destinadas a llenar sacos, y otras llenaban el transporte a gran
escala –trenes y camiones–.
Uno de los peores enemigos del grano almacenado es la humedad, ya que si se
condensa, el grano empieza a fermentar. Con el fin de evitarlo, se dota de un sistema
de trasvase del grano, mediante el cual este se lleva de una celda a otra. La ventilación
se efectuaba conduciéndolo hacia el sótano y reconduciéndolo nuevamente hasta
arriba para depositarlo en otra celda libre, favoreciendo en el tránsito su aireación y,
consiguientemente, la bajada de temperatura. De esta forma, el grano nunca permanecía
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253 - 802X
http://www.juntadeandalucia.es/eboja
00199743
BOJA
Boletín Oficial de la Junta de Andalucía
página 119
fábrica armada de ladrillo y la estructura portante es de hormigón. Las cubiertas son
planas transitables.
El silo fue construido en dos fases. Una primera, promovida en el año 1949 por el
Servicio Nacional del Trigo, que comprende la torre de comunicación vertical y 11 celdas
ubicadas al este, cuyo proyecto original está firmado por el ingeniero agrónomo don
Leandro de Haro y Moreno. La segunda se realizó en septiembre de 1979, promovida por
el Servicio Nacional de Productos Agrarios, adosando al anterior cuerpo 9 celdas hacia
el oeste, actuación que se percibe desde el exterior con una línea vertical de unión entre
ambas fases. En el interior se duplican los pilares, y en la planta sótano no se establece
comunicación, sino separación mediante un muro.
La distribución del silo en plantas se corresponde con el sótano y la baja, donde está
la maquinaria que hace funcionar al silo, los conductos con los cangilones para transportar
el grano y las tolvas de descarga; a continuación se disponen seis pisos más, que son las
celdas o depósitos; la séptima es una inmensa sala abovedada, diáfana, coincidente con
la línea de ventanas donde se encuentran los tubos de distribución, las bocas de las celdas
y de mantenimiento; la octava es una entreplanta, que se proyecta sobre la séptima a
modo de balcón corrido desde el que se puede controlar todo lo que ocurre en la séptima;
la novena y la décima conforman el núcleo de la torre lateral que corona el castillete en
forma de una terraza con un espléndido mirador. Las aperturas de huecos coinciden con
las plantas accesibles: semisótano, planta baja –de un tamaño mayor– y planta superior
del edificio principal. Igualmente, el castillete presenta aperturas de huecos ordenadas
una por crujía. Los huecos están recercados por ladrillos. La marquesina metálica en el
lado este, a la altura de la planta baja, conforma un elemento singular del edificio.
Estructuralmente, la planta baja, la séptima y la octava son muy diáfanas, no hay
muros divisorios, de manera que el peso es soportado por los muros perimetrales y los
numerosos pilares que salpican estas plantas. Los techos son muy altos, con el fin de
crear una cámara de ventilación y posibilitar una temperatura estable.
La planta del silo se asemeja a una parrilla, ya que los depósitos son prismáticos
de sección cuadrada, lisos, dispuestos verticalmente y yuxtapuestos. La vía del tren se
encuentra próxima, ya que gran parte del grano almacenado provenía por este medio de
transporte. Todavía hoy se conservan fragmentos de la antigua vía férrea, al sur del silo,
en el borde del muelle que lo rodea.
El grano, transportado en tren o por carretera, era depositado en el sótano y mediante
unas tolvas, situadas fuera del edificio, cuyas bocas estaban a nivel del suelo, era
conducido a través de unos conductos, en cuyo interior disponían de unos cangilones que
movían el grano hasta subirlo a la planta séptima. Una vez allí, se repartía en los diferentes
depósitos mediante unos largos tubos movibles o transportadores que penden de los
conductos principales y que recorren el silo a lo largo de los muros norte y sur. Muestra de
ello son los distintos tipos de bocas con sus correspondientes tapas presentes en el suelo
de dicha planta. Las circulares servían para llenar las celdas. Otras se utilizaban para
su limpieza y mantenimiento, pues se producían adherencias a las paredes que había
que eliminar, lo que hacía un operario que bajaba con un sistema de polea conectado
a una máquina que aún se conserva. Desde que el cereal entraba, el proceso estaba
completamente mecanizado. En la planta baja y en el sótano existe una boca para llenar
sacos y camiones. También se conservan algunas ensacadoras, por lo que se deduce
que unas bocas estaban destinadas a llenar sacos, y otras llenaban el transporte a gran
escala –trenes y camiones–.
Uno de los peores enemigos del grano almacenado es la humedad, ya que si se
condensa, el grano empieza a fermentar. Con el fin de evitarlo, se dota de un sistema
de trasvase del grano, mediante el cual este se lleva de una celda a otra. La ventilación
se efectuaba conduciéndolo hacia el sótano y reconduciéndolo nuevamente hasta
arriba para depositarlo en otra celda libre, favoreciendo en el tránsito su aireación y,
consiguientemente, la bajada de temperatura. De esta forma, el grano nunca permanecía
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253 - 802X
http://www.juntadeandalucia.es/eboja
00199743
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