3. Otras disposiciones. . (2021/180-13)
Decreto 223/2021, de 14 de septiembre, por el que se inscribe en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, la Actividad de Interés Etnológico denominada Fiesta de la Cruz de Mayo en Añora (Córdoba).
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BOJA

Boletín Oficial de la Junta de Andalucía
Número 180 - Viernes, 17 de septiembre de 2021
página 181

III. La Dirección General de Patrimonio Histórico y Documental, mediante Resolución
de 24 de septiembre de 2020 (publicada en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía
número 193, de 5 de octubre de 2020), incoó procedimiento de inscripción en el Catálogo
General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, de la Actividad
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253 - 802X

http://www.juntadeandalucia.es/eboja

00198417

es de tal exquisitez y laboriosidad estética que otorga una singularidad única a esta
celebración del mayo festivo, tan habitual de muchos pueblos andaluces. Una tradición
de profundas raíces históricas, de gran solidez y muy viva en la actualidad gracias a la
implicación y protagonismo de la ciudadanía.
La Fiesta de la Cruz de Mayo de Añora constituye una expresión del patrimonio cultural
de Andalucía que ejemplifica de manera extraordinaria la diversidad de manifestaciones
inmateriales existentes en nuestra comunidad, resultado de complejos procesos históricos
que han contribuido a configurar una identidad específica. El ritual de Añora se representa
en significativos espacios y como expresión diferenciadora respecto a celebraciones
similares. Cabe mencionar la singular transformación de lugares cotidianos en sitios para
la celebración. La fiesta convierte diferentes enclaves de la población, públicos y privados,
en hitos para la convivencia, cambiando radicalmente la fisonomía de los entornos de las
cruces de término y de determinadas viviendas del centro urbano.
El ritual consiste, básicamente, en vestir las distintas cruces, tanto las de interior como
las de exterior. Todas se adornan con barroquismo y laboriosidad por grupos integrados
fundamentalmente por mujeres, que, desde dos o tres meses antes de la celebración de
la Velá, la madrugada del primer domingo de mayo, se organizan exprofeso para preparar
los distintos escenarios donde rivalizar durante el concurso. El hecho de que la realización
de las cruces recaiga sobre grupos informales vecinales, sin contar con el control de
instituciones, hace que los preparativos y disfrute de este ritual festivo refuerce de forma
extraordinaria la articulación social e identitaria de la población noriega.
El gusto por vestir la cruz de manera virtuosa y la rivalidad existente entre unas y
otras cruceras, es decir, entre las diversas cruces que se exponen, ha dado lugar a una
progresiva evolución y especialización en la manera de adornar y presentar el elemento
de la cruz. De esta forma, en los últimos cincuenta años, se ha pasado de la utilización de
ornamentación vegetal (macetas, flores silvestres, plantas aromáticas…) y ornamentación
textil basada en los ajuares femeninos (sábanas y colchas bordadas, mantones de
Manila…) a la utilización de diversos materiales y ensamblajes para crear un entorno de
barroquismo, precisión de pliegues y adornos que presentan a la cruz suspendida en el
entorno creado.
Las horas que, fundamentalmente, las noriegas emplean en la realización artesanal de
minúsculos adornos que compondrán toda una arquitectura efímera, de formas voluptuosas
y profundas, donde exaltar la figura de la cruz, ha dado lugar a un conocimiento y dominio
de la práctica artesanal que es transmitida de generación en generación. Se participa en
las cruces desde la infancia, ayudando a recoger alfileres a las madres, realizando cruces
infantiles y otras tareas propias de la edad. Noriegos y noriegas reconocen sus cruces
como el elemento más singular que los caracteriza frente a los municipios del resto de la
Comarca de Los Pedroches a la que pertenecen y, por consiguiente, respecto al resto de
territorios andaluces y estatales.
El ritual festivo ha trascendido sus raíces de culto a mayo y las connotaciones
religiosas, conformándose en un pilar de articulación social, siendo aceptado y practicado
por la totalidad de la población, que lo siente como una de las principales señas identitarias
noriegas. Desde hace unos años, la belleza y minuciosidad de esta escenografía efímera
creada para exaltar las cruces, ha superado los límites grupales y comunales, asistiendo
a la celebración del concurso miles de personas que acuden motivadas por las reseñas
en multitud de medios de comunicación, hecho que ha acrecentado el orgullo que sienten
los noriegos y noriegas hacia su Fiesta de la Cruz, así como su absoluta dedicación.