3. Otras disposiciones. . (2021/180-13)
Decreto 223/2021, de 14 de septiembre, por el que se inscribe en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural, la Actividad de Interés Etnológico denominada Fiesta de la Cruz de Mayo en Añora (Córdoba).
12 páginas totales
Página
Zahoribo únicamente muestra información pública que han sido publicada previamente por organismos oficiales de España.
Cualquier dato, sea personal o no, ya está disponible en internet y con acceso público antes de estar en Zahoribo. Si lo ves aquí primero es simple casualidad.
No ocultamos, cambiamos o tergiversamos la información, simplemente somos un altavoz organizado de los boletines oficiales de España.
BOJA

Boletín Oficial de la Junta de Andalucía
Número 180 - Viernes, 17 de septiembre de 2021
página 189

V. Descripción del ámbito de desarrollo de la actividad.
La fiesta se desarrolla por todo el casco urbano del pueblo de Añora, si bien algunas
calles, por su papel vertebrador de la trama urbana del municipio y por poseer más
cruces participantes, aglutinan mayor concentración de visitas, este sería el caso de la
calle Concepción.
Desde el punto de vista espacial, la actividad viene marcada por la ubicación de las
cruces de término, cuyo carácter es permanente y configuran urbanísticamente al propio
municipio. En la fiesta de la exaltación de la cruz tienen su réplica en lo que los noriegos
llaman «la cruz-cruz», cuyo carácter es mueble y desmontable –cruces de interior–,
conformando las dos tipologías que definen la actividad.
Depósito Legal: SE-410/1979. ISSN: 2253 - 802X

http://www.juntadeandalucia.es/eboja

00198417

El origen de la veneración de la cruz en Añora debemos situarlo hacia el siglo XVI con
la fundación de la Cofradía de la Vera Cruz en Córdoba y, poco a poco, se fue extendiendo
por diversos pueblos de la provincia, llegando, probablemente, a la localidad de Añora a
mediados del citado siglo. En relación con la costumbre de vestir cruces parece ser que,
en un principio, se solía hacer a modo de exvoto o agradecimiento religioso y eran muy
frecuentes las cruces hechas por promesa, práctica que ha perdurado en el municipio
hasta finales de la década de 1970.
Lo que llama la atención es que un festejo de raíces eminentemente religiosas, puesto
que en el mismo se utilizaba el símbolo esencial del cristianismo, desde su inicio adquirió
un carácter eminentemente festivo y popular, exento de todo acompañamiento religioso,
a pesar de que en un principio, con motivo de la fiesta, se sacaba una gran cruz de
madera en procesión. Otra característica del festejo es que, en otro tiempo, cuando la
cruz se vestía de un modo más sencillo, la celebración sólo duraba hasta la medianoche,
y durante la velada las mujeres rezaban las denominadas Mil Avemarías.
Después, con el tiempo, la Fiesta de la Cruz en Añora acabó perdiendo su carácter
religioso y, en la actualidad, de no existir la cruz como símbolo central del festejo, nada
indicaría que la celebración tenga algo que ver con un hecho religioso, sino más bien
con un evento folclórico y de carácter festivo popular, que volvió a adquirir su carácter
primigenio, el que, hace ya varios siglos, exaltaba la naturaleza y la entrada de mayo en
la imagen del árbol como un símbolo mágico exento de religiosidad, aunque tampoco
olvidan los noriegos que el carácter esencial de esta fiesta singularísima gira en torno
a la exaltación de la Santa Cruz. Una dualidad que hace de la fiesta un evento muy
participativo y popular.
Las transformaciones fundamentales tienen que ver con el ornato de las cruces y las
jotas. Antiguamente las cruces se adornaban con telas, pero sobre todo con elementos
vegetales y macetas, mientras que hoy día los elementos utilizados son más diversos y
elaborados. Las macetas y flores prácticamente han desaparecido. El cante y el baile son
hoy ya más esporádicos, ya que han sido sustituidos por grupos que se contratan, ajenos
al municipio, y cuyo carácter es más de espectáculo que de tradición, siendo el papel de
los vecinos el de público.
Los valores más relevantes y apreciados son los estéticos, que dotan de singularidad
y originalidad a estas cruces, primero por su resultado final de espectacularidad, y
segundo por el proceso artesanal de elaboración que conllevan. Además. la preparación
y celebración de la fiesta aglutina los valores identitarios de las noriegas y los noriegos. La
singularidad y el reconocimiento de la Fiesta de la Cruz refuerza la identidad comunal. La
cohesión y la articulación social se vehicula a través de las pautas de visita y alabanza de
las cruces por parte de los visitantes. Éstos a su vez, reciben la hospitalidad de las cruceras,
y de este modo se produce una especie de intercambio de hospitalidad por reconocimiento
del trabajo y del prestigio. Asimismo, se ensalza el valor colaborativo y participativo de la
fiesta, ya que se establecen grupos de trabajo que llevan a cabo un esfuerzo conjunto para
conseguir una meta común: que su cruz destaque sobre las demás.