C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20250205-37)
Bien de interés cultural – Decreto 2/2025, de 29 de enero, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de Monumento, la iglesia parroquial de San Vicente Mártir en Braojos de la Sierra (Madrid)
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BOCM
MIÉRCOLES 5 DE FEBRERO DE 2025
B.O.C.M. Núm. 30
alteración de su volumetría, sistema constructivo y cromatismo pudiera alterar las condiciones ambientales y urbanísticas, y perturbar la percepción y comprensión del mismo.
Las intervenciones en parcelas de suelo calificado actualmente como no edificado, deberán atenerse a las prescripciones recogidas en el artículo 42 de la Ley de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, sobre criterios de intervención en los entornos de protección.
3. Descripción gráfica del Entorno:
En F) se adjunta plano.
D) Compatibilidad del uso con la correcta conservación del bien
En la actualidad la iglesia parroquial continúa con el uso religioso para el que fue concebida, por lo que no presenta ninguna incompatibilidad para su correcta conservación.
E) Estado de conservación del bien y criterios de intervención
La iglesia de San Vicente Mártir presenta en la actualidad un buen estado de conservación,
tras haber sido objeto de una recuperación integral y acondicionamiento entre los años 1989
y 1991, y haber contado con un buen mantenimiento hasta el momento actual.
Anteriormente, en 1976, se llevaron a cabo obras en la cubierta de las naves, sustituyendo la armadura de madera original por cerchas de perfil metálico que sostenían un tejado en dos vertientes, cubierto con teja de cemento teñida con manganeso.
Entre los años 1989 a 1991 se realizó una restauración integral del edificio en dos fases. En una primera fase se restauraron las cubiertas de las naves, eliminando las de 1976,
y creando una estructura de artesa de par y nudillo, aprovechando los restos de tirantes, durmientes y estribos originales. Se sustituyó la teja de cemento por teja de cerámica árabe
muy solapada con recibidos con cal sobre una torta de arcilla y cal. Esta cobertura se realizó siguiendo la técnica tradicional de crear una torta de asiento mezcla de barro y cal grasa
sobre el forjado una vez impermeabilizado.
En una segunda fase se intervino en las fachadas dejando las áreas de fábricas originales, eliminando los cementos añadidos y aplicando en las llagas mortero de cal grasa con
tonalidad análoga a los originales. La parte del muro norte de tapial fue revocada con mortero de cal, ya que su deterioro impedía restituirlo.
En los solados se optó por reproducir el pavimento existente por ser una solución tradicional, aprovechando las partes que estaban en mejor estado. También se realizó una faja longitudinal a la altura del coro, indicando el lugar de la cimentación del muro occidental de la primitiva nave que se había hallado. En el crucero y capillas se colocó un solado de barro.
Los paramentos interiores se enfoscaron y revocaron con morteros de cal grasa. En las
bóvedas se reintegraron yeserías desprendidas y se pintó con pintura de silicato, con una bicromía simple siguiendo la tradición tipológica de este tipo de bóvedas, ya que no se encontraron restos del cromatismo original.
En la torre se recuperaron los huecos cegados y las arquitecturas ocultas, arcos y elementos de carpintería de los huecos. Se restauraron y retajaron las cubiertas, de pizarra en el cuerpo de campanas y de lajas de piedra en el cuerpo ultrasemicircular del cuerpo de escalera de
caracol. Y se restauraron las fachadas eliminando cementos añadidos y rejuntados. Se limpiaron además los paramentos interiores con reposición de elementos, en especial la bóveda de
cañón de segundo piso, y se revocó la capilla del primer piso con mortero de cal grasa apagada y acerada. En los solados se aplicaron losas de barro cocido en los tres pisos.
Con anterioridad a la restauración del edificio, entre 1987 y 1989, se intervino en los
retablos debido al estado de deterioro que presentaban por la acción del agua, problemas estructurales y ataques de xilófagos. En la actualidad su estado de conservación es aceptable.
Estructuralmente no han perdido estabilidad, la policromía está en buenas condiciones de
adhesión y los lienzos se mantienen estables. Sin embargo, presentan acumulación de polvo y contaminantes y una ligera pérdida de saturación superficial y de barnices, por lo que,
para mantener una buena conservación, se debería realizar una limpieza de polvo superficial, y adhesión de desprendimientos de policromía de estructuras.
En cuanto a los documentos que se conservan en el archivo parroquial, si bien se ha
procurado su organización y correcto almacenaje, el estado de conservación es en general
muy delicado y conlleva riesgos para estos bienes culturales. Se recomienda por ello la restauración de los mismos.
Cualquier intervención que se vaya a desarrollar en el futuro deberá regirse, al menos,
por los criterios de reversibilidad, diferenciación y mínima intervención, y respeto a los va-
BOCM-20250205-37
Pág. 154
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
MIÉRCOLES 5 DE FEBRERO DE 2025
B.O.C.M. Núm. 30
alteración de su volumetría, sistema constructivo y cromatismo pudiera alterar las condiciones ambientales y urbanísticas, y perturbar la percepción y comprensión del mismo.
Las intervenciones en parcelas de suelo calificado actualmente como no edificado, deberán atenerse a las prescripciones recogidas en el artículo 42 de la Ley de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid, sobre criterios de intervención en los entornos de protección.
3. Descripción gráfica del Entorno:
En F) se adjunta plano.
D) Compatibilidad del uso con la correcta conservación del bien
En la actualidad la iglesia parroquial continúa con el uso religioso para el que fue concebida, por lo que no presenta ninguna incompatibilidad para su correcta conservación.
E) Estado de conservación del bien y criterios de intervención
La iglesia de San Vicente Mártir presenta en la actualidad un buen estado de conservación,
tras haber sido objeto de una recuperación integral y acondicionamiento entre los años 1989
y 1991, y haber contado con un buen mantenimiento hasta el momento actual.
Anteriormente, en 1976, se llevaron a cabo obras en la cubierta de las naves, sustituyendo la armadura de madera original por cerchas de perfil metálico que sostenían un tejado en dos vertientes, cubierto con teja de cemento teñida con manganeso.
Entre los años 1989 a 1991 se realizó una restauración integral del edificio en dos fases. En una primera fase se restauraron las cubiertas de las naves, eliminando las de 1976,
y creando una estructura de artesa de par y nudillo, aprovechando los restos de tirantes, durmientes y estribos originales. Se sustituyó la teja de cemento por teja de cerámica árabe
muy solapada con recibidos con cal sobre una torta de arcilla y cal. Esta cobertura se realizó siguiendo la técnica tradicional de crear una torta de asiento mezcla de barro y cal grasa
sobre el forjado una vez impermeabilizado.
En una segunda fase se intervino en las fachadas dejando las áreas de fábricas originales, eliminando los cementos añadidos y aplicando en las llagas mortero de cal grasa con
tonalidad análoga a los originales. La parte del muro norte de tapial fue revocada con mortero de cal, ya que su deterioro impedía restituirlo.
En los solados se optó por reproducir el pavimento existente por ser una solución tradicional, aprovechando las partes que estaban en mejor estado. También se realizó una faja longitudinal a la altura del coro, indicando el lugar de la cimentación del muro occidental de la primitiva nave que se había hallado. En el crucero y capillas se colocó un solado de barro.
Los paramentos interiores se enfoscaron y revocaron con morteros de cal grasa. En las
bóvedas se reintegraron yeserías desprendidas y se pintó con pintura de silicato, con una bicromía simple siguiendo la tradición tipológica de este tipo de bóvedas, ya que no se encontraron restos del cromatismo original.
En la torre se recuperaron los huecos cegados y las arquitecturas ocultas, arcos y elementos de carpintería de los huecos. Se restauraron y retajaron las cubiertas, de pizarra en el cuerpo de campanas y de lajas de piedra en el cuerpo ultrasemicircular del cuerpo de escalera de
caracol. Y se restauraron las fachadas eliminando cementos añadidos y rejuntados. Se limpiaron además los paramentos interiores con reposición de elementos, en especial la bóveda de
cañón de segundo piso, y se revocó la capilla del primer piso con mortero de cal grasa apagada y acerada. En los solados se aplicaron losas de barro cocido en los tres pisos.
Con anterioridad a la restauración del edificio, entre 1987 y 1989, se intervino en los
retablos debido al estado de deterioro que presentaban por la acción del agua, problemas estructurales y ataques de xilófagos. En la actualidad su estado de conservación es aceptable.
Estructuralmente no han perdido estabilidad, la policromía está en buenas condiciones de
adhesión y los lienzos se mantienen estables. Sin embargo, presentan acumulación de polvo y contaminantes y una ligera pérdida de saturación superficial y de barnices, por lo que,
para mantener una buena conservación, se debería realizar una limpieza de polvo superficial, y adhesión de desprendimientos de policromía de estructuras.
En cuanto a los documentos que se conservan en el archivo parroquial, si bien se ha
procurado su organización y correcto almacenaje, el estado de conservación es en general
muy delicado y conlleva riesgos para estos bienes culturales. Se recomienda por ello la restauración de los mismos.
Cualquier intervención que se vaya a desarrollar en el futuro deberá regirse, al menos,
por los criterios de reversibilidad, diferenciación y mínima intervención, y respeto a los va-
BOCM-20250205-37
Pág. 154
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