C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20241120-23)
Bien de interés cultural – Decreto 104/2024, de 13 de noviembre, del Consejo de Gobierno, por el que se declara bien de interés cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de conjunto de bienes muebles, el relicario del Monasterio del Santísimo Sacramento de Religiosas Bernardas, en Boadilla del Monte (Madrid)
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B.O.C.M. Núm. 277
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
MIÉRCOLES 20 DE NOVIEMBRE DE 2024
tos tipos de relicarios. Los lienzos murales han perdido la inercia que les proporcionaba el
muro que los soportaba y han sufrido deformaciones permanentes por su nueva actividad
higroscópica, poniendo en peligro los estratos pictóricos; han tomado aspectos que no son
propios, produciéndose cuarteados en cazoleta y deformaciones lineales por su nuevo sistema de sujeción. Los plafones y mazonería en madera dorada y policromada han sufrido
fracturas y modificaciones estructurales para adaptarlos al nuevo espacio; es de destacar la
deformación del tímpano de la calle central del muro norte, recortado para adaptarse a la
nueva altura; en la superficie de policromía son frecuentes los arañazos y un desgaste de los
dorados al agua, que dejan ver las capas subyacentes de bol rojo e incluso la madera.
El resto de los elementos son bienes de más fácil manipulación, por su tamaño y características formales, por lo que debieron sufrir menos en el traslado. En general, se destacan diversos problemas de conservación que afectan a unos u otros elementos en función
de su composición material, tipología, técnica de ejecución y manipulación, entre ellos, los
siguientes:
— Pérdidas de elementos estructurales secundarios como molduras, columnas, remates, falanges de esculturas y otras, que pierden el ensamble como consecuencia de
la pérdida de función de adhesivos ligado a la pérdida de volumen de la madera.
Se conservan gran cantidad de elementos desprendidos de las obras.
— Pérdida de estanqueidad de las urnas por la merma de la madera, rotura o desplazamiento de los vidrios o por pérdida de los sellados originales. Esto provoca la
entrada de polvo en las reliquias y favorece la interacción con el medio.
— Fractura o descolocación de las reliquias dentro de sus habitáculos, puesto que los
montajes son muy delicados y se realizaron con adhesivos alterables.
— Intervenciones más o menos acertadas que modifican, rehacen o complementan
las obras originales.
A la vista de los problemas de conservación identificados, se considera conveniente realizar una serie de actuaciones sobre los bienes que lo precisen, dirigidas a regenerar ensambles, fijar policromías, restituir piezas sueltas y consolidar estructuras. Todo ello como medida preventiva para evitar la pérdida de elementos constituyentes, frenar procesos de
deterioro y evitar el desarrollo de otros nuevos, y con el objetivo de otorgar a los bienes constituyentes del Relicario una estabilidad estructural suficiente que asegure su preservación y
permita minimizar los daños que pudieran causar nuevas manipulaciones y traslados.
El Relicario del Monasterio del Santísimo Sacramento se creó con una Concepción
unitaria del espacio y de los bienes allí albergados, que se han ido ampliando en número a
lo largo de la historia y con una funcionalidad devocional clara. Esta Concepción inicial
debe mantenerse y ser respetada en cualquier intervención, incluido un posible traslado de
su actual ubicación.
En el caso de que se pretenda su traslado, el mismo deberá realizarse de acuerdo con
los siguientes criterios básicos:
— El conjunto del Relicario deberá ubicarse en un espacio adecuado cuyas medidas se
adapten a los bienes que lo conforman, permitiendo la disposición de los plafones
de madera y de las pinturas murales del techo de acuerdo con su actual disposición,
y con espacio suficiente para albergar el resto de los elementos del conjunto.
— Antes de iniciar los trabajos necesarios para el traslado, se identificarán individualmente cada uno de los objetos, con siglado y localización y se analizará la estructura y ordenación de los plafones que conforman la mazonería de la habitación
y los lienzos que cubren su techo.
— De forma previa a cualquier manipulación o traslado, se deberán realizar las actuaciones preventivas antes señaladas, para otorgar estabilidad estructural a los diferentes bienes, de acuerdo con sus características formales y materiales. Tras ello,
se protegerán con un sistema de embalaje adecuado.
— El desmontaje, traslado y posterior montaje de mazonería y pinturas murales, así
como el traslado de los diferentes relicarios y bienes se hará contando con todas
las medidas necesarias para su seguridad y conservación.
En cualquier caso, toda intervención futura sobre este conjunto de bienes deberá respetar su Concepción unitaria y su funcionalidad y regirse por los criterios básicos de mínima intervención, diferenciación y reversibilidad, de acuerdo con lo que se establece en el art. 45 de
la Ley 8/2023, de 30 de marzo, de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid.
Pág. 97
BOCM-20241120-23
BOCM
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
MIÉRCOLES 20 DE NOVIEMBRE DE 2024
tos tipos de relicarios. Los lienzos murales han perdido la inercia que les proporcionaba el
muro que los soportaba y han sufrido deformaciones permanentes por su nueva actividad
higroscópica, poniendo en peligro los estratos pictóricos; han tomado aspectos que no son
propios, produciéndose cuarteados en cazoleta y deformaciones lineales por su nuevo sistema de sujeción. Los plafones y mazonería en madera dorada y policromada han sufrido
fracturas y modificaciones estructurales para adaptarlos al nuevo espacio; es de destacar la
deformación del tímpano de la calle central del muro norte, recortado para adaptarse a la
nueva altura; en la superficie de policromía son frecuentes los arañazos y un desgaste de los
dorados al agua, que dejan ver las capas subyacentes de bol rojo e incluso la madera.
El resto de los elementos son bienes de más fácil manipulación, por su tamaño y características formales, por lo que debieron sufrir menos en el traslado. En general, se destacan diversos problemas de conservación que afectan a unos u otros elementos en función
de su composición material, tipología, técnica de ejecución y manipulación, entre ellos, los
siguientes:
— Pérdidas de elementos estructurales secundarios como molduras, columnas, remates, falanges de esculturas y otras, que pierden el ensamble como consecuencia de
la pérdida de función de adhesivos ligado a la pérdida de volumen de la madera.
Se conservan gran cantidad de elementos desprendidos de las obras.
— Pérdida de estanqueidad de las urnas por la merma de la madera, rotura o desplazamiento de los vidrios o por pérdida de los sellados originales. Esto provoca la
entrada de polvo en las reliquias y favorece la interacción con el medio.
— Fractura o descolocación de las reliquias dentro de sus habitáculos, puesto que los
montajes son muy delicados y se realizaron con adhesivos alterables.
— Intervenciones más o menos acertadas que modifican, rehacen o complementan
las obras originales.
A la vista de los problemas de conservación identificados, se considera conveniente realizar una serie de actuaciones sobre los bienes que lo precisen, dirigidas a regenerar ensambles, fijar policromías, restituir piezas sueltas y consolidar estructuras. Todo ello como medida preventiva para evitar la pérdida de elementos constituyentes, frenar procesos de
deterioro y evitar el desarrollo de otros nuevos, y con el objetivo de otorgar a los bienes constituyentes del Relicario una estabilidad estructural suficiente que asegure su preservación y
permita minimizar los daños que pudieran causar nuevas manipulaciones y traslados.
El Relicario del Monasterio del Santísimo Sacramento se creó con una Concepción
unitaria del espacio y de los bienes allí albergados, que se han ido ampliando en número a
lo largo de la historia y con una funcionalidad devocional clara. Esta Concepción inicial
debe mantenerse y ser respetada en cualquier intervención, incluido un posible traslado de
su actual ubicación.
En el caso de que se pretenda su traslado, el mismo deberá realizarse de acuerdo con
los siguientes criterios básicos:
— El conjunto del Relicario deberá ubicarse en un espacio adecuado cuyas medidas se
adapten a los bienes que lo conforman, permitiendo la disposición de los plafones
de madera y de las pinturas murales del techo de acuerdo con su actual disposición,
y con espacio suficiente para albergar el resto de los elementos del conjunto.
— Antes de iniciar los trabajos necesarios para el traslado, se identificarán individualmente cada uno de los objetos, con siglado y localización y se analizará la estructura y ordenación de los plafones que conforman la mazonería de la habitación
y los lienzos que cubren su techo.
— De forma previa a cualquier manipulación o traslado, se deberán realizar las actuaciones preventivas antes señaladas, para otorgar estabilidad estructural a los diferentes bienes, de acuerdo con sus características formales y materiales. Tras ello,
se protegerán con un sistema de embalaje adecuado.
— El desmontaje, traslado y posterior montaje de mazonería y pinturas murales, así
como el traslado de los diferentes relicarios y bienes se hará contando con todas
las medidas necesarias para su seguridad y conservación.
En cualquier caso, toda intervención futura sobre este conjunto de bienes deberá respetar su Concepción unitaria y su funcionalidad y regirse por los criterios básicos de mínima intervención, diferenciación y reversibilidad, de acuerdo con lo que se establece en el art. 45 de
la Ley 8/2023, de 30 de marzo, de Patrimonio Cultural de la Comunidad de Madrid.
Pág. 97
BOCM-20241120-23
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