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Bien de interés patrimonial – Resolución de 8 de octubre de 2024, de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Oficina del Español, para la incoación del expediente de declaración como Bien de Interés Patrimonial de la pintura “Mercado de pescado en la playa”, obra de Joaquim Mir i Trinxet
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Pág. 146
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
JUEVES 24 DE OCTUBRE DE 2024
B.O.C.M. Núm. 254
nados a la casa Trinxet: “El Gorg Blau” (La poza azul) y “La Vita”; es este uno de los conjuntos más célebres de la historia del vitral catalán, ejecutado por Rigalt i Granell.
Entre 1914 y 1921 se instaló en el Vallés. En 1917 obtuvo la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid. Son tiempos de calma en los que Mir siguió
centrando su interés en captar la luz, aunque recuperando formas más realistas, como se
puede ver en las obras La encina y la vaca (ca. 1915) y Aguas de Moguda (1917), ambas en
el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
En 1921 se trasladó a Vilanova i la Geltrú, donde residiría hasta el final de sus días.
Aquí consolidó su prestigio y reconocimiento nacional e internacional, participando en numerosas exposiciones y certámenes. Los cuadros de esta época son los más desconocidos;
son obras que pintó captando paisajes tan conocidos como el jardín de su casa, o los rincones, las plazas, los torrentes y las playas de ese municipio y de pueblos cercanos. En ellos
abandona las fantasías de colores informes, para volver a posiciones más realistas sin perder su paleta especial de múltiples tonalidades.
La obra objeto de declaración, “Mercado de pescado en la playa”, se encuadra en esta
última etapa de su producción. Representa una escena en la playa, de madrugada. En ella
están fondeadas varias barcas recién llegadas con su pesca, sobre la arena y con un fondo
de mar azul; ante ellas, en la arena, hombres, mujeres, niños, militares y pescadores observan grandes canastas con peces plateados.
La pintura está realizada poco después de que el autor fijara su residencia en Vilanova i
la Geltrú, cuando llamaron su atención las playas de la localidad y la actividad que allí se desarrollaba alrededor de la pesca. No son muchos los cuadros que realizó con esta temática,
pues pronto volvió a paisajes más conocidos, como el entorno de su propia casa y a realizar
campañas en el campo y poblaciones cercanas, lo que le alejó definitivamente del mar.
En “Mercado de pescado en la playa” el tema protagonista no es el paisaje, como en la
mayoría de su obra anterior, sino la gente. La gente que se mueve alrededor de la actividad pesquera, en diferentes planos y que ocupa la mayor parte de la tela, quedando el mar y las barcas
que forman el paisaje, como un mero escenario en el que se desarrolla el tema principal.
La pintura se estructura en franjas paralelas y ordenadas de color, muy del gusto de
Mir. Estas franjas paralelas, algo inclinadas respecto al eje horizontal, contrastan con la verticalidad de los elementos figurativos representados: tanto las barcas y sus mástiles como
la gente. Los personajes se representan con una verticalidad que deforma ligeramente la figura humana.
En ella queda patente la primacía del color sobre la forma, si bien desde una visión más
realista, como corresponde a esta nueva etapa de su producción. Adopta un dramático cromatismo: una extraña luz dorada ilumina la playa; en ella se encuentra la gente, representada con una amplia gama de tonos azules, los mismos que conforman las barcas y el mar.
Los tonos fríos y generalmente oscuros con los que están representados contrastan con detalles blancos o plateados y se animan con pinceladas naranjas, que reflejan la luz del sol al
amanecer. A este contraste de colores se suman las diferentes texturas que se les otorgan:
desde una pincelada casi plana a otra muy espesa y formada. Con todo, el artista consigue
un control adicional de la luz, que se refleja de diferentes maneras según colores, texturas
y formas.
En esta obra están presentes las constantes que han definido la pintura de su autor: ejecución al aire libre y primacía del color sobre la forma. En su anhelo de usar el color como
herramienta para representar la luz, el artista utiliza recursos propios de la pintura impresionista: ley de los contrates simultáneos, exclusión del negro de su paleta y empleo de múltiples combinaciones de tonos para representar las sombras.
Con todo, el autor es fiel a su propio estilo, que en 1928 resumiría con estas palabras:
“solo quiero que mis obras alegren el corazón e inunden de luz los ojos y el alma”.
La obra está firmada en su ángulo inferior derecho, “J. Mir”. Ha participado en varias
exposiciones organizadas por instituciones de gran prestigio como A la playa; el mar como
tema de la modernidad en la pintura española. 1870-1936, organizada por la Fundación
Mapfre o Joaquim Mir. Antológica 1873-1940, organizada por la Fundación la Caixa.
B)
Estado de conservación del Bien y criterios básicos por los que deberán regirse
las futuras intervenciones
La evaluación del estado de conservación del bien se ha llevado a cabo mediante examen
organoléptico, sin ayuda de instrumental técnico específico, con luz artificial y natural suficiente para una correcta observación. Como resultado del examen realizado se puede concluir
que la obra presenta buena estabilidad estructural y buen estado de conservación general.
BOCM-20241024-42
BOCM
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
JUEVES 24 DE OCTUBRE DE 2024
B.O.C.M. Núm. 254
nados a la casa Trinxet: “El Gorg Blau” (La poza azul) y “La Vita”; es este uno de los conjuntos más célebres de la historia del vitral catalán, ejecutado por Rigalt i Granell.
Entre 1914 y 1921 se instaló en el Vallés. En 1917 obtuvo la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid. Son tiempos de calma en los que Mir siguió
centrando su interés en captar la luz, aunque recuperando formas más realistas, como se
puede ver en las obras La encina y la vaca (ca. 1915) y Aguas de Moguda (1917), ambas en
el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
En 1921 se trasladó a Vilanova i la Geltrú, donde residiría hasta el final de sus días.
Aquí consolidó su prestigio y reconocimiento nacional e internacional, participando en numerosas exposiciones y certámenes. Los cuadros de esta época son los más desconocidos;
son obras que pintó captando paisajes tan conocidos como el jardín de su casa, o los rincones, las plazas, los torrentes y las playas de ese municipio y de pueblos cercanos. En ellos
abandona las fantasías de colores informes, para volver a posiciones más realistas sin perder su paleta especial de múltiples tonalidades.
La obra objeto de declaración, “Mercado de pescado en la playa”, se encuadra en esta
última etapa de su producción. Representa una escena en la playa, de madrugada. En ella
están fondeadas varias barcas recién llegadas con su pesca, sobre la arena y con un fondo
de mar azul; ante ellas, en la arena, hombres, mujeres, niños, militares y pescadores observan grandes canastas con peces plateados.
La pintura está realizada poco después de que el autor fijara su residencia en Vilanova i
la Geltrú, cuando llamaron su atención las playas de la localidad y la actividad que allí se desarrollaba alrededor de la pesca. No son muchos los cuadros que realizó con esta temática,
pues pronto volvió a paisajes más conocidos, como el entorno de su propia casa y a realizar
campañas en el campo y poblaciones cercanas, lo que le alejó definitivamente del mar.
En “Mercado de pescado en la playa” el tema protagonista no es el paisaje, como en la
mayoría de su obra anterior, sino la gente. La gente que se mueve alrededor de la actividad pesquera, en diferentes planos y que ocupa la mayor parte de la tela, quedando el mar y las barcas
que forman el paisaje, como un mero escenario en el que se desarrolla el tema principal.
La pintura se estructura en franjas paralelas y ordenadas de color, muy del gusto de
Mir. Estas franjas paralelas, algo inclinadas respecto al eje horizontal, contrastan con la verticalidad de los elementos figurativos representados: tanto las barcas y sus mástiles como
la gente. Los personajes se representan con una verticalidad que deforma ligeramente la figura humana.
En ella queda patente la primacía del color sobre la forma, si bien desde una visión más
realista, como corresponde a esta nueva etapa de su producción. Adopta un dramático cromatismo: una extraña luz dorada ilumina la playa; en ella se encuentra la gente, representada con una amplia gama de tonos azules, los mismos que conforman las barcas y el mar.
Los tonos fríos y generalmente oscuros con los que están representados contrastan con detalles blancos o plateados y se animan con pinceladas naranjas, que reflejan la luz del sol al
amanecer. A este contraste de colores se suman las diferentes texturas que se les otorgan:
desde una pincelada casi plana a otra muy espesa y formada. Con todo, el artista consigue
un control adicional de la luz, que se refleja de diferentes maneras según colores, texturas
y formas.
En esta obra están presentes las constantes que han definido la pintura de su autor: ejecución al aire libre y primacía del color sobre la forma. En su anhelo de usar el color como
herramienta para representar la luz, el artista utiliza recursos propios de la pintura impresionista: ley de los contrates simultáneos, exclusión del negro de su paleta y empleo de múltiples combinaciones de tonos para representar las sombras.
Con todo, el autor es fiel a su propio estilo, que en 1928 resumiría con estas palabras:
“solo quiero que mis obras alegren el corazón e inunden de luz los ojos y el alma”.
La obra está firmada en su ángulo inferior derecho, “J. Mir”. Ha participado en varias
exposiciones organizadas por instituciones de gran prestigio como A la playa; el mar como
tema de la modernidad en la pintura española. 1870-1936, organizada por la Fundación
Mapfre o Joaquim Mir. Antológica 1873-1940, organizada por la Fundación la Caixa.
B)
Estado de conservación del Bien y criterios básicos por los que deberán regirse
las futuras intervenciones
La evaluación del estado de conservación del bien se ha llevado a cabo mediante examen
organoléptico, sin ayuda de instrumental técnico específico, con luz artificial y natural suficiente para una correcta observación. Como resultado del examen realizado se puede concluir
que la obra presenta buena estabilidad estructural y buen estado de conservación general.
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