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Bien de interés cultural –  Resolución de 9 de octubre de 2024, de la Dirección General de Patrimonio Cultural y Oficina del Español, para la incoación del expediente para la declaración como Bien de Interés Cultural del Patrimonio Inmaterial de la Comunidad de Madrid de la Jota en la Comunidad de Madrid
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BOCM

JUEVES 24 DE OCTUBRE DE 2024

B.O.C.M. Núm. 254

Son estos grupos los que favorecen la trasmisión de la Jota en la Comunidad de Madrid.
Esta se realiza, normalmente, a través de las escuelas de folclore y de los grupos de coros y
danzas, pero también se aprende de las personas mayores, en fiestas y celebraciones locales.
A.7. Bienes culturales asociados.
Los trajes regionales o tradicionales de cada localidad están asociados al baile de la
jota y son los utilizados por los grupos de danza escénica en sus representaciones. Como
hecho tradicional, cada persona porta una indumentaria individual, reproduciendo el traje
tradicional y sus diferentes versiones, sin que se atenga a una normalización estricta. También hay en la Comunidad de Madrid algunas indumentarias asociadas a danzas concretas,
como la Pastorela de Braojos, los danzantes de la procesión del baile del niño en Navidad
en Navalagamella o aquellas de moros y cristianos que se adoptan en la Loa de Fuencarral.
En algunas localidades de la sierra norte de Madrid, el traje tradicional femenino consta de medias de algodón blancas, liguero, pololos, enaguas, falda, refajo, camisa, pico de jotas, pañuelo, zapatilla de esparto, faltriquera, y chaleco. La falda es de unos cinco metros y
sus colores habituales son el granate, amarillo y verde, utilizándose también morado y negro. En la actualidad, el pico de jotas puede ser sustituido por un mantón de manila, al igual
que las zapatillas por zapato con cordones.
Los instrumentos musicales asociados a la Jota son variados, como lo son las formaciones musicales que la interpretan. Pueden ser instrumentos de idiófonos y membranófonos, fácilmente asequibles y que pertenecen al entorno doméstico (castañuelas, almirez,
mortero, botella labrada, sartén), a los que se unen otros de uso común (pandereta, pandero, pandera, caja redoblante) o de construcción asequible (yerros, zambomba, arrabel); cordófonos (como la guitarra, el laúd o la bandurria), y aerófonos (como los pitos, la dulzaina
castellana y la gaita serrana).
B. JUSTIFICACIÓN DE LOS VALORES QUE LO HACEN MERECEDOR
DE SU DECLARACIÓN COMO BIEN DE INTERÉS CULTURAL
B.1. Justificación social y cultural.
La Jota ha estado presente en la Comunidad de Madrid al menos desde el siglo XVIII,
formando parte del acervo cultural de los pueblos de la región.
En ellos, se desarrolla asociada a momentos festivos y lúdicos y, anteriormente, estaba
asociada a las actividades productivas. Así, no es solo música y baile, sino que trasmite conocimientos y costumbres, favoreciendo la cohesión social de la comunidad. En un Madrid
amenazado y/o inmerso en la globalización, en el que la mayor parte de la población vive en
entornos urbanos, la cohesión social de las comunidades rurales es vital para su permanencia. La jota y otras formas de patrimonio inmaterial, animan, dinamizan y favorecen el aprecio del entorno y las costumbres propias; de esta manera se generan y refuerzan los lazos sociales locales, lo que deriva en el fortalecimiento y la sostenibilidad de los territorios.
B.2. Riesgos y medidas de salvaguarda.
Uno de los riesgos detectados por las comunidades portadoras para la conservación de
la Jota es el inmovilismo de las formas, lo que hace que las nuevas generaciones la consideren ajena a su estilo de vida. Esto deriva claramente en falta de relevo generacional. Se
debe buscar un equilibrio entre la fosilización, que provoca la falta de interés en la sociedad, y una evolución exagerada del género musical, que haga que se pierda su esencia.
A pesar de los esfuerzos que hacen las comunidades portadoras y los grupos locales,
en la Comunidad de Madrid la Jota únicamente está presente en las fiestas y festejos populares del ámbito rural y puntualmente en algunas en el ámbito urbano. Por lo que respecta
a la jota escénica, son pocas las ocasiones en las que se presenta la Jota, entre otras danzas
tradicionales.
Sin duda, cualquier medida de salvaguardia que se pueda poner en marcha deberá hacerse en abierta colaboración entre las diferentes administraciones y las comunidades portadoras, garantes indudables de su trasmisión.
Entre estas medidas parece fundamental realizar un inventario exhaustivo de todas
aquellas celebraciones locales en las que está presente la Jota, de forma que puedan mantenerse y ponerse en valor. Se debe realizar también una labor de investigación e implementar recursos que faciliten la recopilación de coplas, letras y formas musicales, sobre cualquier soporte documental; en este sentido, la Comunidad de Madrid gestiona la Dase de
Datos del Patrimonio Inmaterial, Etnográfico e Industrial, en la que las comunidades portadoras podrán aportar sus conocimientos sobre la Jota.

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BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID