C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20240904-20)
Bien de interés cultural – Decreto 90/2024, de 28 de agosto, del Consejo de Gobierno, por el que se declara Bien de Interés Cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de monumento, la iglesia parroquial de San Salvador en Leganés
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BOCM
Pág. 64
BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
MIÉRCOLES 4 DE SEPTIEMBRE DE 2024
B.O.C.M. Núm. 211
Interiormente, todos los muros están enlucidos y se asientan sobre un zócalo de piedra
de considerable altura, mientras la cabecera poligonal está totalmente cubierta por el retablo mayor. El cuerpo de la iglesia está formado por tres naves, más ancha y alta la central,
separadas por arcos de medio punto con perfil en arista viva, que descansan, mediante impostas, sobre pilares cuadrangulares.
La nave central se cubre con una bóveda de medio cañón dividida en cuatro tramos mediante arcos fajones, y con lunetos triangulares. Las naves laterales se cubren con bóvedas
de medio cañón con lunetos. Los arcos apean sobre pilastras adosadas a los pilares de separación de las naves. El mismo sistema de cubrición de las naves laterales se repite para los
brazos de la nave de transepto, cortos y de planta rectangular, a los que se añaden bandas
en forma de cruz. El espacio cuadrangular del crucero se cubre con una cúpula intradosada
y los muros de las naves laterales se estructuran en dos cuerpos.
A los pies de la iglesia se ubica el coro, entre la torre y la capilla bautismal, como continuación de la nave central, sobre una bóveda de medio cañón rebajada con lunetos y recuadro central, protegido con una barandilla de hierro fundido.
En los muros del lado oeste de las naves laterales, sobre los accesos a la torre y al baptisterio, se conservan sendos esgrafiados en blanco sobre negro, representando un marco
con decoración vegetal y floral incisa. En su interior se reproduce una inscripción que transcribe el salmo penitencial 25, versículo 16: “Respice in me et miserere mei, quia unicus et
pauper sum ego”. Podrían fecharse en el siglo XVIII. En los pilares junto a las puertas de
ingreso a la iglesia, se localizan otros dos esgrafiados de menor tamaño, en cuyo interior se
reproduce una indulgencia concedida por el papa Sixto IV: “Sixto quarto concedio./ años
de indulgencia por …./ que digeren esta Oracion delante / de esta Santa Imagen de la Baticena / de Roma / Virgen gloriosa; dios te / salve Reyna de todo el mun / do, Puerta de el Parayso tu / pariste a Jesus Christo sin pe / cado de lo qual y … /amen”.
El acceso a la torre se realiza desde el interior de la iglesia a través de una portada adintelada situada en el muro occidental de la nave norte, que también da acceso al coro.
La capilla bautismal se cubre con una bóveda vaída. Junto al muro del brazo sur del
transepto se adosa la sacristía, con la misma fábrica que éste, a base de cajas de mampostería entre cadenas de ladrillo. Se cubre con techumbre plana formada por vigas de madera y
se comunica con el ábside a través de un pasillo que conecta con el presbiterio mediante una
puerta de madera tallada, ubicada en un lateral de la base del retablo mayor. También se comunica con la capilla de los Ugarte por una puerta de madera situada en su muro oeste.
La capilla familiar de los Ugarte, localizada junto a la portada sur y adosada a la sacristía, está construida con fábrica de ladrillo visto de las mismas características que el cuerpo de naves. A ella se accede desde la iglesia a través de una reja de medio punto.
Análisis y evolución crono-constructiva:
A través de la documentación conservada en el Archivo Parroquial de la iglesia de San
Salvador y en el Archivo Municipal de Leganés, junto con un detallado análisis del edificio y el estudio arqueológico, es posible determinar tanto la existencia de un primitivo templo medieval como las distintas fases constructivas y los tracistas, maestros de cantería y
alarifes que intervinieron en la actual iglesia a lo largo de los siglos XVI y XVII.
La información contenida en un Libro de Visitas datado en 1427, ha puesto de manifiesto la existencia de una iglesia dedicada a la Santísima Trinidad, dato corroborado por la
intervención arqueológica llevada a cabo en el año 2021, en la que se detectó la existencia
de muros de cimentación. Se trataría de una construcción de una nave de escaso desarrollo
y ábside semicircular, posiblemente mudéjar como lo fueron los cercanos templos de Vallecas, Vicálvaro, Móstoles o Carabanchel, todos ellos pertenecientes al alfoz de Madrid.
Esta primitiva construcción debió de permanecer hasta el segundo cuarto del siglo XVI,
cuando se planteó un nuevo templo en sustitución del anterior, del que actualmente se conserva la cabecera. En este período de expansión económica las pequeñas y pobres iglesias,
en su mayoría mudéjares, se mejoraron o sustituyeron por edificios de más calidad constructiva y mayor capacidad.
La nueva cabecera comenzó a levantarse hacia 1537 y concluyó hacia 1584, cuando se
encarga el retablo mayor. En este largo período intervinieron numerosos maestros de obras.
La primera noticia hace referencia a un pago efectuado en 1537 a un tal Ponce, maestro del
que no se conocen datos, por realizar la traza de la capilla del ábside. Después, entre 1540
y 1550, se efectuaron diversos pagos a otro maestro, Pedro de Goitia, por ejecutar la traza y
condiciones para la iglesia. Unos años más tarde los documentos mencionan a Juan Díaz
Blanco, como maestro de la capilla mayor, cuya obra fue tasada en 1553.
BOCM-20240904-20
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MIÉRCOLES 4 DE SEPTIEMBRE DE 2024
B.O.C.M. Núm. 211
Interiormente, todos los muros están enlucidos y se asientan sobre un zócalo de piedra
de considerable altura, mientras la cabecera poligonal está totalmente cubierta por el retablo mayor. El cuerpo de la iglesia está formado por tres naves, más ancha y alta la central,
separadas por arcos de medio punto con perfil en arista viva, que descansan, mediante impostas, sobre pilares cuadrangulares.
La nave central se cubre con una bóveda de medio cañón dividida en cuatro tramos mediante arcos fajones, y con lunetos triangulares. Las naves laterales se cubren con bóvedas
de medio cañón con lunetos. Los arcos apean sobre pilastras adosadas a los pilares de separación de las naves. El mismo sistema de cubrición de las naves laterales se repite para los
brazos de la nave de transepto, cortos y de planta rectangular, a los que se añaden bandas
en forma de cruz. El espacio cuadrangular del crucero se cubre con una cúpula intradosada
y los muros de las naves laterales se estructuran en dos cuerpos.
A los pies de la iglesia se ubica el coro, entre la torre y la capilla bautismal, como continuación de la nave central, sobre una bóveda de medio cañón rebajada con lunetos y recuadro central, protegido con una barandilla de hierro fundido.
En los muros del lado oeste de las naves laterales, sobre los accesos a la torre y al baptisterio, se conservan sendos esgrafiados en blanco sobre negro, representando un marco
con decoración vegetal y floral incisa. En su interior se reproduce una inscripción que transcribe el salmo penitencial 25, versículo 16: “Respice in me et miserere mei, quia unicus et
pauper sum ego”. Podrían fecharse en el siglo XVIII. En los pilares junto a las puertas de
ingreso a la iglesia, se localizan otros dos esgrafiados de menor tamaño, en cuyo interior se
reproduce una indulgencia concedida por el papa Sixto IV: “Sixto quarto concedio./ años
de indulgencia por …./ que digeren esta Oracion delante / de esta Santa Imagen de la Baticena / de Roma / Virgen gloriosa; dios te / salve Reyna de todo el mun / do, Puerta de el Parayso tu / pariste a Jesus Christo sin pe / cado de lo qual y … /amen”.
El acceso a la torre se realiza desde el interior de la iglesia a través de una portada adintelada situada en el muro occidental de la nave norte, que también da acceso al coro.
La capilla bautismal se cubre con una bóveda vaída. Junto al muro del brazo sur del
transepto se adosa la sacristía, con la misma fábrica que éste, a base de cajas de mampostería entre cadenas de ladrillo. Se cubre con techumbre plana formada por vigas de madera y
se comunica con el ábside a través de un pasillo que conecta con el presbiterio mediante una
puerta de madera tallada, ubicada en un lateral de la base del retablo mayor. También se comunica con la capilla de los Ugarte por una puerta de madera situada en su muro oeste.
La capilla familiar de los Ugarte, localizada junto a la portada sur y adosada a la sacristía, está construida con fábrica de ladrillo visto de las mismas características que el cuerpo de naves. A ella se accede desde la iglesia a través de una reja de medio punto.
Análisis y evolución crono-constructiva:
A través de la documentación conservada en el Archivo Parroquial de la iglesia de San
Salvador y en el Archivo Municipal de Leganés, junto con un detallado análisis del edificio y el estudio arqueológico, es posible determinar tanto la existencia de un primitivo templo medieval como las distintas fases constructivas y los tracistas, maestros de cantería y
alarifes que intervinieron en la actual iglesia a lo largo de los siglos XVI y XVII.
La información contenida en un Libro de Visitas datado en 1427, ha puesto de manifiesto la existencia de una iglesia dedicada a la Santísima Trinidad, dato corroborado por la
intervención arqueológica llevada a cabo en el año 2021, en la que se detectó la existencia
de muros de cimentación. Se trataría de una construcción de una nave de escaso desarrollo
y ábside semicircular, posiblemente mudéjar como lo fueron los cercanos templos de Vallecas, Vicálvaro, Móstoles o Carabanchel, todos ellos pertenecientes al alfoz de Madrid.
Esta primitiva construcción debió de permanecer hasta el segundo cuarto del siglo XVI,
cuando se planteó un nuevo templo en sustitución del anterior, del que actualmente se conserva la cabecera. En este período de expansión económica las pequeñas y pobres iglesias,
en su mayoría mudéjares, se mejoraron o sustituyeron por edificios de más calidad constructiva y mayor capacidad.
La nueva cabecera comenzó a levantarse hacia 1537 y concluyó hacia 1584, cuando se
encarga el retablo mayor. En este largo período intervinieron numerosos maestros de obras.
La primera noticia hace referencia a un pago efectuado en 1537 a un tal Ponce, maestro del
que no se conocen datos, por realizar la traza de la capilla del ábside. Después, entre 1540
y 1550, se efectuaron diversos pagos a otro maestro, Pedro de Goitia, por ejecutar la traza y
condiciones para la iglesia. Unos años más tarde los documentos mencionan a Juan Díaz
Blanco, como maestro de la capilla mayor, cuya obra fue tasada en 1553.
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