C) Otras Disposiciones - CONSEJERÍA DE CULTURA, TURISMO Y DEPORTE (BOCM-20240506-39)
Bien de interés cultural –  Decreto 49/2024, de 30 de abril, del Consejo de Gobierno, por el que se declara bien de interés cultural de la Comunidad de Madrid, en la categoría de sitio científico, la estación de comunicaciones por satélite en Buitrago del Lozoya (Madrid)
10 páginas totales
Página
BOCM
B.O.C.M. Núm. 107

BOLETÍN OFICIAL DE LA COMUNIDAD DE MADRID
LUNES 6 DE MAYO DE 2024

Pág. 111

«ANEXO

1. Identificación y localización del objeto de la declaración.
El inmueble a declarar, con referencia catastral 000400100VL43H0001UH, se localiza junto al kilómetro 2 de la carretera M-137, en Buitrago del Lozoya. Se ubica en una parcela con referencia catastral 28027A004000230000JY (polígono 4, parcela 23), que cuenta con una superficie de 143.648 m2.
2. Contexto histórico e historiográfico.
La historia de la estación de comunicaciones por satélite de Buitrago del Lozoya parte de un episodio reconocible de la historia de la ciencia y la tecnología del pasado siglo XX: las misiones Apolo de la NASA. La necesidad de la agencia espacial estadounidense de mantener el contacto con las naves en órbita hizo necesaria la construcción de
estaciones en diferentes lugares del planeta, capaces de dar respuesta tanto a los requerimientos de las comunicaciones como en las transmisiones de las señales televisivas que forman parte de la memoria colectiva.
En este contexto debe incluirse la construcción, en 1967, de la estación de la Compañía Telefónica Nacional de España en Buitrago del Lozoya, uno de los proyectos más importantes de la Compañía, e importante en el contexto de la investigación aeroespacial de
la época, en un momento en que se incorporaba la última tecnología en comunicación.
Si en el caso del Apolo 11, la primera misión que aterrizó en la luna en julio de 1969, la
estación de Gran Canaria jugó un papel fundamental, sería en las misiones siguientes en las
que la central de Buitrago tomaría el relevo. Fue en el caso, por ejemplo, de la fallida misión
del Apolo 13 —que circundó la luna, pero no pudo aterrizar—, y las misiones que seguirían
hasta mediados de década de los setenta. Fue esencial, por ejemplo, en el seguimiento de la
misión Apolo-Soyuz, que marcó el final de ese programa en 1975, con una histórica colaboración entre Estados Unidos y la Unión Soviética.
Con estos antecedentes, puede entenderse mejor la necesidad de construir ese centro
en Buitrago, e incluso de levantar en el edificio ese conjunto de residencias, con el fin de
dar servicio a un lugar de trabajo por entonces aislado y de difícil acceso.
Con la finalización del programa espacial, Buitrago se transformó en un centro de comunicaciones esencial para la vida civil de España. El Centro de Comunicaciones por Satélite de Buitrago fue, de hecho, el primero de Telefónica y uno de los primeros y más importantes de la red INTELSAT. Su función fue enlazar con conexiones telefónicas y de
televisión con los satélites estacionarios que cubrían los cinco continentes, sobre el Atlántico y el Índico. Su aportación en eventos de calado en nuestro país —el Mundial de fútbol
de 1982, por ejemplo— fue muy destacada.
El centro se mantuvo operativo como centro de satélites hasta el año 2003, quedando
como repetidor de los cables de fibra óptica y como centro de reuniones de la empresa. Sus
cuatro grandes antenas no fueron desmontadas, pero en la actualidad no miran a ningún satélite ni tienen uso alguno.
En la actualidad continúa siendo un lugar de encuentro de los trabajadores y directivos
de la propiedad, la compañía Telefónica.
La Central de Comunicaciones por Satélite de Buitrago del Lozoya es fruto de una colaboración entre dos arquitectos: Julio Cano Lasso (1920-1996) y Juan Antonio Ridruejo
Brieva (1935-2021).
Julio Cano Lasso fue un arquitecto de reconocido prestigio, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y Medalla de Oro de la Arquitectura en 1991.
Cano finalizó sus estudios en 1949, a los 29 años, lo que hizo que, pese a su indudable destreza —se graduó con el Premio Extraordinario Fin de Carrera—, tuviese una vida profesional relativamente tardía. Al igual que a tantos de sus coetáneos de la Escuela de Madrid,
la duración de los estudios de Arquitectura y el retraso provocado por la Guerra Civil le
abocaron a una madurez temprana.
Ya en su casa-estudio en La Florida, comenzada en 1956, se detectan temas que le acompañarían durante el resto de su carrera. La riqueza ecológica de La Florida encontró réplica en
las viviendas de la madrileña calle Espalter (1959) o en la Central de Comunicaciones de Buitrago del Lozoya. La estación fue además el inicio de un vínculo con Telefónica que fue artífice de obras tan notables como su futurista central del barrio de la Concepción (1972).
Tras realizar distintas obras-destaca el bloque residencial de la calle de la Basílica
(1971, con Blond y García Noreña), recibió una rápida sucesión de extensos encargos de

BOCM-20240506-39

A) Descripción del bien objeto de la declaración